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La indignación a la portuguesa

Hubo masiva convocatoria de protesta contra recortes sociales del gobierno que coincidió con la presencia en Lisboa de los representantes de los acreedores de la “troika” de la UE, el FMI y el Banco Central Europeo, que les exige aún más ajustes.


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Miles de personas salieron a manifestarse ayer en Portugal contra las medidas de austeridad del gobierno, convocadas por un movimiento ciudadano “apolítico”. La protesta fue al estilo de los indignados españoles y coincidió con la presencia en Lisboa de representantes de la “troika” –el trío de acreedores integrado por la Unión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE)–,  para examinar de nuevo las cuentas del país, bajo asistencia financiera.

El movimiento, bajo el título “Que se fastidie la troika”, tuvo la participación del principal sindicato, CGTP, y también se sumaron profesores, trabajadores del sector de la salud, jubilados e incluso militares.

El gobierno portugués aplicó medidas de austeridad draconianas a cambio del plan de rescate de 78.000 millones de euros que le concedieron en mayo de 2011.

Tras realizar el año pasado bajas de salarios y jubilaciones, el gobierno decretó este año un alza generalizada de los impuestos y prevé economías suplementarias de 4.000 millones de euros por medio de una “reforma del Estado”.

“La troika y el gobierno fuera”, “Portugal a las urnas”, “Elecciones ahora”, “Democracia participativa”, se leía en pancartas y afiches llevados por los manifestantes.

En Lisboa, el cortejo de contestatarios de varios miles de personas partió en la tarde al son de la canción “Grândola Vila Morena”, cantada por los manifestantes, muy emocionados.

Esta canción se convirtió en el símbolo de la protesta en Portugal tras haber sido el himno de la Revolución de los Claveles de 1974, que llevó a la instauración de la democracia en el país.

Desde hace varias semanas, manifestantes la cantan al paso de los miembros del gobierno e incluso con ella se interrumpió un discurso en el Parlamento del primer ministro de centroderecha, Pedro Passos Coelho.

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