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La explosión en el edificio de Salta sumó la 22ª víctima fatal

Por Diego Montilla / Santiago Baraldi.- Beatriz López vivía en el 3ºB y estaba internada en Ipam desde el día de la tragedia con quemaduras de consideración.


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Como una pesadilla que no parece terminar, ayer murió Beatriz López, y se convirtió de esta manera en la víctima número 22 de la explosión de calle Salta 2141. La mujer, quien había cumplido 69 años mientras estaba internada en el sanatorio Ipam, experimentó en algún momento signos de mejoría, pero el cuerpo no resistió y una infección le terminó ganando a los médicos la que fue una larga y diaria pulseada. El 6 de agosto, desesperada al verse acorralada por la llamas, saltó al vacío desde el tercer piso como último recurso frente al horror que la rodeaba. Los vecinos la recuerdan como alguien “sumamente alegre, muy buena y muy dada”. Beatriz era viuda, madre de Ariel, de 39 años, y abuela de tres nietos que no pararon de preguntar por ella durante los más de dos meses que duró la convalecencia.

Según contó a El Ciudadano la nuera y esposa de su único hijo, a Beatriz se la trató en el centro de salud “con todas las medicaciones habidas y por haber, pero una infección se le trasladó por todos los órganos y produjo el desenlace”.

“Cumplió los 69 años estando internada, era viuda y vivía sola en el 3º B. Mi marido, Ariel, tiene 39 años y tenemos tres chicos. No participamos de ninguna marcha porque nos pasamos los dos meses en Ipam acompañándola”, agregó la mujer sin poder ocultar su tristeza.

La última víctima

Por su parte, el secretario de Salud del municipio, Leonardo Caruana, comentó que en un determinado momento la condición de la mujer había comenzado a mejorar y hasta se llegó a evaluar la posibilidad de darle el alta. “Más tarde todo empeoró y una complicación infecciosa le trajo aparejado un cuadro complejo que terminó con su deceso”, explicó.

“Beatriz era la única persona que quedaba internada de la tragedia de calle Salta. Nosotros seguimos teniendo contacto con todos los que estuvieron internados, aunque hayan sido dados de alta, para ver cómo sigue su situación”, agregó el funcionario.

“Muy alegre”

Los vecinos del edificio que ya no existe más la recordaron con especial cariño y lamentaron su fallecimiento. Así lo expresó Daniel Baldassi, quien vivía en el quinto piso del inmueble que explotó junto a su esposa Anahí Salvatore, cuya imagen sentada en la ventana pidiendo ayuda desesperada a los rescatistas quedó grababa en la retina de todos aquellos que tuvieron oportunidad de verla.

“Por lo que hablamos en su momento con el hijo tuvo que saltar al vacío porque se vio amenazada por las llamas. Estuvo internada un tiempo pero su condición fue empeorando. Nosotros solíamos cruzarla en el pasillo, tenía una perra muy linda, siempre los encuentros eran en los lugares comunes de los consorcistas. Era una persona muy alegre, muy buena y muy dada”, rememoró.

Al ser consultados sobre su situación actual, Baldassi señaló que estaban bien pese a lo fuerte de lo vivido hace poco más de dos meses. “Dentro de todo estamos acomodándonos en lo que podemos y peleándola todos los días”, siguió.

Cuando se cumplió un mes de la tragedia, Ariel contó que su mamá había saltado a los escombros “porque sentía que se moría”. Durante más de treinta días interminables no dejó de visitarla para darle fuerza. Cuando la mujer ingresó a Ipam su estado era muy crítico y tenía quemaduras en casi el 30 por ciento del cuerpo. Las llamas no la dejaban salir provocando un calor agobiante que en un momento le resultó intolerable.

“Yo estaba en la zona norte de la ciudad cuando me llamó mi suegra para avisarme lo que había pasado en el edificio de mi mamá. Mi hija más grande es la que más pregunta por ella. Esperemos que mamá pueda estar bien para octubre, para cuando ella tome la comunión”, anhelaba en aquel momento.

La recusación de Enargás, punto por punto

A principio de este mes, el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), presentó ante el Juzgado de Instrucción de la 9ª Nominación, a cargo de Javier Beltramone, y ante la Fiscalía Nº 11 de Graciela Argüelles, un escrito en base al sumario administrativo que se le inició a Litoral Gas por la tragedia de Salta 2141. En el mismo se la responsabilizó por nueve irregularidades, y se otorgó un plazo de diez días para que la empresa pueda realizar el descargo pertinente y así evitar multas que alcanzarían los cuatro millones y medio de pesos. En tanto, hoy se conocerían parte de las primeras pericias realizadas en Mar del Plata sobre los artefactos involucrados en la explosión.

Item por item

El primer punto, relativo a uno de los departamentos, se acusó a la empresa por incumplimiento de la normativa de las reglas básicas de la licencia de distribución. Según señalaron desde el ente regulador, los habitantes del departamento habían reclamado por baja presión en el gas sin obtener repuesta por parte de Litoral Gas.

El segundo punto, relativo a los procedimientos de notificación de trabajados realizados por los matriculados, señala que el inspector que observó las modificaciones al gabinete del edificio no pidió al gasista el formulario que debía llenar el matriculado en la instalación. “La empresa no sabía que habían hecho ese trabajo, se entera con la declaración informativa que el gasista prestó ante la Justicia”, señalaron las mismas fuentes. Ligado a esto, el punto tres se refiere a que al no tomar conocimiento de estas refacciones no pudo informar al segundo gasista de que se había modificado la instalación. El punto cuatro, en mismo sentido, señala el ente regulador, que enviar personal el 26 de julio a verificar la instalación sin antecedentes “constituiría un accionar negligente por su parte, porque tal situación es una limitación para ejercer correctamente su obligación de control establecido en el contrato”. Por ello, el 26 de julio, señala el Enargas en el punto número cinco, la única verificación que se hizo fue aplicar una solución jabonosa para ver que no hubiese pérdida de gas y al constatarlo restituyeron el servicio. “Litoral Gas debió realizar la verificación integral de dicha instalación. Dichos controles debieron haber abarcado la calidad de los trabajos realizados por el matriculado, los materiales utilizados y las pruebas que éste realizó para verificar la estanqueidad de la instalación”, precisaron las mismas fuentes. Al no ser realizado el control, siempre según detallan los puntos de la imputación, el gasista accionó la válvula de bloqueo para presurizar la cañería pero lo hizo con gas natural mientras debía de haberlo hecho con presión neumática, esto es, aire.

Más adelante en los puntos se explicó que las acciones de Litoral Gas no permitieron interrumpir el servicio en un lapso acorde con la gravedad del acontecimiento. Cabe recordar que la fuga se mantuvo por un periodo no menor a las dos horas y media. “Es responsabilidad de la licenciataria implementar todas las medidas necesarias e incorporar equipo y personal especializado para optimizar el tiempo de respuesta en casos como este. No tenían ni equipo, ni personal”, señalaron las mismas fuentes.

Al finalizar la acusación, Enargas sostuvo que Litoral Gas no tiene registro cronológico de los reclamos. En los archivos diarios remitidos al Enargas no figuran parte de los reclamos que sí estaban en la base de datos de Litoral Gas. “Esto se considera una inconsistencia. No se explica la falta de correlatividad de los reclamos. Hay desorden y les falta transparencia”, apuntaron las mismas fuentes.

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