El Hincha

Copa de la Liga

La magia de lo simple: la Lepra ganó por el talento de Banega y un nueve goleador

Tercera victoria consecutiva del equipo de Larriera para mantenerse como líder del grupo e ilusionar a los hinchas rojinegros. Fue 1-0 gracias al tanto del Colo Ramírez de cabeza en el segundo tiempo tras centro quirúrgico de Ever


Newell’s se abraza a la ilusión de ser protagonista del torneo con un gran rendimiento colectivo. Foto: Juan José García
Garra uruguaya que contagia con un Pitbull Fernández que mete miedo. Talento argento con toques de magia comandado por Ever Banega. Y capacidad goleadora de un nueve de área como el Colo Ramírez. Argumentos simples para una victoria de Newell’s 1 a 0 ante Belgrano que lo mantiene como líder con puntaje perfecto en un inicio irreprochable del ciclo Larriera en la Copa de la Liga.
El libreto de Larriera fue el mismo de los dos primeros partidos. La presión alta no se negocia y cada vez que Newell’s recupera la pelota, la mirada es hacia adelante o a los costados, sin tanto pasaje previo y toqueteo entre zagueros y el cinco, mucho menos con Macagno.

Cuando la pelota pasa por Banega la chance de claridad aumenta, aunque esta vez a Ever le costó encontrar huecos para lastimar con un pase, más allá de un centro perfecto a Ramírez sobre el cierre del primer tiempo que derivó en un cabezazo desviado del uruguayo.

La idea de Newell’s es atacar mucho por afuera, doblando presencia con Méndez y Martino casi como extremos. Por derecha May aporta más en la presión y recuperación, ya que el perfil zurdo no lo ayuda al desborde y centro. Por izquierda, Aguirre se debate entre la jugada individual o la habilitación a Martino para que desborde. El juvenil atacante pasa del aplauso por un dribling lujoso o un remate peligroso, al fastidio de los hinchas por una tenencia exagerada y caprichosa de la pelota.

Este equipo entusiasma más a la gente. Es más vertical y trata de reducir el tiempo de llegada al arco rival. Pero eso no garantiza chances de gol, aunque siempre hay sensación de estar cerca de anotar o generar peligro.

Y el método Larriera muestra otros detalles simples y efectivos. Juega con un cinco clásico. El uruguayo Fernández Cedrés se planta como cinco, quita como cinco y juega simple como cinco. Y el nueve juega dentro del área. A veces la toca poco, porque la pelota no le llega. Pero nunca pierde la compostura. Sabe que debe estar en zona de gol y espera su chance. A veces se asoma por la ventana del área a ver si la pelota está cerca, y por ahí mete algún pivoteo. Pero su zona de confort es cerca del arco rival, como un nueve natural.

Con el libreto bien estudiado, desesperarse no entra en la cabeza de nadie. El gol debe llegar por decantación. Y así fue. Banega metió magia en una jugada que inició de contra, y cerró con un centro perfecto de empalada, y Ramírez solo tuvo que estar cerca del arco para cabecear a la red. El 10 hizo lo suyo, el 9 (en realidad 99) también.

Después hubo que meter recambio y ahí se nota que faltan variantes sólidas. Por eso hubo un final algo apretado, donde el equipo sacó a relucir la garra uruguaya que propone el propio Larriera.

Y así llegó el tercer triunfo al hilo. Otra vez con valla invicta, otra vez con Banega como figura. Y nuevamente con un gol del nueve. No era tan difícil volver a ilusionar a la gente.

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