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Show internacional

La magia de Jean-Michel Jarre llega a la Argentina

El compositor e intérprete francés, conocido como “el padre de la música electrónica”, desembarca por primera vez en Latinoamérica con un concierto en el Luna Park, este jueves, a las 21, en el marco de su gira “Electronica World Tour” que continuará en Chile y luego en Canadá y Estados Unidos.


El Mago de los Sintetizadores debutó en Latinoamérica en marzo pasado en el Luna Park.

“Yo he amado siempre el contacto sensual de una consola, la mezcla, el resguardo del parpadeo en el video y el zumbido de la electrónica. Me gustan las frecuencias videntes del oscilador mezcladas con la piel animal de un tambor, el destello azul del acero del láser”. La frase es del compositor e intérprete francés Jean-Michel Jarre, “el rey de la música electrónica”, quien se presentará por primera vez en la Argentina este jueves en el estadio Luna Park de Buenos Aires.

Considerado uno de los máximos exponentes de la música electrónica, Jarre es, a los 69 años (el próximo 24 de agosto soplará 70 velitas), una leyenda viva. Pionero de la música electrónica, electro-rock y música ambiental, su original obra marcó una época, rompiendo con los prejuicios de quienes consideraban que los sintetizadores no eran instrumentos musicales sino simples elementos de experimentación.

Jarre es el creador de una música “cósmica” cuyos sonidos están extraídos de tradiciones diversas, a los que moldea mediante la utilización de la voz humana, los sintetizadores e instrumentos ideados y construidos por él, como las arpas láser que tejen sus mágicos arpegios, desafiando, combinando, adentrando todos los sentidos en una experiencia única.

Pero también es el protagonista de épicos megaconciertos: es el mago de las explosiones visuales de láseres y las espectaculares proyecciones que forman figuras en la noche bajo las estrellas de distintas ciudades del mundo.

“Me gusta este caleidoscopio, revoltijo de olas, formas, imágenes, lo sensual y lo sagrado, una mezcla de artes y alta tecnología, de lo nuevo y lo viejo, de pasado y futuro”, afirma Jarre sobre sus colosales conciertos, donde la música se asocia con los colores de la luz, imágenes en pantallas gigantes, espectaculares puestas en escena e impactantes fuegos artificiales.

Y este icónico artista, famoso mundialmente por sus shows de alto impacto visual y sonoro, se presenta este jueves por primera vez en Latinoamérica en el mítico Luna Park el marco de su gira “Electronica World Tour 2018”.

El debut de Jarre en la Argentina estaba programado inicialmente para el jueves 9 de noviembre del año pasado en el Club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (Geba), pero seis días antes de esa fecha el show fue cancelado por problemas con la productora (Fénix Entertainment Group) y más tarde fue reprogramado para el jueves 22 de marzo de este año en el Luna Park.

“Estuve tratando de armar un tour por Sudamérica, que es una de mis prioridades. Yo amo Sudamérica. Desde el comienzo de mi carrera, las primeras cartas que recibí apreciando mi trabajo, luego de mi primer y segundo álbum, eran de la Argentina, Chile y Brasil”, contó Jarre el año pasado.

 

El mago de los sintetizadores

Jean-Michel André Jarre Pejot nació el martes 24 de agosto de 1948 en Lyon, Francia, y pasó su infancia en Vannes, en los suburbios de París. Es hijo de France Pejot y el destacado compositor de bandas sonoras Maurice Jarre (ganador de tres premios Oscar de la Academia de Hollywood).

Sin embargo, debido al trabajo y a la separación de sus padres, Jean-Michel no fue muy influenciado por las ideas de Maurice. A los cinco años comenzó sus primeras clases de piano y guitarra y junto a su madre comenzó a frecuentar el club de jazz más popular de París, “Le Chat qui Pêche”.

Luego, estudió en el Conservatorio de París, donde obtuvo su licenciatura en Artes. Pero en 1968, un veinteañero Jean-Michel vivió los aires revolucionarios del Mayo Francés y ese mismo año encontró un verdadero guía espiritual, el maestro Pierre Henri Marie Schaeffer, creador de la “música concreta”, estilo que utiliza materiales sonoros grabados y elaborados como un collage. El encuentro con él y su “Grupo de buscadores de música concreta” fue una revelación.

Schaeffer era sensible y brillante, y cultivaba en sus alumnos la idea de que se podía componer música con cualquier objeto. Y con él Jean-Michel se familiarizó con los últimos instrumentos en el campo de la música electroacústica. Así, el etnólogo del “Museo de L’Homme” lo ilustró sobre grupos africanos, indios, chinos y otros sonidos étnicos que formarían parte de su singular música.

Entonces Jarre comenzó a experimentar en diversos frentes: su primera banda de rock, The Dustbins, donde era vocalista y primera guitarra; sus primeros discos singles: “La Cage” y “Erosmachine” (1969), “Hypnose”, “Happiness is a Sad Song” (1970) y “Deserted Palace” (1972).

Sin embargo, el verdadero debut de Jarre se produjo en 1971, cuando se convirtió en el músico más joven en tocar en vivo en la Ópera de París, al ejecutar una melodía electrónica llamada Luz.

Luego, se dedicó a componer y producir música para películas, comerciales de televisión y para grupos de rock franceses. En 1976, firmó con el sello Disques Dreyfus. Ese mismo año, compuso y grabó, en su pequeño comedor convertido en estudio, mediante una grabadora de 8 pistas y arcaicos instrumentos una obra maestra de 6 piezas: Oxígeno (Oxygene), considerado el álbum más importante de música electrónica.

