El Hincha

Algo cambió

La Lepra se mostró ordenado y en el debut del Mono Burgos rescató un empate

El axioma futbolero que indica que “técnico que debuta no pierde” se cumplió a la perfección en el Parque Independencia. Germán Burgos hizo su estreno como entrenador de Newell’s y la Lepra logró sumar un empate ante Unión sin goles


El equipo se mostró con cierto orden en defensa y fue prolijo en el mediocampo. Foto: Franco Trovato Fuoco.

La llegada de Burgos trajo esperanza y mucha expectativa al Parque. Pero imaginar que el nuevo entrenador podía cambiar drásticamente a un equipo que dio pena en las primeras fechas era ilusionarse sin sustento.

El Mono puso parte de su impronta. Hizo al equipo más compacto, más corto, más solidario. Y tal vez por eso el empate fue justo y no tuvo ese sufrimiento que parecía ser un sello del equipo. Ahora falta apuntalar más la idea y darle vuelo ofensivo, lo que no es poco. Pero por ser la primera muestra, tuvo valor.

El primer número que puso en cancha Burgos fue el 4-1-4-1. Ese fue el dibujo táctico con Pablo Pérez de cinco, con Sforza y Maxi como laderos. Y con dos futbolistas adaptados a posiciones no habituales para su historia, Manuel Capasso de cuatro y Cristaldo como carrilero por derecha.

Newell’s fue un equipo más compacto que en la última par-te del ciclo Kudelka. Y enseguida se vieron algunas diferencias. El Mono dejó atrás las sa-lidas con pelota al piso, a veces arriesgadas e irritantes, y la premisa fue simple. Saque largo de Aguerre para buscar la cabeza de alguien, incluso de Capasso, que en muchas salidas dejó el lateral para ir a pelear la pelota arriba.

Jugar al pelotazo no sonrojó a nadie, aunque quedó claro que a los jugadores aún el libreto no lo tienen bien estudiado. Por eso Burgos se mostró fastidioso cuando tras pelear la pelota en el aire, el rebote quedaba más de la cuenta en los pies rivales.

Pablo Pérez y Alan Aguerre fueron los mejores en el primer partido del Mono Burgos

Ser más vertical no generó más opciones de gol. En los primeros 45 minutos Newell’s apenas inquietó con un remate desde afuera de Pérez que atajó Moyano y una buena pared de Maxi con Cristaldo que no encontró un nueve en el área chica para empujar la pelota a la red.

Tampoco sufrió la Lepra co-mo en otros partidos. Más compacto, sólo pasó algún sus-to cuando Unión duplicó gente por izquierda y Cristaldo no pudo ayudar en la marca a Ca-passo. Y ahí apareció Aguerre para ahogarle el grito a Peñali-llo.

La segunda parte tuvo otro número, el 3-5-2, o 5-3-2, de-pendiendo el optimismo de quién lo mire. Burgos respaldó sus dichos del jueves y modificó el esquema. Adentro Llano por Giani y una clara línea de tres abajo. Se lo vio más cómodo a Maxi y también a Cristaldo. Y Nacho se encontró con más compañía.

Enseguida el equipo le dio un guiño a la modificación táctica. Jugada a un toque con un pase de Maxi cortado para que Llano aparezca dentro del área y le pegue cruzado, muy cerca.

Newell’s fue perdiendo energía en el medio y Burgos sacó a Maxi y Sforza por Cacciabue y Fernández, aunque Pérez siguió como cinco, priorizando un volante central con más pa-norama.

Al Newell’s de Burgos no le sobró fútbol, un punto donde el reprobado siguió siendo la nota, como en el ciclo Kudelka. Pero la barra de energía siempre estuvo alta, incluso sin dudar en sacar a Scocco cuando su nivel físico perdió peso. Y desde allí, desde la actitud y el orden, el equipo se mostró más sólido y no sufrió para quedarse con el empate, aunque la realidad es que la victoria no pareció estar cerca, tampoco la derrota, lo que por ahora es un logro de Burgos.

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