Marcos De Carlo
La ausencia de manteca en las góndolas de los supermercados es un síntoma más del mal momento que atraviesa el sector lechero, tal vez el peor de su historia. La falta de leche no sólo obedece a las adversas condiciones climáticas que atravesaron las provincias de la cuenca lechera sino también la sostenida desaparición de tambos cuyos costos de producción supera lo que reciben por litro de leche. Pero, sin embargo, el consumidor debe pagar precios altísimos sobre el producto final, lo que marca una gran distorsión entre los dos puntos de la cadena. En ese sombrío panorama, el titular de Federación Agraria Argentina (FAA), Omar Príncipe, remarcó que “hay un problema estructural en la cadena de valor y hay una estructura concentrada en la industria y en el comercio que se está quedando con la rentabilidad del tambero y también le está haciendo pagar la leche carísima a los consumidores”.
“Recordemos que 120 tambos cerraron en los últimos 4 o 5 meses en la provincia. Más de 20 mil vacas lecheras se calcula que fueron a faena. Por eso es que está faltando leche. Después, algunos funcionarios se preguntan qué pasa que no hay manteca y no es porque estamos haciendo más tortafrita, sino porque no hay más leche. Cuando algunos funcionarios como (el subsecretario de Lechería nacional, Alejandro) Sanmartino dicen que el problema son las amas de casa…la verdad es que hay o desconocimiento o quiere tirar la pelota a otro lado”, dijo el dirigente federado en diálogo con El Ciudadano.
“Hay un objetivo de mayor renta, de concentración y por eso es necesario el rol del Estado. El libre mercado no favorece ni a los productores ni a los consumidores”, lanzó Príncipe.
“El rol del Estado tiene que intervenir para poner equilibrio. Ese equilibrio hoy no existe. De los 20 pesos que pagamos un sachet de leche, 4 van al productor, o sea el 20 por ciento. El 17 por ciento se lo queda el Estado a través de impuestos y el otro 63 por ciento queda en la industria y en el comercio. Ese último porcentaje va en ascenso y prácticamente se está quedando con toda la renta de toda la cadena”, amplió.
Pero no solo la leche sufre esta concentración y abuso en la cadena de valor, sino que afecta también a otros productos como frutas hortalizas, carne porcina, entre otros. Es por ello que Federación Agraria no se subió al tren de festejos y elogios hacia el nuevo gobierno nacional de Mauricio Macri, idilio que sí viven otras entidades como la Sociedad Rural.
“Viene muy bien hablar de que no es que en el campo están todos de fiesta, hay algunos que estarán de fiesta pero los pequeños y medianos productores no estamos invitados”, graficó el titular de FAA.
“Estamos estancados”
“En la Argentina de los últimos 30 años, no hay ninguna política a largo plazo. No hay una estrategia de qué vamos a producir, quién lo va a producir y en qué región lo vamos a producir. En la lechería, hace diez años que quedamos estancados en la producción de leche: en 2002 producíamos 11 mil millones de litros anuales y los seguimos produciendo en estos años y creo que este año vamos a producir menos todavía”, indicó.
”Nuestra convicción es que no basta con hablar de un cambio económico, hay que cambiar el modelo agropecuario. La política agropecuaria tiene que ser para sostener a un sujeto agropecuario definido, en este caso pequeños tamberos, productores de cerdos, de economías regionales, porque si no en Argentina lamentablemente la producción de carne, de granos, de hortalizas, de frutas, va a terminar en manos de grupos concentrados”, finalizó Príncipe.
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