Lanzado a nivel mundial por Polygram, Oxígeno vendió 12 millones de copias y ganó el premio de la Academia Francesa de Charles Cros.

Este disco es la obra con la cual se identifica mundialmente a Jarre, en especial el tema “Oxígeno IV”, y significó el inicio de la revolución de los sintetizadores. A partir de ese éxito de ventas, Jarre fue nombrado “Hombre del Año” por la revista People. En 1978, grabó Equinoccio (Equinoxe).

 

Al año siguiente, Jarre dio inicio a otra era, la de los megaconciertos, que lo convirtió en el mago de los sintetizadores, con su show en la Plaza de la Concordia en París, que lo hizo ingresar por primera vez al Libro Guinness de Récords Mundiales con la más grande asistencia para un concierto (más de un millón de personas), récord mundial que luego él mismo rompería tres veces más.

Este primer espectáculo tuvo la fuerza de un choque musical internacional y fue visto por millones de telespectadores en el mundo entero. De golpe, los norteamericanos, los japoneses y hasta los chinos quisieron que el francés fuera a dar un concierto semejante en sus respectivos países.

Hasta el legendario Mick Jagger, presente aquella noche mágica en la Plaza de la Concorde le confesó, admirado, a Jarre: “¡Nunca he visto algo así en mi vida!”.

En 1981, Jarre lanzó Campos Magnéticos (Magnetic Fields) y fue nombrado miembro honorario del Conservatorio de Música de Pekín. Ese año ofreció los históricos cinco Conciertos en China, en Pekín y Shanghai, convirtiéndose en uno de los primeros interpretes de música contemporánea occidental en dar un concierto en la República Popular China.

En 1983 apareció nuevamente en el Libro Guinness, por la venta de la única copia del disco Música para Supermercados, en 69.000 francos franceses; el disco más caro que se vendió en ese país.

Al año siguiente editó Zoolook, uno de los trabajos preferidos de sus fanáticos, en el que creó bases y sonidos musicales con palabras y frases de más 30 lenguas y dialectos diferentes. Convertido en una personalidad internacional, Jarre fue invitado por la Nasa para celebrar su 25 aniversario con un espectacular concierto en Houston, Texas, en el que reunió a más de un millón y medio de personas (un nuevo récord mundial).

Luego, Jarre lanzó los discos Revoluciones (1988), Esperando a Cousteau (1990), Images (1991), Chronologie (1993), Jarremix (1995), Oxygene 7-13 (1997), Metamorphoses (2000), Sessions 2000 (2002), Geometry of love (2003), Aero (2004), Le Printemps de Bourges (2006), Téo & Téa (2007) y Oxygene: Live in your Living Room (2007), entre otros éxitos.

Mientras tanto, siguió con sus espectaculares conciertos en distintas partes del mundo, entre ellos, el de París-La Défense (1990, nuevo récord Guinness al reunir a unos 2,5 millones de personas).

 

En 1993 fue nombrado embajador de buena voluntad para la tolerancia y la juventud de la Unesco y realizó el Concert pour la Tolerance. También se presentó en Moscú donde más de 3,5 millones de personas disfrutaron de su show (cuarto récord mundial).

Además, en 1998, en el Mundial de fútbol en Francia, cerró los juegos con otro espectacular concierto bajo la Torre Eiffel.

En 1999 planificó su más ambicioso proyecto: Los 12 sueños del Sol, un espectacular show de 12 horas para celebrar el 31 de diciembre la llegada del nuevo milenio junto a las pirámides de Egipto.

 

También fueron memorables sus conciertos en Hong Kong, la Acrópolis de Atenas, la Ciudad Prohibida de Pekín, y el del aniversario del Sindicato Solidaridad en Gdansk, Polonia, en 2005.

Jean Michel Jarre concert in Sofia – 9 October 2011

 

En 2015 y 2016 Jarre se abocó a realizar los dos volúmenes de su proyecto Electronica, en los que reúne colaboraciones con más de 30 artistas de todas las áreas, y también produjo Oxygéne 3, realizado para conmemorar el 40º aniversario del primer volumen de su clásica obra. También participó en Humanz, el último álbum de Gorillaz, compartiendo temas con Noel Gallagher y De La Soul.

En 2017, dio un concierto en la fortaleza israelí de Masada, a los pies del Mar Muerto, el 6 de abril.

Luego, se embarcó en su gira “Electronica World Tour”, que lo llevó por Norteamérica, Europa y ahora lo trae por primera vez a Latinoamérica con actuaciones en Buenos Aires y en el Movistar Arena de Santiago de Chile.

Posteriormente, Jarre actuará en Canadá y luego regresará a Estados Unidos para participar del tradicional festival Coachella en California, a mediados de abril.

El show de este jueves en el Luna Park se anticipa como un verdadero viaje musical, con Jean-Michel Jarre presentando las nuevas obras de su maravilloso LP doble, Electronica (Volumen I, “The Time Machine” y Volumen II, “The Heart of Noise”), junto con los clásicos de álbumes que fueron hitos, como Oxigene y Equinoxe. Son tres músicos en escena, pero que tocan 50 instrumentos y dan forma a un mágico show multimedia, tal como adelantó Jarre en una entrevista que publica la revista RollingStone.