El Hincha

Sin explicación

La Lepra patinó otra vez afuera del Coloso

El Sabalero aprovechó el primer tiempo para marcar una diferencia que se hizo irremontable


Foto: José Almeida

¿Por qué Formica estuvo 45 minutos en el banco con Fertoli y Figueroa dando pena en la cancha? ¿Por qué Newell’s juega con un doble cinco de marca y no quita ni gana un rebote? ¿Por qué lleva 12 partidos sin ganar de visitante? ¿Por qué piensa tanto en jugar el Clásico cuando lo mostrado en cancha haría pensar que es mejor jugarlo dentro de mucho tiempo? Las preguntas surgen espontáneamente, casi como una necesidad de buscar explicaciones a un partido donde a Colón le alcanzó con muy poco para quedarse con una apretada victoria.

A De Felippe le cuesta dar esas explicaciones. Da la cara, es cierto, pero su análisis no hace más que exponenciar las inquietudes que surgen tras un partido donde Newell’s transitó más tiempo por el desconcierto que por la claridad. Pálido, sin ideas, con un plan de juego que no se entendió. O que no entendieron los jugadores, lo que es peor.

Formica se queda en el banco porque no está bien físicamente, pero Fertoli juega parado y Figueroa corre sin sentido. Y no hay tiempo para esperar al mejoramiento del Gato. El equipo lo necesita, aunque juegue con el tanque de oxígeno a medias. Su presencia hizo que Newell’s cambiara en el entretiempo, aunque fue tarde.

No es fácil explicar 12 partidos sin ganar afuera. Puede ser más tema para un psicólogo que para el propio De Felippe, que se agarra la cabeza sin comprender cómo el equipo cambia tanto cuando se aleja del Coloso. Y tantos partidos sin sumar, en algún momento se pagan.

Lo del doble cinco es todo de De Felippe. Sills hace poco para justificar su presencia en cancha. Y Bernardello es el socio ideal para armar una dupla imposible de sostener. No marcan, dudan con la pelota, no ganan un rebote. Ayer se combinaron para una horrenda salida que le dio el gol a Colón. Y De Felippe, en caliente, admite que no hacen lo que les pide. Mea culpa en su máxima expresión.

Newell’s puso al Clásico a tope de agenda. Los directivos, De Felippe y los hinchas salieron a bancar jugarlo lo antes posible. Sintió que Central estaba malherido y entendió que era el momento de enfrentarlo. Pero olvidó que antes aparecía en el calendario Colón. Y se pegó un lindo golpe de realidad. Al fin y al cabo, no sobraba tanto en el bolsillo como para andar regalando ilusiones. De Felippe tiene un equipo austero, y la única joyita, Formica,  lo guarda en el banco. Especular no siempre da sus frutos, esto es fútbol, no la economía argentina.

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