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Periodismo popular

La Garganta Poderosa ya tiene redacción propia en Rosario

El viernes en La Toma, allí donde laburan 48 organizaciones sociales, se inauguró la nueva redacción de La Garganta Poderosa. Es la segunda en Argentina. Al calor de un trabajo que estuvo en todos los detalles, les militantes de La Poderosa contagiaron el compromiso de seguir construyendo


Por Malena Montenegro

Flechas de papel afiche pegadas en el piso indicaban un camino desde la entrada de La Toma hacia su planta alta donde se armó la inauguración de la segunda redacción del país de La Garganta Poderosa.

Todo se puso rojito porque la barriada de Los Pumitas y La Cariñosa desplegó su laburo militante en forma de estaciones para mostrar lo que hacen en sus villas desde hace 4 años como asamblea La Poderosa – Resistencia villera. “Estación Rodolfo Walsh” con productivos de panes. “Estación Cabezas, rompé con el cerco mediático” decía el cartel que abría paso al espacio de redacción. Ahí entraba el solazo por los ventanales, pegaba derecho para iluminar las hileras de computadoras que ya estaban escribiendo y cargándose de imágenes. Ninguna pared estaba en blanco, todas dejaban algo muy en claro: “el periodismo es libre o es una farsa”; otras consignas escritas en voz baja y pegadas en las puertas de los armarios, se proponían organizar la limpieza y el cuidado de los objetos. Entonces, aquí también estaba la parada para hacer serigrafía: un retazo de tela, una chance para llevarse a colaboración la experiencia de imprimir un mensaje.

 

Luego, a paso de mirotear una feria, seguía la “Estación Marielle”, donde se podían ojear y comprar distintos números de la revista impresa La Garganta Poderosa que sale con esas tapas inconfundibles desde 2010. En la “Estación Santiago Maldonado” se podía hacer “justicia por garganta propia”, en un panel en blanco y dividido en dos, cada une tenía el rincón para escribir, dibujar, citar, pensar, opinar sobre algunos disparadores. “Estación Lohana” titulaba: “los femicidios villeros no aparecen en los medios” y una fotogalería invitaba a observar qué desean, qué debaten y porqué luchan las mujeres y disidencias poderoses en sus barrios.

“Estación Nora Cortiñas” ¡Sí! Acá, el escenario con el despliegue de luces y sonido que envolvía todo lo que sucedía con simultáneo respeto. Acá subían y bajaban todes quienes estaban convocades para intervenir con música, deseos, lecturas, discursos, recuerdos, saludos, silencios, gritos…

María Claudia La Negra Albornoz, militante del barrio Chalet de la ciudad Santa Fe, pasadas las 6 de la tarde encaró el micrófono junto a Georgina Mansilla, coordinadora de la nueva Casa de la Mujer y Disidencias de barrio Los Pumitas. Ambas condujeron las 4 horas de inauguración para que todes fueran presentades y nadie se perdiera ningún momento.

“Prefiero juntar botellas, papeles y cartón antes que andar probando terminar encerrado muchos años en prisión” recitaron, con los pulmones en alto, tres jóvenes del taller de rap al ritmo de las palmas de toda la vanguardia de niñes, madres, referentes de diferentes organizaciones y partidos políticos que se acercaron para impulsar esta nueva trinchera de la comunicación. Entonces, Lorena Ingüis leyó: “Somos diferentes porque hablamos desde el barro y luchamos para volver a construir las palabras que nos robaron”.

Con mates que volaban entre abrazos y carcajadas de nervios felices, la tarde siguió con las canciones de las cuerdas locales de: Marcos Migoni de Farolitos, Varón y Agua Dulce. Por su puesto que todo el pogo transpirado de energía fue a parar a los estribillos faroleros. Rápidamente las caderas se reacomodaron para seguir la dulce voz de Ayelén Beker, cantante trans de Rosario que al compartir algunas de sus interpretaciones dijo: “Estoy acá porque soy militante; venir de una familia pobre me limitó en un montón de cosas. Creo que hoy hay un montón de puertas abiertas, espacios como la redacción de La Garganta Poderosa que antes no había y nos dan muchas posibilidades”.

Rápido pero con claridad, Carlos Ghioldi, referente del Centro Cultural La Toma, se dirigió a les más jóvenes para historizar los 18 años de laburo cooperativo que llevan adelante para aguantar todos los intentos de desalojos. “Cuenten con nosotros para la lucha como contamos con ustedes para esta resistencia; aunque estemos cansados de haber luchado, la obligación ética que tenemos – por toda la solidaridad recibida – es que de acá no nos movemos, bajo ningún punto de vista y bajo ninguna circunstancia”, sostuvo Ghioldi con su garganta en plena arenga.

“¡¿La Poderosa está?!”

