De los 44 milones de franceses habilitados para votar, solamente concurrieron a las urnas alrededor del 48%. El dato es significativo en dos sentidos. Por un lado, empeora la afuencia a los comicios con respecto a las regionales del 2.004. Y por otro, no se puede hablar de plebiscito al presidente con semejante escenario en las urnas.
La Izquierda, con el socialismo a la cabeza, sostiene que la falta de fervor electoral prueba la desafección de los votantes de Sarkozy, quien acudió a votar junto a su mujer, Carla Bruni, y lo hizo con una evidente resignación frente al avance de la marea roja.
El Socialismo obtuvo el 29% de los votos, mientras que el oficialismo se quedó con el 27%. La Izquierda podría imponerse en todas las regiones, ya controla 24 de las 26, pero queda pendiente la segunda ronda como para establecer el mapa político definitivo.
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