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Que no se olvide

La Forestal: reclaman resarcimiento por la vieja sangre de los quebrachales en Santa Fe al norte

El diputado Carlos del Frade presentó un proyecto de ley para actuar contra la maderera y taninera inglesa que devastó por completo los bosques en cinco departamentos de la provincia, cuyas "fantasmales" poblaciones rurales siguen padeciendo la destrucción casi 60 años después


En coincidencia con el Día Mundial de la Tierra, este 22 de abril el diputado provincial Carlos del Frade presentó un proyecto de ley para crear un “régimen de reparación excepcional”, cuyo destino será atender las necesidades que padecen los habitantes de los departamentos de Vera, San Cristóbal, 9 de Julio, General Obligado y San Justo “como consecuencia de la devastación del medio ambiente” a raíz de la actividad industrial y comercial de la empresa La Forestal. Según la iniciativa, será la misma madera y taninera inglesa la que deberá reparar el desastre que dejó, aunque el pasivo ambiental también alcanza a la Corona: las ganancias, rastrea el proyecto “fueron remitidas, en parte, a Gran Bretaña entre los años 1905 y 1963, que de esta forma, fue un socio necesario en semejante delito ambiental”.

La iniciativa del legislador del Frente Social y Popular apunta a “paliar los daños materiales y espirituales” derivados de la pérdida del ecosistema, “que siguen produciéndose en el tiempo, en distintas generaciones, a casi sesenta años del cierre del último ingenio de la empresa inglesa La Forestal”.

Según el trabajo del diputado, “las necesidades que hoy viven las poblaciones del norte provincial son en gran parte fruto de 75 años constantes de planificada explotación del norte santafesino por parte de La Forestal y avalado por el estado del Reino Unido de Gran Bretaña”.

“Según nuestros cálculos, y basados en las investigaciones existentes, la empresa extrajo 400 mil toneladas de madera al año de quebracho colorado, exterminando 16 mil hectáreas de bosques por año con aproximadamente 30 millones de árboles cortados”, asegura Del Frade.

“Las consecuencias sociales de la planificada política económica de La Forestal, que giraba parte de sus ganancias al Tesoro del Estado del Reino Unido de Gran Bretaña, se ven claramente en el despoblamiento que sufren estas regiones, así como en sus índices de necesidades básicas insatisfechas y niveles de analfabetismo, que superan la media provincial”, dice el texto presentado por el legislador.

Y agrega que esos datos pueden confirmarse “por ejemplo en los números de los censos de población de los años 1960-1980 según los cuales:

  • Villa Ana redujo su población en un 85 por ciento.
  • Villa Guillermina, en un 26 por ciento.
  • Villa Ocampo en un 8 por ciento.
  • La Gallareta, en un 87 por ciento”.

Además, distingue que las cifras del Censo 2010 marcan la continuidad de las pérdidas en los pueblos de Santa Fe al norte: “El promedio de hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas en la provincia de Santa Fe es del 7,4 por ciento, y el promedio de la tasa de analfabetismo en la provincia es de 1,8 por ciento. Sin embargo, en 9 de Julio asciende al 15 por ciento y la tasa de analfabetismo se eleva al 5,5 por ciento. En Vera, las NBI alcanzan al 14,7 por ciento de la población y el analfabetismo al 5 por ciento. En General Obligado, las NBI llegan al 11,8 por ciento y el analfabetismo al 3,4 por ciento. En San Cristóbal, las NBI alcanzan al 6,9 por ciento de los hogares y la tasa de analfabetismo al 2,5 por ciento. Y en San Justo las NBI llegan al 6,1 por ciento de los hogares y la tasa de analfabetismo al 2,2 por ciento”.

“El delito ambiental –subraya a continuación– cometido por esa política de explotación extractivista, avalada por el gobierno inglés, continuó en la vida colectiva de estas poblaciones del norte profundo santafesino más allá del cierre del último ingenio en La Gallareta, en 1963, en el departamento Vera”.

Para Del Frade no hay duda alguna, y así lo marcan los datos duros, de que “el éxodo de la población, efecto del cierre de los obrajes y el exterminio del bosque, tiene costos sociales que llegan hasta el presente”.

Con respecto al monto reclamado para la reparación el proyecto repasa las ganancias de la empresa inglesa y las utilidades giradas al Reino Unido según las investigaciones de Gastón Gori, del diputado Anacarsis Acevedo y del periodista Oscar Ainsuain, para afirmar que de acuerdo al precio promedio del dólar del período 1947-1957 La Forestal habría exportado en 51 años (1906-1957) por valor de 435.111.116 dólares.

Y partiendo de los datos aportados por Gori y Acevedo, quienes aseguran que las ganancias de la empresa fueron de 50 millones de dólares cada 10 años, se podría proyectar que las utilidades de La Forestal en el rubro exportación de extracto de tanino en el período 1906-1957 fueron de 255.000.000 de dólares.

En ese marco, la investigación propia y aportada incluida en el proyecto de ley concluye en un reclamo actualizado –sin contar otros rubros comerciales o el genocidio ambiental provocado– de 2.395.191.073 dólares.

Pero además de las ganancias de la empresa, la misma remitía utilidades directamente a las arcas del Estado inglés.

Según cuenta Daniel Silber en su cuaderno “La Forestal”, en el año 1916 la empresa “le pagaba al gobierno de Santa Fe 296.966 pesos en concepto de impuestos por la explotación de 1.602.655 hectáreas, en tanto en Inglaterra abonaba por impuestos por beneficios excesivos la suma de casi 9 millones de pesos”.

“Si tenemos presente –explica Del Frade– que en el año 1908 el Presupuesto provincial fue de casi 9.100.000 pesos, tendremos una somera idea de la verdadera magnitud y del poder –ya sea económico como político– que representaba esta compañía extranjera enclavada en Santa Fe. Lo que dejaba en el Tesoro del Estado inglés era el equivalente a un Presupuesto provincial entero”.

Finalmente el legislador y periodista insiste en la actualidad persistente del desastre que se dejó de consumar hace poco menos de 60 años: “El perjuicio a toda la población pertenece a la esfera social y transindividual. El delito ambiental de La Forestal y el Estado del Reino Unido de Gran Bretaña se sigue produciendo en el presente porque esa esfera social y transindividual sigue siendo afectada. Delito ambiental al borde del ecocidio, como empiezan a denominarlo en distintos países del mundo”.

Estos delitos, concluye del Frade, al continuarse en el tiempo “se emparentan con los de lesa humanidad, por lo tanto es necesario una reparación para esos pueblos forestales”.

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