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Participación y conciencia

La lucha docente por la Memoria, la Verdad y la Justicia

El colectivo de trabajadoras y trabajadores docentes fue uno de los blancos de mayor represión durante la última dictadura militar, por eso en tiempo de desmemoria y banalización es preciso ese ejercicio de contabilidad de lo incontable: más de 600 docentes detenidos y desaparecidos


P.L.

El colectivo de trabajadoras y trabajadores docentes fue uno de los blancos de mayor represión durante la última dictadura militar. ¿Cómo contar lo incontable para darle materialidad a lo que no puede tenerla sin cada historia, sin cada vivencia, sin el dolor que conlleva? ¿Cómo dar lugar a cada historia, a cada tortura, a cada comunidad en la que alguien falta?

Y sin embargo, en tiempo de desmemoria, de banalización, de discursos que distorsionan y desinformación, es preciso ese ejercicio de contabilidad de lo incontable: más de 600 docentes detenidos y desaparecidos en el país durante la última dictadura cívico-militar. La cifra se establece a partir del informe de la Conadep.

Del total de desaparecidos el colectivo docente  representa el 5,7 por ciento y fue publicado en la edición del 30 aniversario del golpe de Estado, por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

A pocas horas de comenzar la noche más oscura del país, el sistema represivo arrancó la vida de Isauro Arancibia, el cuerpo de Isauro, educador y fundador de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera) tenía más de cien balazos.

Este fue el comienzo de una persecución que no cesaría durante toda la dictadura. Educadores, militantes, defensores de la educación pública.

Durante la última dictadura cívico-militar en Argentina, la provincia de Santa Fe registró un total de 34 docentes detenidos y desaparecidos.

Entre las medidas tomadas para perseguir a los docentes sindicalizados y forzar su cesantía en todo el país, se destacó la implementación de la Ley de Prescindibilidad. Dicha ley buscaba separar del empleo y de sus colegas a aquellos empleados considerados activistas vinculados con “la subversión”.

En la provincia de Santa Fe, la lucha docente por la Memoria, la Verdad y la Justicia ha sido una constante desde la recuperación de la democracia en 1983. Durante la dictadura, la represión hacia la docencia se ensañó particularmente en la provincia, donde se produjo uno de los mayores números de docentes desaparecidos y asesinados.

Para la docencia, la democracia es una práctica cotidiana que mantiene viva su tarea pedagógica

Las maestras y los maestros han mantenido su lucha por la democracia y la defensa de los derechos humanos, siendo la inclusión educativa y el acompañamiento a las trayectorias académicas de los estudiantes, la promoción de la igualdad de oportunidades y la incorporación y el cuidado de minorías y sectores vulnerables, algunas de sus principales banderas.

Para la docencia, la democracia es una práctica cotidiana que mantiene viva su tarea pedagógica, promoviendo la inclusión educativa, fomentando una perspectiva de género y trabajando por la igualdad de oportunidades. En este sentido, la escuela es una herramienta fundamental para construir ciudadanos profundamente democráticos.

En el marco de la lucha por la recuperación de la democracia, la docencia santafesina se organizó en torno a la defensa de la educación pública, gratuita y de calidad. Desde entonces, la docencia santafesina ha protagonizado numerosas luchas por la defensa de los derechos laborales y educativos, así como por la ampliación de los derechos ciudadanos.

La Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafe) ha mantenido su compromiso en defensa de la democracia y la Justicia, acompañando la lucha de Madres, Abuelas, Hijos y organismos de Derechos Humamos para la continuidad de los juicios por la Memoria, la Verdad y Justicia  y para encontrar a los nietos y nietas que todavía faltan.

La lucha docente por la Memoria, la Verdad y la Justicia no es solo un compromiso histórico, sino también una tarea que exige amorosidad, creatividad, formación pedagógica y valentía.

Parafraseando a Paulo Freire, es imposible enseñar sin el coraje de querer bien, sin la capacidad de amar y sin la lucha por la libertad.

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