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La hora del diálogo político

Panorama político, por David Narciso. Bonfatti aflojó las tensiones con los miembros del FPCyS y promovió contactos con senadores del PJ. El conflicto docente a boxes y dos avances concretos en la reforma judicial marcaron la semana que pasó.

Cada paso exige el esfuerzo de un parto, pero también alumbra alegrías. Algo así se vivió hace cuatro días cuando la reforma de la Justicia penal avanzó en dos frentes diferentes. La pasada también fue la semana en la que el conflicto docente tuvo que ir a boxes, con un derrotero que no es el habitual, pero que en este caso resultó un atajo conveniente para todas las partes. Faltan veinte días para la última elección del año y setenta para que asuman las nuevas autoridades provinciales y municipales. La cuenta regresiva promueve un nuevo escenario marcado por el diálogo que lidera el gobernador electo, y que viene concretando con los miembros de la coalición gobernante, pero también con la oposición. No es poco para un año donde la confrontación electoral afectó todas las relaciones políticas.

Se va haciendo justicia

La reforma de la Justicia provincial, en especial la penal, tiene una dimensión institucional y política aún poco valorada. Quienes intentan frenarla o condicionarla son menos poderosos que en otros tiempos, pero poderosos al fin; conservan capacidad de retrasar tiempos y tornar sinuoso el camino.

Formalmente iniciada en los últimos años del mandato de Jorge Obeid y empujada por el fallo Fraticelli de la Corte nacional, la reforma del Código Procesal Penal logró cruzar “la mitad del río”, según la descripción del ministro de Justicia Héctor Superti. La voluntad transformadora del gobierno y la ancha espalda política del gobernador lograron liberar las fuerzas reformistas que yacían en universidades, tribunales, colegios profesionales y que no habían encontrado hasta entonces una expresión política capaz de liderar el cambio.

La dimensión de la resistencia que debió enfrentarse quedó evidenciada una vez más en estas horas, cuando un sector minoritario de la Corte Suprema, después de toda el agua que pasó bajo el puente, con un paquete de leyes votado por unanimidad por las dos cámaras legislativas, una de las cuales tiene amplia mayoría opositora, avala planteos de inconstitucionalidad de la reforma, cuando está escrito que lo inconstitucional es el actual sistema penal que ellos mismos avalaron durante décadas.

La media sanción de Diputados a los 610 cargos para dotar de personal a futuros juzgados y los flamantes Ministerio Público Fiscal y Servicio Provincial de la Defensa da cuenta de lo mucho que se avanzó desde que magistrados sin pudor entonaron, casi como un grito de guerra tribal, la canción “Resistiré” una noche de diciembre de 2007.

Aunque todo indica que la peor parte ya pasó, queda trayecto por recorrer. Los indicios cada vez más sólidos de que el actual ministro de Justicia sobrevivirá al mandato de Hermes Binner son una señal en ese sentido.

Entre mate y mate

Sobre el gabinete provincial Antonio Bonfatti no muestra sus cartas. Como se informó semanas atrás, la necesidad de reconstituir vínculos en el Frente Progresista precedía a la discusión de nombres.

Bonfatti ya mantuvo conversaciones con casi todos los sectores del Frente (falta el ARI y el PDP), especialmente con la constelación UCR. Con los correligionarios aliados que fueron parte de El Cambio Continúa durante el proceso electoral 2011, por razones obvias el contacto es más fluido y nunca se interrumpió.

Una vez que concluya la ronda de contactos, está en agenda una reunión conjunta de todo el Frente Progresista. Será la primera en mucho tiempo. Tanto, que muchos de sus protagonistas ni se acuerdan cuándo fue la última.

“Con ninguno hablamos del gabinete, si nos metemos a hablar de nombres metemos la pata”, comentó el gobernador electo. Es un hecho que tendrá mayor diversidad política que el actual, aunque los nombres se conocerán recién en los días posteriores al 23 de octubre.

Mientras tanto avanza sobre los cambios en el organigrama de gobierno. Dos casilleros nuevos a contemplar son las secretarías de Estado de Hábitat y Energía. La primera, en especial, está llamada a ser clave en la gestión porque el Estado intervendrá de un modo diferente a como lo hace hoy. El acento, como lo explicó el propio Bonfatti, estará puesto en un Banco de Tierras, adecuada planificación territorial y urbanística, asegurar el suelo a los grupos familiares y la construcción de la vivienda hasta la altura capa aisladora. De ahí para arriba el esfuerzo recaerá sobre cada beneficiario.

Números que van y vienen

Las conversaciones con los aliados políticos y la oposición eran imprescindibles para resolver los compromisos legislativos pendientes y allanar el primer trayecto de gestión. En particular el proyecto de presupuesto 2012, que definirá los recursos con los que contará Bonfatti el primer año.

Ese presupuesto, que originalmente se iba a presentar hoy, se demorará días más. Por un lado, Economía necesita estudiar el contenido del Presupuesto nacional; por el otro acomodar las piezas para evitar turbulencias durante su tratamiento en la Legislatura.

Con ese plan Bonfatti estableció contacto con el presidente de la bancada justicialista en el Senado y luego mandó al ministro Ángel Sciara a explicar los números a los senadores y a escuchar sugerencias, algunas de las cuales, “las que sean oportunas”, se incluirán en el proyecto.

El contacto de Bonfatti con los senadores del PJ tiene varias puntas. La inmediata es el presupuesto, pero no hay que descartar sorpresas de aquí a fin de año.

La novedad es que la convocatoria a los senadores haya surgido desde el Ejecutivo, lo cual marca un nuevo modus operandi y quizás hasta sea un anticipo de cómo se establecerá el diálogo con la oposición más allá de diciembre.

Docencia sindical

Lo que queda boyando en la agenda del gobierno es el conflicto docente. Consiguió disuadir la presión de los sindicatos abriendo el juego a la Legislatura (aun a costo de rispideces en el propio oficialismo) y poniendo en escena la comisión específica que estudiará las posibilidades del actual sistema previsional, pero hay un aspecto que no puede desactivar por sí solo: en las bases docentes quedó picando la idea de que la resolución del conflicto sólo es posible con la baja de la edad jubilatoria como remedio a las dificultades que muchos trabajadores de la educación enfrentan en el último tramo de su tarea profesional.

Cómo se llegó a construir esa idea y las dificultades para llevarla a la realidad, da para un artículo en sí mismo. Por ahora alcanza con verificar que lo más importante hoy, tanto para el gobierno como para las conducciones sindicales, es encontrar una salida decorosa para todas las partes.

En esa tarea participan distintos sectores políticos y sindicales. Amsafé y Sadop preparando alternativas; sectores de la oposición tirando líneas de diálogo; y, aunque no le caiga simpático a los maestros, Alberto Maguid marca la cancha centímetro a centímetro y comenta en los medios, sin inocencia alguna, el acontecer del conflicto.

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