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economía y cambios culturales

La mitad de los deudos figura como moroso en los cementerios municipales

Hay unos 33 mil titulares en mora, entre La Piedad y El Salvador. Vencidos los plazos, los restos van al crematorio


La mitad de los muertos que reposan en los cementerios municipales son olvidados, al menos en lo que al pago de los gastos de sepultura se refiere: un 50 por ciento de los responsables de sus nichos y panteones no paga la tasa de mantenimiento respectiva en los cementerios El Salvador y La Piedad, según informaron desde la Dirección de Cementerios de Rosario. Esto representa unas 33 mil personas. Vencido el plazo para regularizar las deudas y notificados los titulares, los restos son derivados entonces al crematorio municipal. Para el subdirector del área, Marcelo Alonso, la situación no obedece a una cuestión económica sino a un cambio cultural de una sociedad que ya no establece rituales con sus muertos. El aumento de las cremaciones en un 300 por ciento en los últimos 10 años da cuenta de que esta tendencia está cada vez más generalizada.

“En los años de crisis aumenta la deuda, en los años de benevolencia sube la recaudación. También hay que tener en cuenta que es el último lugar al que alguien  quiere ir. Es más probable que te acuerdes de pagar el TGI que la tasa del cementerio”, bromeó Marcelo Alonso, subdirector general de cementerios del municipio.

El funcionario indicó que el porcentaje representa a unas 33 mil personas, teniendo en cuenta que este año se emitieron cerca de 66.400 tasas. De los deudores, entre un 40 y 50 por ciento regulariza la situación. “Muchas veces se confunden entre la tasa y la renovación. Otras veces son muchos los titulares y no saben a quién le corresponde el pago. También incide cuando el nicho lo administraba un familiar que falleció y no tiene descendencia”, explicó Alonso.

 

Concesión de uso

El sistema de administración es una concesión de uso. A diferencia de las mutuales, no es preventivo: el nicho sólo se otorga cuando hay un fallecido. Se firman arrendamientos por dos años que luego de 20 pueden pasar a perpetuidad. Las tasas de mantenimiento son anuales y se pagan semestralmente. Los montos varían de acuerdo a la parcela. Este pago contempla la concesión del uso del suelo, los servicios (reducción, cambio de ataúd, inhumación) y mantenimiento. También incluye la transferencia de nichos, perpetuas o panteones entre herederos, derecho de cremaciones, inscripción en el Registro de contratistas privados de cementerios, construcción y edificación.

En el caso de los panteones familiares, se paga un monto por el terreno disponible y se da 120 días para construir un panteón. El titular debe presentar previamente los planos, que serán evaluados por un equipo técnico que luego también controlará la construcción que no podrá superar los cuatro metros. La tasa se cobra por metro cuadrado de superficie y construcción, establecida a partir de la ordenanza general impositiva.

Para un panteón colectivo en el Cementerio El Salvador la tasa de mantenimiento es de 20 pesos el metro cuadrado de superficie cubierta, mientras que en la Piedad es de 10 pesos el metro cuadrado.

Los nichos tienen un valor que ronda los 5 mil pesos. El mantenimiento en El Salvador tiene un costo de 220 pesos anuales y 120 los nichos urnas. En La Piedad, es de 110 pesos el nicho y 60 la urna. Pasados 20 años, el titular debe optar por la cremación o el uso a perpetuidad. En ese caso, se paga el título por única vez y cada 6 meses el mantenimiento. A los 30 años se puede optar por la reducción del óbito y el máximo de la concesión de uso es de 50 años.

Otros servicios como la reducción, inhumación y exhumación, traslado y cremación tienen un costo que varía entre los 200 y los 1800 pesos (Ver aparte).

 

En el olvido

El reclamo ante la falta de pago en el mantenimiento comienza a partir de los 30 días de vencido el plazo. Cuando la deuda supera los 2 años se da inicio al desalojo. La Dirección del cementerio notifica al titular y se esperan 30 días para que regularice la situación. Pasado ese plazo, se publica un edicto en el diario, y de no haber novedades se concreta el retiro de los restos. “Se abre el nicho, se sacan los restos y se las lleva al crematorio. Se guardan las cenizas por 30 días y si nadie las retira van al cenizario común”, contó Alonso y agregó: “Tenemos un acuerdo con las facultades de medicina y odontología en los que les entregamos los huesos desalojados durante el año para material de estudio”.

El subdirector señaló que la situación económica del país es un factor que generalmente incide en el pago de las tasas. Este año hubo un incremento en la recaudación a partir de la moratoria de tributos y faltas que el municipio lanzó a principios de este año.

Sin embargo, Alonso relaciona la falta de pago con una cuestión cultural, más que económica. “La gente ya no visita el cementerio como lo hacía antes. El pasado Día de los Muertos no hubo la misma afluencia de gente que otros anteriores. Hace 20 años el estacionamiento estaba lleno ese día, hoy ya no”, señaló el funcionario y comentó que la tradición se conserva más en La Piedad que en El Salvador.

“Para mis padres era un paseo ir al cementerio los domingos. Hoy hay cada vez menos gente. Los que más asisten son las personas del interior que aprovechan la visita a Rosario para pasar por el cementerio. Hemos hecho un cambio cultural”, agregó.

La pérdida del ritual de los domingos se refleja en el aumento del número de cremaciones. En los últimos 10 años, se incrementaron en un 300 por ciento. “Es un cambio a nivel mundial. La gente prefiere tener a los muertos en su memoria y no en un cementerio. La aceptación de parte de la Iglesia Católica de la cremación ayudó en ese sentido”, concluyó Alonso.

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