Manuel Parola
Javier Milei lleva bajo el brazo una importante batería de reformas tanto económicas como sociales. En la plataforma electoral de La Libertad Avanza, la palabra “mujeres” aparece sólo dos veces, mientras que las palabras “género”, “diversidad” o “aborto” están ausentes en el texto que expresa 60 propuestas de reestructuración del Estado y de la vida social. Las mujeres y las disidencias sexuales no están presentes en el plan de gobierno del candidato a presidente, mientras que muchas de las propuestas van a contramano de la igualdad de género, del reconocimiento de las brechas económicas entre los varones y las mujeres, o directamente atentan contra la posibilidad jubilación de las mujeres.
Diferentes estudios de opinión pública ubican al electorado femenino muy lejos de las propuestas libertarias: la encuesta de migraciones de votos la facultad de Psicología de la UBA determina que el 43,3% de los hombres encuestados votaría a Milei, mientras que sólo el 22,6% de los votos femeninos seguirían al economista.
“La brecha entre varones y mujeres votantes de Milei es del 12% de diferencia”, escribió la periodista Ingrid Beck en el portal Letra P, basándose en los resultados de una encuesta de Opina Argentina, anterior a las Paso, que mostró que, dentro del electorado varonil, el 34% optaría por el candidato de ultraderecha, mientras que sólo dos de cada diez mujeres votaría al libertario. Con un voto fundamentalmente joven y masculino, Milei cosechó uno de cada tres votos emitidos en las primarias, con un alejamiento importante del público femenino. Las razones de esta distancia podría estar en su marcado desdén por las políticas de igualdad de género, y en lo económico.
La víscera más sensible
“No tengo por qué sentir vergüenza de ser un hombre blanco, rubio y de ojos celestes. Con esto saben que el Ministerio de la Mujer pierde pista, porque la única igualdad es ante la ley“, sostuvo Milei el sábado 14 de mayo en la Feria del Libro en el predio de La Rural de la Buenos Aires. Allí, dio a conocer sus intenciones de eliminar la cartera de Mujeres, Género y Diversidad inaugurada por el actual presidente Alberto Fernández.
La economista Eugenia Rodríguez, integrante del Centro de Economía Política Argentina (Cepa), afirmó que el candidato libertario sostiene un paquete de reformas laborales y previsionales que eliminarían las moratorias jubilatorias, lo cual haría que sólo una de cada diez mujeres pudiera acceder al derecho de una jubilación.
Según las cifras que se desprenden de la Anses, el 65% de las mujeres que alcanzan una jubilación lo han hecho a partir de la implementación de las moratorias previsionales. En la actualidad, sólo una de cada diez mujeres tiene más de 20 años de aportes, por lo que la abrumadora mayoría no se encuentra en el alcance de poder jubilarse.
En su plataforma, Milei afirma que recortará “el gasto del Estado” alentando un “sistema de capitalización privado para jubilaciones y pensiones”. Rodríguez retoma los dichos del líder libertario que calificó a las moratorias como “una estafa inmoral” que se debería eliminar.
Las mujeres muchas veces son desplazadas del mercado laboral por motivo de las tareas de cuidado desarrolladas en el hogar. Según la encuesta sobre Trabajo No Remunerado y Uso del Tiempo (Eahu) desarrollada por el Indec, ellas realizan el 76% de las tareas domésticas no remuneradas. El 88,9% de las mujeres las realizan y dedican a este tipo de labores un promedio de 6,4 horas semanales. Mientras tanto, sólo el 57,9% de los varones participa en estos trabajos, a los que les dedican un promedio de 3,4 horas semanales .
El argumento de Milei contra estos datos es que “Si las mujeres ganaran menos que los hombres, las empresas estarían llenas de ellas”, pero resulta ser que son los hombres quienes, además de ganar salarios más importantes por la misma tarea, tienen mayor participación en el mercado laboral.
La tasa promedio de la participación de las mujeres en el mercado laboral es de 49,2%, 21 puntos porcentuales más baja que la de los varones (71,2%). Hay diferencias entre las mujeres también. Según datos del INDEC, las que cuentan con estudios universitarios completos o incompletos tienen una tasa de actividad de 74,3% mientras que las que poseen secundario incompleto muestran una participación del 35,9% y las que poseen estudios secundarios completos 55,1%.
La reglamentación de paridad de género han impulsado la integración de las mujeres al mundo del trabajo y la política y logrado mayores grados de participación tanto en la generación del producto bruto interno como en la representación pública. No obstante, las trabajadoras perciben, en promedio, un 29% menos que los varones. Según la Eahu, la brecha se profundiza al comparar asalariados y asalariadas informales, alcanzando una diferencia de 35,9% en los sueldos por el mismo cargo.
“Desagregando los datos por jerarquía laboral, se observa que entre los jefes y las jefas la distancia es del 24,1%, entre asalariados y asalariadas es del 23% y, entre cuentapropistas, del 29,4%. En todos los casos los varones ganan más que las mujeres”, dice el relevamiento.
Sin jubilación, con la negación de una estructura económica y laboral más endeble que la de sus compañeros varones como bandera y una descalificación constante a las políticas de género y diversidad, como la interrupción voluntaria del embarazo y la educación sexual integral, Milei construye un electorado al cual las mujeres parecen no pertenecer de manera mayoritaria.
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