¡Sí, está, entonces luche, luche que se escuche! agitaban mirándose a los ojos, les militantes, entre cada intervención. De esta manera también los flashes no dejaban de pestañear, los celulares y grabadores se apuntaban sutilmente porque llegaba al escenario Nacho Levy, referente de Zavaleta (Buenos Aires): “Esta redacción no es importante para La Cariñosa, para Los Pumitas; no es importante para las 114 asambleas que hacemos desde La Poderosa. Es importante para un montón de barriadas populares, que ni La Garganta de Buenos Aires ni La Garganta de Rosario pretende colonizar, ni hegemoniza; es importante porque una comunidad organizada puede hacer mucho más de lo que han hecho los demás” – y agregó –  “Esto de cambiar el mundo empezó desde hace rato: una redacción, una carta abierta a la junta militar, es periodismo o eso es revolución”.

Nacho casi que detuvo todo lógico bullicio, habló de su sangre rosarina cuando contó cómo su padre de Echesortu, a los 12 años tuvo que migrar para hacinarse en un barrio porteño porque su familia se quedaba sin el sueldo del abuelo, sin educación, sin casa, sin comida. Nacho recomendó una vez más nunca dejar de grita, nunca dejar de escribir, nunca dejar que las malas palabras las decidan, también, los asesinos y los mercenarios del neoliberalismo.

Casi al cierre, dio un cariñoso saludo: Luz Olazaigotía, concejala de la organización social Causa, quien recordó: “Hace 6 años – junto a La Poderosa fundamos la asamblea por los derechos de la niñez y la juventud exigiendo la emergencia -empezamos un camino que nos encuentra siempre en las calles”. También se sumaron les concejales Juan Monteverde y Caren Tepp que, con enrojecida pasión, afirmó: “Cuando los sectores populares aparecemos en los medios es con malas noticias: estigmatizados, culpabilizados o revictimizadas. La Redacción Poderosa será un punto de inflexión en la historia de las organizaciones territoriales”.

Ya se asomaba la noche por aquellos ventanales de La Toma, ya algunas estaciones se habían transformado en una enorme bandera que se desplegó para el “ritual poderoso”: La foto de la Garganta Poderosa de Rosario levantando el puño y el grito bien fuerte hasta que el equipo fotoperiodistico caputarara el final con todes bien amuchades. Pero nada podía despedirse si no era con un poco más de música, entonces las compañeras del taller de Zumba largaron la coreografía de los cuerpos libres que, cansados pero llenos de ganas, le metieron al reggeaton, y a la cumbia.

Buscando un rinconcito más íntimo, Fátima Barrera de 25 años, referente de la comunicación desde la asamblea Los Pumitas dijo que este proyecto de periodismo villero se diferencia de otras formas de comunicar porque la palabra y la mirada están desde los y las vecinas de los barrios. Fátima hace un año que empezó a militar, se acercó al taller de zumba, se sumó para viajar el año pasado al Encuentro Nacional de Mujeres en Chubut, estudia fotografía en el Iset 18 y explicó: “este espacio surgió porque nosotros tenemos nuestras reuniones anuales acá (en La Toma), entonces nos ofrecieron un lugar para tener acceso a las computadoras e internet, pero que la redacción esté en el centro no implica que esté ocupada solamente por vecinas y vecinos de los barrios, todo se comparte también con otras organizaciones” –y continuó– “nuestro trabajo es colectivo, si bien algunos sabemos más de fotos, otros de video, otros de edición, redacción, o diseño, a la hora de cubrir alguna actividad, para lo que sea que se necesite poner el cuerpo, nos vamos turnando”.

El objetivo de esta apuesta a la comunicación “villera, federal, popular y militante” es poder centralizar lo que sucede en los barrios de Rosario y la región, por eso las coberturas poderosas se podrán seguir de manera centralizada en la web de La Garganta Poderosa, en sus diferentes redes sociales, y en la revista impresa. “La idea no es que Rosario se separe, sino que estamos todos juntos para tener más alcance y dar una mano a los compañeros de buenos aires y al revés también; siempre aclaramos desde dónde estamos escribiendo para que no se disperse la información porque también tenemos asambleas en: en Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay, México, Bolivia, Colombia y Cuba” – remarca Fátima y agrega – “Tenemos asambleas todas las semanas y ahí vamos problematizando todo lo que nos sucede, lo que se necesita. Ahora estamos llevando a cabo una lucha contra el distrito noroeste para que nos pongan luces en la canchita que estamos reclamando desde hace un mes. Estamos haciendo foco ahí porque el Estado no da respuesta, no ponen las luces porque no aparecemos en el mapa”.

En esta cancha se hace el taller de fútbol popular, “es mixto, para mujeres y hombres”, se ubica entre las calles Cabal y Ottone de barrio Los Pumitas. “Estamos problemtaizando esto porque llega la nochecita y los pibes ya no pueden jugar más porque no se ve nada y la inseguirdad se empieza a notar porque ya está todo oscuro”, denunció la fotoperiodista Fátima. Ella además dejó bien claro que si bien está la mano importantísima de los compañeros que viven por fuera de los barrios, la base militante se organiza con los y las vecinas de los barrios.

Esta respuesta colectiva, que surge en medio de tanta represión, de tanto intento de arrebato de la palabra, en medio de un crudo contexto de emergencia de hambre, se enriquece gracias a la desobediencia organizada. La Poderosa grita en sus talleres de encuadernación, de albañilería y de comunicación que es posible enunciar la realidad, siempre y cuando la resistencia villera, sea popular, feminista, cooperativa y f

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