Hipocresía: es el acto de pretender tener creencias, opiniones, virtudes, sentimientos, cualidades o estandares, que en realidad no se tienen.
Dijo Leonardo Madelón en diálogo con el periodista Marcelo Lewandowski, “ningún dirigente de Central habló conmigo”, “está trabajando un amigo como Ariel”, “estoy descansando con mi familia porque están todos los clubes ocupados”.
Muy bien. Madelón no miente al decir que ningún dirigente de Central le ofreció el puesto que todavía tiene Cuffaro Russo, y ya no tendrá si pierde el domingo con San Lorenzo por la 9na fecha del Clausura. La persona que habló con él es un empresario íntimamente ligado a la vida política actual de Central, quien también fue nexo necesario para el ansiado retorno de Miguel Russo. Como entonces, Madelón pidió cerca de 500 mil dólares para volver a Central y ponerse al frente de la traumática situación. Eso sí, no mintió, esto lo charló con un allegado de los directivos, no con ellos.
Su desesperación (la de Madelón) por quedar bien con Cuffaro y mostrarse como una persona respetuosa, y con códigos, lo llevó a desmentir la versión que corrió como reguero de pólvora una vez consumado el empate en La Plata ante Gimnasia.
Además, quiso la “casualidad” del momento que martes por la noche el laborioso de Leonardo Carol no perdiese un minuto de tiempo y se trasladara al estadio de Quilmes para ver la victoria del cervecero ante Olimpo (ah, dirigió los bahienses hace varios años y dejó un buen recuerdo ya que ascendió a Primera). Es factible que haya ido a saludar a sus viejos amigos, y solo los periodistas mal pensados pueden imaginar que se trató de ir a espiar a potenciales rivales de Central en la próxima promoción.
Mientras tanto, Cuffaro Russo y sus jugadores se preparan para la estocada final. Un triunfo ante el Ciclón le aseguraría la continuidad, ya sin Figueroa (jugó tres partidos seguidos, su físico aguantó bastante) pero con los pibes que él siempre bancó. Final abierto para la novela dirigida por Horacio Usandizaga y en la que está en juego la permanencia de Central en la categoría máxima.
Claro que Cuffaro debe estar tranquilo ya que su amigo Leo (a quien él llevó, en su momento, como ayudante de campo a Instituto) dijo por canal 5 de Rosario que, “simplemente yo quiero decirle a Ariel que no hay absolutamente nada, no me reuní con nadie. Creo que estos son trascendidos periodísticos”.
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