Política

Hoy hubiera cumplido 66 años

La hija de Héctor Timerman recordó la crueldad a la que fue sometido su padre

"¿Cómo se habría desarrollado su enfermedad sin la crueldad absurda de la causa judicial por el Memorándum de Entendimiento con Irán? Es contrafáctico. Pero sí es un hecho lo que vi: cada avance del caso fue acompañado por un empeoramiento de la enfermedad", dijo Jordana


Este 16 de diciembre el canciller Héctor Timerman hubiese cumplido 66 años. En las redes, familiares y compañeros de militancia lo recordaron. También el acto de crueldad al que fue sometido por la Justicia de Claudio Bonadío cuando estaba enfermo de cáncer y peleaba contra la muerte,

Su hija Jordana Timerman también lo recordó. Publicó un texto sobre su padre, que Cristina Fernández de Kirchner difundió por sus redes sociales. “¿Cómo se habría desarrollado su enfermedad sin la crueldad absurda de la causa judicial por el Memorándum de Entendimiento con Irán? Es contra-fáctico. Pero sí es un hecho lo que vi: cada avance del caso -o en su defecto su falta de avance- fue acompañado por un empeoramiento de la enfermedad que eventualmente le quitaría la vida”.

Jordana relató cómo fue el día en que le dictaron la orden de detención: “Esperamos horas en el sillón de casa que lo viniesen a buscar para llevarlo a la cárcel. Él sostenía una bolsita con los medicamentos que iba a tener que llevarse para seguir su tratamiento. Le dieron la detención domiciliaria, por los peores motivos: el cáncer”.

“Estuvo lejos de los doctores que seguían su caso, lejos de los procedimientos experimentales que había decidido hacer. Y entonces vimos con demasiada claridad cómo avanzaban los dolores físicos con cada golpe judicial y burocrático. Y sentimos que ya no sabíamos contra qué ni contra quién estábamos luchando, porque los frentes se multiplicaban y de tantos que eran se hacían intangibles”.

Jordana se preguntó si “¿sirve el perdón cuando llega tarde?” y si “¿sirve la justicia cuando llega tarde?” y advirtió por las consecuencias de una causa que todavía sigue su curso. “El caso judicial del memorándum sigue. Duerme, como un volcán que ya arrasó con el pueblo a su lado. Quiero pensar que ya no nos puede afectar, que ya hizo todo el daño que tenía que hacer. Pero cada vez que hay un titular, o una mención en un debate público, se me para un poquito el corazón. A veces creo que no estaremos libres hasta que se resuelva, pero a veces pienso peor: que nunca estaremos libres. ¿Qué significaría una absolución de una justicia en la cual nadie cree ni creerá?”.

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