Región

GRANADERO BAIGORRIA

La fábrica Fundición Martínez dio marcha atrás con el cierre

Había anunciado que no retomaría la producción en 2018 porque no podía pagar las subas en las tarifas de luz. Pero fue clave una reunión en la Empresa Provincial de Energía destrabó el conflicto.


La fábrica Fundición Martínez de Granadero Baigorria no cerrará en 2018. La semana pasada los directivos anunciaron que no podían continuar con la producción por subas en el costo energético del 1.000 por ciento en dos años y por la apertura de importaciones. Pero el lunes una reunión en la Empresa Provincial de Energía (EPE) destrabó el conflicto.

“Hemos encontrado herramientas vinculadas al costo de la energía que sirven para paliar la crisis que enfrentamos y trabajar el año que viene”, dijo en diálogo con El Ciudadano Andrés Ciambotti, a cargo de Relaciones Institucionales de la firma.

Según el representante de la empresa las soluciones fueron alcanzadas a partir de las gestiones de los ministerios de Producción y Trabajo de la provincia y de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).

Fundición Santiago Martínez abrió en 1951 en el oeste de Baigorria. Es una de las plantas fundidoras de hierro más grande del país y provee piezas a las industrias automotriz, ferroviaria y de fabricación de maquinarias agrícolas. En 2014 el empresario y dueño Rubén Martínez anunció la suspensión de los 150 empleados. La decisión llegaba de la mano del cierre de Paraná Metal y de la crisis en industrias de fundición de otros puntos del país.

Seis meses después, la firma santafesina Carlos Boero SRL, dedicada a la fabricación de ejes y suspensiones neumáticas de camiones, decidió hacerse cargo a partir de una gestión de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Contrató a 80 de los trabajadores suspendidos y puso en marcha la producción. Actualmente fabrica campanas y masa de freno, piezas para remolques de camiones, blocks de cilindro, componentes ferroviarios y otros productos de fundición de tamaño grande.

La semana pasada desde la firma habían anunciado que sería imposible encender las máquinas el año que viene. Ciambotti explicó que desde comienzos de 2016 la planta pasa por una crisis creciente. Como en otras industrias del país, hay dos motivos detrás: la apertura de importaciones y la suba de las tarifas. En dos años los aumentos de luz fueron del 1.000 por ciento, a lo que se suma la apertura de importaciones con la llegada de piezas de Brasil y China.

Si hace dos años el pago energético equivalía al 3 por ciento del costo de producción, este año se fue al 16. La mayor parte del aumento llegó a través de Cammesa, la proveedora de energía a nivel nacional. Otro porcentaje equivale al cargo de contratación de la Empresa Provincial de Energía (EPE).

El lunes se llevó adelante una reunión en la EPE de la que participaron representantes de los ministerios de Producción y Trabajo y de la UOM. Si bien no trascendió el detalle del acuerdo, desde la firma dijeron que accedieron a herramientas que posibilitan no cerrar el año que viene.