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La industria espera señales para invertir

La Federación Gremial de Comercio e Industria pronostica un 2010 positivo.

El año que termina fue complicado desde el punto de vista económico. El país tenía sobre sus espaldas el peso de un 2008 crítico en materia comercial. Una fuerte crisis económica internacional, con un impacto importante en la Argentina produjo en consecuencia un primer semestre de año complejo. Pero el fin de año trajo un repunte importante, con aumento en las ventas y una gran movilización por las vacaciones. Según el vicepresidente de la Federación Gremial de Comercio e Industria de Rosario, Reno Arcadigni, esto puede deberse en parte a las perspectivas para 2010, que si bien tiene sus detractores, son mayoritariamente positiva.

“El problema no va a ser el primer semestre, sino el segundo, o mejor dicho, fin de año –afirma Arcadigni–. El 2011 es un año de elecciones y por lo general hay una merma importante de la inversión, lo que contrae la economía”.

La Federación Gremial de Comercio e Industria de Rosario realizó un estudio entre cien empresarios de servicios, comercio e industria. Todos coinciden con Arcadigni cuando afirma que 2010 va a presentar un crecimiento económico. De los empresarios consultados, el 53 por ciento considera que la situación mejorará, el 27 que se mantendrá igual y sólo un 10 por ciento afirma que empeorará. Esta información concuerda con el hecho de que para el 40 por ciento de los empresarios hubo un repunte en el último trimestre de 2009 respecto del año anterior.

Por ausencia de Roberto Paladini, Arcadigni está en ejercicio de la presidencia de la Federación Gremial del Comercio e Industria de Rosario. En una entrevista con El Ciudadano, este comerciante, fundador de mueblerías Reno, habló de los aspectos a tener en cuenta para que el año que viene sea mejor que éste.

—¿Cuáles son las perspectivas para el comercio y la industria en 2010?

—Argentina ofrece muchas posibilidades, el mundo las está ofreciendo, porque se superaron algunas crisis. La mundial esta atenuada. La propia, al desaparecer la mundial, es menor desde el aspecto empresario. Y por lo que se ve en este momento vamos a tener una buena cosecha. Hay más hectáreas sembradas y hay buenos precios internacionales. Esta perspectiva va a ser un viento de cola que va a traer un gran beneficio, siempre y cuando la parte que decide, el gobierno, dé señales de confianza. La gente necesita esa confianza para invertir. No es una cuestión de tener o no superada la crisis económica. Se necesitan señales de credibilidad para que la gente reinvierta lo que gana o lo que proyecta ganar en nuevas maquinarias o en mejorar el sistema productivo. El empresario necesita la confianza para poder llegar a hacer una inversión y hacer un plan sólido. Porque los planes sólidos son a largo plazo. En consecuencia, la confianza juega un rol fundamental.

—¿Cómo puede afectar una eventual impresión de cuasi moneda en la actividad industrial?

—No demasiado. La mayoría de las industrias santafesinas vende el grueso de su producción a las otras provincias. En el caso puntual de Reno, por ejemplo, Santa Fe representa un 6% del total de las ventas de la compañía. Un problema de esta naturaleza puede afectar pero no tanto.

—¿Y en el comercio?

—En el comercio en cambio puede ser más problemático, porque es todo local. Igualmente, la impresión de los bonos es una especulación ante un eventual déficit fiscal. Pero la provincia está recurriendo a otras soluciones previas a la cuasi moneda. Está buscando una fórmula para evitarla. Una de ellas es lo que le toca por la coparticipación. Los legisladores deberían repartir como corresponde porque con ese dinero Santa Fe no necesitaría la impresión de los bonos. Igualmente, si están bien hechos no son necesariamente una desgracia. Son una forma de pago.

—¿Cuáles son los problemas que el Estado debería resolver con mayor urgencia?

—Yo te voy a mencionar un problema endémico. En Argentina hay que solucionar la situación de la banca con los industriales. Para que un industrial consiga un crédito debe hipotecar lo que no tiene; cuando un señor compra un televisor le dan 24 meses para pagarlo. Mientras el capital dinerario esté volcado al comercio y no a la industria, a la industria le va a ser muy difícil capitalizarse. Y esto afecta a la inflación. Si el dinero que sobra va al comercio, aumenta la demanda, aumentan los precios. Pero si el dinero que está dando vueltas los bancos los otorgan a la industria, ese capital se ve reflejado automáticamente en un aumento de la oferta. Y esta inversión genera mucho más movimiento, muchos más empleos que la posibilidad de comprar un televisor en 24 cuotas.

—¿Cuál es el próximo proyecto de la Cámara?

—En este momento estamos con muchos proyectos, pero yo creo que el más importante es la formación de dirigentes. Desde hace algunos años estamos trabajando con los jóvenes empresarios para fomentar en ellos la actividad gremial. Hay que trabajar no sólo por las futuras generaciones, sino con las mismas. La potencialidad que tenemos es enorme, y hasta que no hagamos participar a la juventud no vamos a poder dar ese salto cualitativo que todos esperamos de nuestra Argentina.

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