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La indignación llegó hasta Washington

Obama justificó la protesta instalada ayer a dos cuadras de la Casa Blanca.

Más de 3 mil “indignados” del movimiento  Occupy Wall Street (Ocupa Wall Street) y miembros de sindicatos estadounidenses se congregaron ayer en la Freedom Plaza (Plaza de la Libertad) de Washington para su primera gran manifestación en la capital de los Estados Unidos desde el nacimiento del movimiento de protesta contra la injusticia social y el sistema financiero. A unas dos cuadras del lugar, en la Casa Blanca, el presidente Barack Hussein Obama no pasó por alto la movilización y sostuvo que los indignados reflejan el malestar general, y recalcó el hecho de que aquellos responsables de la crisis económica intentan frustrar esfuerzos por eliminar prácticas financieras abusivas.

“Creo que (el movimiento de protesta) expresa la frustración que siente el pueblo estadounidense. La gente está frustrada y los manifestantes están dando voz a una frustración mayor respecto de cómo funciona nuestro sistema financiero”, dijo Obama en conferencia de prensa.

“Ustedes todavía ven a algunos de aquellos que actuaron irresponsablemente tratando de combatir los esfuerzos por reprimir” las prácticas financieras abusivas, agregó el mandatario, que predijo que el descontento “se expresará políticamente en (las elecciones de) 2012 y más allá”.

Nacido de la frustración de un puñado de jóvenes que el 17 de septiembre inició un campamento de protesta en Nueva York –originalmente desdeñado– el movimiento Occupy Wall Street  creció y se tornó cada vez más organizado. Hoy ofrece asistencia médica y legal y hasta publica su propio diario. Las protestas, que esta semana comenzaron a extenderse al resto del país, tomaron mayor impulso anteayer con la adhesión de sindicatos a una masiva marcha en Nueva York, en su mayor demostración de fuerza hasta ahora.

Los organizadores dijeron que más de 25 organizaciones, incluyendo sindicatos, participaron de la colorida manifestación en la capital del país, que se realizó ante una presencia policial relativamente moderada.

Los manifestantes rompieron en aplausos y vítores para recibir al primer sindicato en llegar a la plaza, el de los trabajadores metalúrgicos de Wisconsin, cuyos miembros arribaron con remeras y banderas azules, el color que identifica el gremio, y con globos colorados con forma de corazón.

En medio de cánticos y el sonido de redoblantes, los indignados portaban pancartas con distintos lemas, como “Dinero para la gente y no para las guerras”, “Las personas no necesitan la codicia de las corporaciones”, “Impuestos a los ricos” y “Esto es sólo el comienzo”.

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