Ciudad

Refugio y resistencia

La Magia y la potencia de la tierra, el Paraná y el más allá

En Pichincha, a pocas cuadras del río, una serie de personajes navegantes, el carruaje de un pulpo con diosas y felinos fantásticos se dan cita en Mitos Criollos, una muestra que reúne dibujos litoraleños de Chachi Verona y una instalación de piezas de cerámica de Noëlle Lieber


Maite Acosta / Especial para El Ciudadano

 

Gambartes rescató de la naturaleza los elementos que le permitieron comprender el espíritu de la gente que habitaba este suelo. “Hablo en el lenguaje de la pintura que es universal, pero como un hombre de América, como un argentino, hablo de sus recuerdos y sus mitos, del hombre y de su geografía”, afirmaba. Hay algo en esta manera de apropiarse de las señales del paisaje cotidiano que se conecta con la obra de estos dos artistas, cada uno desde su universo personal de formas y colores. La línea de Chachi puede ser el testimonio de un viaje, real o imaginario, que cualquier rosarino haga a ese espacio un tanto salvaje que tenemos tan cerca de la ciudad: la isla. Esta geografía es el escenario para una serie de situaciones en las que podemos encontrar a un bicho raro, un aterrizaje mutante, un señor de mecha corta remando un bote humano de madera o un templo abandonado en playa misteriosa. Estos trabajos, algunos títulos de obras, nos dan graciosamente algunas pistas de lo que aparece en esta nueva muestra. “El conjunto se llama <Cuaderno de navegación< por provenir de un cuaderno que me acompañaba en las excursiones a la isla, y a la vez es un libro de ensayos de Leopoldo Marechal. Tomaba apuntes en la isla, comenzaban a manifestarse las formas e ideas y luego de algún tiempo de trabajo en el taller los terminaba”, comenta Verona. En el caso de Noëlle, su búsqueda hace foco en el encuentro entre dos realidades: la cultura europea y la cultura americana. Esta idea aparece ya en obras anteriores suyas, como en los dibujos y los platos de cerámica, y en esta muestra se manifiesta en las piezas que representan a mujeres francesas de los años 20 que se ponen en relación a los Payés de Leónidas Gambartes y la cerámica chaco-santiagueña. “Me interesa mezclar situaciones y personajes de distintos contextos y hacerlos convivir en el papel o en la tridimensión, me llama mucho la atención estas distintas maneras de representación y el contraste que se genera al unirlas. Tiene que ver también con el lugar donde vivimos, con lo que nos precede”, apunta Noëlle Lieber.

 

La alquimia

En el modo en que se relacionan las obras de estos dos artistas se manifiesta cierto carácter mágico. “Me parece que, en la muestra, la obra de Noëlle y la mía coexisten de muy buena forma” dice Chachi, quien agradece a Noëlle la invitación que le hizo para exponer. Tanto la luz como la gama cromática vibran en sintonía y responden a esta mirada atenta y sensible que ambos tienen hacia todo lo que los rodea. Si hay algo que los motiva, lo observan y lo dibujan o lo llevan al espacio: puede ser el diseño de una urna funeraria, el grácil movimiento de sus gatos o el vaivén del bote en el agua. Es su modo de vida, el oficio que construyen día a día desde hace años.

En esta muestra las relaciones formales y de color de las obras de Chachi se dan de un modo mucho más suelto que en trabajos anteriores, hay más aire. “Hace un tiempo incorporé las acuarelas y el color fue ganando lugar en los dibujos, empezó a aparecer la pintura (nuevamente)”, asegura Chachi. En las cerámicas de Noëlle la paleta es más acotada: primarios, tierras, blanco y negro. “Esta instalación es un homenaje a la obra de Gambartes. Podemos ver tres figuras de payé: el payé blanco del amor, el payé rojo y el payé del maíz. Estos tres personajes están tomados literalmente de sus cuadros y aquí adquieren una forma volumétrica. Son pequeñas estatuillas en una situación de veneración que interactúan entre dos escenas, una más oscura y otra más luminosa, que se relacionan con la vida y la muerte y pueden funcionar como oposición entre el amor y el miedo. Los payés, según Gambartes, eran como una figura de chamán, un curandero. Pero también era todo lo que rodeaba al acto mágico, al ritual. Podía ser una palabra, un amuleto, los cantos, todo lo que estuviera en ese acto. En este caso, payé podría ser toda la instalación: los payés en sí, las vasijas, las nadadoras, las ranas, el pulpo incluso. Lo que rescato principalmente es que el amor es la vida. La vida es el amor”, explica Noëlle.

 

El ritual y la deriva

“Dibujar es un poco mágico, crear es mágico, cómo se vayan manifestando las formas, también. Ponerse a dibujar tiene que ver con lo ritual, uno se concentra en el contacto del pincel con la superficie y ahí comienza el viaje, como cuando ponemos la embarcación en el agua. Ahí si aparece la deriva, a veces dejarse llevar por la línea. Para mí el dibujo y la pintura son como la escritura del alma”, sostiene Chachi.

“Mi destino por el río es derivar / desde el fondo del obraje maderero, / con el anhelo del agua que se va”. Este verso de la canción del jangadero es reformulado en el título de la instalación de Noëlle: “Tu destino es derivar”. Ella explica: “Tiene que ver con el río, con las maderas que se transportaban por agua, incluso a veces se enviaban sin personas y llegaba con ellas un yacaré, un puma. Cuando el mundo era otro mundo”. Uno de estos pumas aparece en la mesa que sostiene a todas las piezas de la instalación, junto a unas pequeñas ranas y el carruaje de las Moiras. Este carruaje es un pulpo negro, y se propone como referencia directa a la muerte, específicamente al Mito de las Moiras. Cuenta Noëlle: “Ellas eran tres diosas griegas, para los romanos fueron las parcas, que aparecían en el nacimiento de un niño o una niña, una de ellas venía con un hilo, con un huso, otra con una vara o metro y medían el largo de la vida de esa persona y quedaba trazado en su vida, en su destino. Estas tres diosas están sobre ese pulpo, dirigiéndose hacia un personaje de Hamlet, el que reflexiona sobre el ser o no ser, existir o no existir. Es una escena tragicómica, el pulpo está medio caricaturizado, las arañas acompañan la escena, hablan de las Diosas tejedoras de los destinos de los hombres”.

 

Refugio y espacio de resistencia

El taller puede resultar un modo de resistencia: crear obras, generar belleza, dar batalla, generar una red de vínculos amorosos y gestionar la producción y modos de circulación para que las obras puedan llegar a otros públicos. Noëlle también realiza retratos de gatos por encargo, le interesa que sus obras acompañen el hogar de gente que ama estas mascotas como ella. Y las ilustraciones de Chachi se publican en diferentes medios desde mediados de los 90, es decir, desde siempre está la política en relación a su trabajo. Él afirma: “Desde que empecé, la política está de diferentes formas, en las ilustraciones que publico cotidianamente en medios de comunicación, tanto en papel como en medios digitales, en mi blog, en mi libro de edición independiente <Ilustraciones< de 2015. También, y especialmente, en el ejercicio de la docencia en la Universidad y en mi taller. También está lo político en la forma de buscar”.

 

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