Política

La mala herencia

La imaginación de los neoliberales

Néstor Kirchner atribuyó una imaginación “pobre” al neoliberalismo, que nunca logró emprolijar la macroeconomía ni hizo crecer al país. "Con ellos solo crecen la cantidad de desocupados y pobres, de quebrantos y deuda. Una y otra vez se suceden en el gobierno, para fracasar con la misma receta"


Osvaldo Pellin

Cuando pienso en los intentos de los conservadores, neoliberales, liberales, etcétera, que han intervenido y fracasado siempre al pretender “ordenar” la economía de nuestro país, no puedo dejar de recordar a Néstor Kirchner cuando los trató de muy pobres de imaginación.

En esa ocasión le preguntaron a Kirchner qué opinaba respecto de una rebaja universal de las jubilaciones para tratar de alcanzar el equilibrio en las cuentas públicas. No obstante su opinión en contrario y endilgarles que respondía a la poca imaginación de los funcionarios, bajaron las jubilaciones. Corría el año 2000 y no mejoraron el déficit fiscal ni la inflación.

Nunca lograron su objetivo de emprolijar las cuentas de la macroeconomía. Cada vez que lo intentaban lo hacían restringiendo la producción y el consumo, y generaban una recesión brutal con inflación elevada, con lo cual los planes fracasaban ineludiblemente. Así las cosas más vale que las empeoraron, ya sea porque frenaron la demanda o desalentaron la inversión, o las dos cosas. La cuestión es que la economía con ellos nunca creció ni languideció en el estancamiento, mientras las tasas de crecimiento demográfico seguían su crecimiento vegetativo sin prisa pero sin pausa y las legiones de quienes componen la Población Económicamente Activa tironea de la corta frazada buscando su lugar en el mundo.

Digo todo esto por experiencia de vida. He vivido lo suficiente como para no necesitar haber cursado la Escuela de Chicago para vivir en carne propia las recetas de estos cráneos una y otra vez, con el alto costo de un fracaso que daña a los humanos de esta parte del continente americano.

Con ellos lo único que crece, y lo dicen los números a los que son tan proclives, son los valores de la desocupación y de la subocupación, el número de pobres y el de los quebrantos de nuevos y viejos emprendedores por la recesión que invariablemente generan.

Uno no sabe si lo hacen por un sentido estético de ver números compatibles con los manuales elementales de economía que andan por el mundo o para desinteresarse de lo que ocurre realmente.

Si lo hacen porque su necedad los hace tropezar siempre con la misma piedra aunque se llame cada vez de manera diferente.

Si lo hacen como una maniobra de sometimiento y freno a la movilidad social ascendente porque le tienen miedo a las masas.

O si lo hacen por las comisiones que se crean en cada empréstito que solicitan, sea de la banca multilateral o de la privada más usurera pero más dadivosa.

Con ellos el país no está estancado, o sea siempre en el mismo lugar; con ellos el país retrocede costando ese retroceso que miles, millones de personas sean aplastadas por la inercia marcha atrás de la aplanadora de la indigencia.

Una y otra vez se suceden en el gobierno y una y otra vez utilizan para fracasar la misma receta. Cuando alguien de los populistas, como ellos despectivamente llaman a las medidas heterodoxas de políticos o economistas que parecen conocer más de lo que son los recursos del país, los combaten con odio, aunque se aprecie que la realidad mejora manifiestamente.

La imaginación de los neoliberales, quedamos con Néstor Kirchner que es precaria, que Argentina no es un país pobre, que es más vale es un país donde la riqueza se redistribuye mal, un país en que la riqueza que se genera se evade en gran parte en manos de las multinacionales y los bancos privados, que los que más ganan son los exentos de pagar impuestos cuando deberían ser los que más aporten.

Concluyendo que los pobres que tenemos y que crecen en número poco y nada saciarán su hambre en la torta de todo lo que se produce.

Esta vez Cristina entregó el gobierno desendeudado, creciendo, con baja inflación y casi plena ocupación. No se podía decir que había dejado graves problemas. Igualmente los neoliberales no se conformaron y forzaron un cambio de rumbo en la economía que llevó a la Argentina al borde del abismo, donde todavía estamos haciendo equilibrio entre el default y el hambre. Y dudando de todas las evidencias, ya que si vivíamos bien, debíamos pensar que no lo merecíamos.

Médico. Ex diputado nacional por el Movimiento Popular Neuquino, afiliado después al Partido Socialista y colaborador de Guillermo Estévez Boero. De vaconfirma.com.ar

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