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No se resigna nunca

La Lepra se hace fuerte sobre el final

La Lepra sumó dos tercios de los puntos obtenidos en los últimos 15 minutos de sus partidos.


El gol en tiempo adicionado de Joel Amoroso ante Talleres provocó alivio en Diego Osella y sus jugadores. Y fue celebrado por los hinchas como una victoria. Pero más allá de este desahogo por traerse un punto de Córdoba cuando parecía que el local se llevaba la victoria, lo más significativo es que haber anotado en el epílogo del partido no es casualidad. La Lepra ya dio muestras de que nunca se resigna, que siempre busca hasta el pitazo final y por eso ya son varios los puntos que consiguió en los minutos finales, algunos significativos como los del Clásico o Colón, y otros de menor valor emotivo pero con el mismo valor numérico.

De los 25 puntos que Newell’s acumula en la tabla tras estas primeras 13 fechas, 16 unidades se consiguieron en los 15 minutos finales de los partidos. Parece mentira pero es real, la Lepra obtuvo el 64 por ciento de sus puntos en el último cuarto de hora y lo que es aún más significativo, el 28 por ciento de esos puntos llegaron en tiempo adicionado.

En el inicio del torneo quedó demostrado que el equipo estaba preparado físicamente para luchar hasta el final. Justamente este era uno de los puntos que más se le cuestionaba a la Lepra en los últimos torneos y con una buena pretemporada algo cambió. Por eso no sorprendió que en el debut ante Quilmes los tres puntos llegaran con un penal de Scocco a los 40 minutos, en un partido donde la Lepra arrancó mal y terminó arrinconando al rival.

Algo similar pasó con Tigre, en la primera presentación en el Coloso. El gol del triunfo llegó a los 30 minutos de la segunda parte, cuando la Lepra fue a buscarlo con cambios ofensivos que propuso Osella. Después hubo tres partidos dispares. Hasta ahí podía ser casualidad y los tres partidos siguientes, Sarmiento (1-1), Atlético Tucumán (3-1) y Temperley (0-0) no dieron muestras de esta tendencia.

Pero a partir de la fecha 6 todo fue más notorio. Victoria 1-0 ante Gimnasia con gol de Figueroa a los 32 minutos del complemento. Y enseguida, triunfazo agónico y emotivo en el Clásico con el recordado gol de Maxi a los 48 minutos del complemento, para sacarse la mochila pesada de una racha sin victorias ante Central que pintaba interminable.

Tal vez ese gol de Maxi generó mayor confianza en el juego y en la convicción de que los partidos se pueden ganar en el final. Y con River, la mejor producción de la Lepra en el torneo, no fue necesario esperar hasta el cuarto de hora final, pero el triunfo llegó con un gol de Scocco de penal a los 7 minutos de la segunda parte, otra vez la Lepra marcando diferencias en el complemento de un partido.

Pudo sumar otro gol en el tramo final si el juez de línea no le anulaba un tanto lícito a Formica que podía ser empate ante Racing. Y con San Lorenzo fue el único partido donde la historia se revirtió y el Ciclón anotó en el cierre para un empate que dolió por ser en el final.

Llegó Colón, y otra vez la victoria llegó en el epílogo, con Maxi como héroe justo en el partido 200 con la rojinegra. Y para que esta situación ya no sea casualidad, sino más bien causalidad, Amoroso empató en Córdoba a los 49 minutos, para festejar casi como una victoria y darle a la Lepra otro punto en el tramo final de un partido.

Una cuestión de fe, es posible. Aunque la realidad indica que Newell’s no llega a estos goles en el tramo final sólo por un designio divino. El equipo está convencido, el entrenador manda mensajes ambiciosos con los cambios, y el físico acompaña. Entonces, en el tramo final llegan esos puntos que marcaron la diferencia para que la Lepra pase de una campaña mediocre a una con aspiraciones de pelear el título.

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