Ciudad

La frágil bajada de bandera

Luego de una ola de ataques en los últimos días los taxistas comenzaron rondas de reuniones con autoridades policiales para encontrar alternativas y mejorar la prevención en materia de seguridad.

La ola de agresiones de las que han sido víctimas los trabajadores del volante en los últimos días ha puesto al sector en alerta. Mientras que ayer por la tarde la cámara de titulares, Catiltar, se reunió con las autoridades policiales, las otras instituciones del sector que disienten con ésta como el Sindicato de Peones de Taxis, la Asociación de Titulares de Taxis Independientes (Atti) y la Asociación de Conductores de Taxis (ACT), lo harán hoy  a las 11. “Estamos en una época del año que siempre es riesgosa porque la baja de viajes hace que los compañeros se arriesguen a entrar en zonas peligrosas, por lo que entre todos es necesario tomar mayores recaudos”, sostuvo Mario Cesca, de Atti.  Del lado de Catiltar José Tornambé explicó que “lo más importante es la posibilidad de poder hablar con la nueva jefatura, una especie de presentación formal, para avanzar en las alternativas para mejorar la seguridad”.

Cada uno por su lado, los taxistas buscaron el diálogo con las nuevas autoridades de la Unidad Regional II, encabezadas por Oscar Barei, para prevenir los ataques. Es que hubo varios atracos en cuestión de días y, en uno de los casos, un atacante disparó un balazo que atravesó la cara de un chofer que se salvó de milagro.

Los titulares nucleados en Catiltar fueron los primeros en ser recibidos en la Jefatura de Unidad Regional II de la Policía. “La idea es corregir los corredores seguros. Hay algunos nuevos sitios que se han convertido en muy peligrosos. Una de las propuestas es ver la posibilidad de que en algunos casos esos corredores sean rotativos, y además poner sobre la mesa el problema de la Justicia”, dijo Tornambé

“Las expectativas son positivas y esperamos que den sus frutos porque está en juego la vida de los choferes. Los robos son cosa de todos los días pero nos preocupa el nivel de agresividad”, sostuvo.

“Los corredores fijos –continuó– funcionan pero acá hay cuatro o cinco puntos muy peligrosos que quizá habría que ir rotando con controles. Claro, sabemos que la Policía no es sólo para nosotros y que debe estar, a la a vez, cubriendo otros puntos de la ciudad para la seguridad del resto de la población, pero creemos que podemos aportar a que se mejore la seguridad aunque hay cosas inconclusas como la pata judicial”, apuntó.

Y añadió: “Los menores que delinquen son siempre los mismos y no entendemos cómo no se puede prevenir desde la Justicia. Creemos que hace falta una decisión política para mejorar esto, que, recuerdo, había sido una de las promesas del anterior ministro de Seguridad (Daniel) Cuenca”.

Por su parte, desde Atti, Cesca no dejó de remarcar sus diferencias con Catiltar, a la que acusó de haber jugado “un triste papel” en apoyo a las medidas obligatorias de seguridad impuestas por el municipio y que, resaltó, “no sirvieron para nada más que para hacer un gran negocio”.

Además, deslegitimó a Catiltar por “no reconocer el convenio colectivo de trabajo y porque no está reconocida por el Ministerio de Trabajo”.

“Los que pedimos la entrevista con la Jefatura fuimos nosotros pero creo que las autoridades se confundieron y nos invitaron junto con Catiltar, por lo que decidimos no ir (ayer) y quedamos para mañana (por hoy) a las 11”, aclaró el dirigente.

“Los últimos hechos de violencia demuestran una vez más que no se puede hacer simplificaciones en el sentido de que con éste o el otro sistema de seguridad se van evitar hechos de violencia porque es simplemente imposible evitarlo: una vez que un atacante apunta con una pistola allí se termina toda la tecnología y el chofer queda solo a expensas del atacante. Es así”, reflexionó Cesca.

“Por otra parte, tenemos casos como el de ayer (por anteayer), de un compañero que quiso avisar de un asalto –obviamente después del hecho porque sólo un suicida puede avisar o apretar un botón mientras lo están apuntando–, y desde el Comando no el respondieron; no había forma de comunicarse”, ejemplificó.

“De todas estas cosas queremos hablar con las autoridades que además son nuevas”, destacó Cesca quien sin embargo, mencionó que la presencia policial “venía funcionando bien”. 

Aclaró que desde su punto de vista “no se ha registrado una merma de la vigilancia” y consideró que los corredores están como siempre. “Lo que ocurre es que estamos en una época del año muy especial: en enero baja de golpe el trabajo y los compañeros toman viajes a zonas peligrosas y se meten en lugares donde quizá antes no entrarían. La necesidad los hace jugarse demasiado y los delincuentes están dados vuelta”, sentenció.

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