Teatro

esta noche

La odisea de un héroe que pierde su rumbo

Llega a la ciudad la elogiada obra teatral porteña “Remar (un destino impropio)”, con dramaturgia y dirección de Mariano Saba y las actuaciones de Mariano González, Hernán Melazzi y el rosarino Gustavo Sacconi


Elogiado en la cartelera porteña tras varios meses de funciones en el Sportivo Teatral, la sala-taller que lleva adelante Ricardo Bartís y uno de los semilleros referenciales del mejor teatro que se produce en el país, llega este domingo a Rosario en una única función Remar (un destino impropio), con dramaturgia y dirección de Mariano Saba y las actuaciones de Mariano González, Hernán Melazzi y el rosarino Gustavo Sacconi, quien hace algún tiempo vive y trabaja en Buenos Aires. Remar es un tragedia cómica que cruza las particularidades de lo argentino con el destino de La Odisea, a través de la situación de dos remeros de un club del Tigre que se pierden en medio de una sudestada y son objeto de la venganza de Poseidón contra Ulises por la ceguera que este produce a su hijo Polifemo.

La obra surgió a partir de la invitación de Ricardo Bartís al director y a los actores para realizar un proceso de construcción en el emblemático Sportivo Teatral luego de La máquina idiota, de la que Saba fue asistente de dirección y en la que trabajaron como actores, entre muchos otros, González, Melazzi y Sacconi. Y tiene como antecedente Odisea doble par, texto que fue mención en Casa de las Américas 2016 y que tuvo como objetivo sentar las bases de este trabajo.

Remar (un destino impropio) se presentará el domingo, a partir de las 20.30, en una única función, en la sala El Rayo, de Salta 2991, donde también se venden las entradas

Búsqueda poética

“Yo tengo una familiaridad con el encuadre del Sportivo por haber entrenado y actuado ahí, y también estudié dramaturgia en la Escuela Municipal de Arte Dramático (Emad). Entonces, un poco, el trabajo reunió las dos cosas: la necesidad de empezar un material sin un texto previo, probando con la actuación y que a partir de la improvisación y de la acumulación de situaciones fuera dándonos un relato no solamente argumental sino también que se consolidara en lo que es un relato de actuación, y después todo se consolidó en un texto”, contó Saba a la agencia de noticias Télam poco antes del estreno porteño.

“Creo mucho –señaló Saba– en localizar un universo que facilite la prueba de la actuación y la improvisación y también que facilite a nivel imaginario cruzar referencias muy distantes; en este caso, tenía ganas, como me pasó en textos anteriores como La Patria fríao. Esto también pasará, de seguir trabajando la situación de lo argentino, con todas sus contradicciones, sus referencias al presente y al pasado, y también tenía ganas de cruzar lo argentino con lo odiséico, con la odisea de un héroe que pierde su rumbo, pero no que pierde su rumbo una vez, sino que pierde su rumbo cíclicamente, entonces apareció el mundo del remo como una hipótesis para trabajar, que nos facilitaba ese cruce”.

Con relación al antecedente dramatúrgico de Remar, el director analizó: “Antes de ponernos a ensayar con los actores me lancé a escribir unas escenas y me embalé y me salió un texto de ocho personajes que transcurre en un club de remo que se llama Odisea doble par que no íbamos a hacer pero que me servía para poner en la cabeza algo de lo escénico de ese universo cruzado con La Odisea. Después de eso, empezamos a ensayar e improvisar esta obra, de la que aquella sería la primera parte, en un proceso de trabajo de un año y medio, donde todo fue prueba y error: trabajar secuencias que nos iban apareciendo como hipótesis en la improvisación, desarrollarlas, encadenarlas, constituir no sólo un argumento sino también un cuerpo de actuación que cruzara la metáfora equívoca de un destino errado, que aparece en La Odisea, con lo que es una especie de idiosincrasia tragicómica de la argentinidad que también comparte algo de ese rumbo siempre un poco incierto”.

Acerca de lo argentino

El reconocido teatrista analizó el porqué de su interés de trabajar en torno de lo que llama “lo argentino” como un disparador que le ofrece textura y materialidad dramática. “Es algo que aparece en fragmentos, como zonas que están resonando, es algo que aparece roto, porque el disparador no es gestionar una idea de lo argentino sino que el espectador tenga que recuperar un poco esa fragmentación y seguir pensándolo, porque lo argentino es un eje siempre muy inasible; algo del orden de lo inefable que, cuando te parece que podés asediar, se escapa, cuando te parece que la Argentina es esto, la Argentina se transforma en algo que es sorprendentemente otra cosa, es una mutación permanente debajo de la cual hay como una zona de consistencia que no se mueve”.

LA HISTORIA

Remar (un destino impropio) transcurre en el Delta del Tigre. El Gallo Fiambre Boat Club, club de remo argentino, de viejo y dudoso abolengo británico, ha entrado en decadencia. Sus integrantes buscan hacerse de una gloria póstuma y aceptan el desafío de los Canottieri Italiani para jugar una regata clandestina. Sin embargo, en medio de la carrera, una sudestada los lanza a ultramar. Se suceden así días de incierta deriva. En ese recorrido, un Poseidón añejo los confunde con Ulises y sus remeros, y el retorno se vuelve un sueño trágico e incierto. El espectáculo, plagado de metáforas sobre la argentinidad, se interroga acerca de qué es el destino, “sino un error de lectura”.