Espectáculos

La eterna música de Spinetta

ANUARIO 2011. Con su hija Vera en coros y la poderosa banda piloteada por el Mono Fontana y el rosarino Cardone,  Spinetta ofreció un concierto de sublime belleza, a sala llena, en una cálida noche de verano. Para Cerati, interpretó "Té para tres".  Por Patricia Dibert

El 2011 comenzó con un concierto veraniego del Flaco Spinetta. Luis Alberto volvió a Rosario el 20 de febrero, con nuevo concierto y músicos invitados. El Teatro El Círculo contó con entradas agotadas mientras algunos fans esperaban en la puerta un milagro. Para la ocasión el flaco repitió la formación del reciente Cosquín Rock: dos teclados a la par con el histórico Claudio Cardone en las melodías y El Mono Fontana, compañero de tantas rutas spinetianas, imponiendo sus maquillajes sonoros. Sergio Verdinelli aportando su time poderoso y sutil a la vez, la polenta de Baltasar Camotto en guitarra y Matías Méndez recientemente incorporado en lugar de Nerina Nicotra, dedicada ahora a su hijita. La banda del flaco es un seleccionado de lo mejor de la escena rockera, compuesta por históricos experimentados y jóvenes promesas que unen sus influencias y formaciones en un mismo sentido, rico en matices y musicalidad.

Los invitados fueron Panchito Chévez (con mención al proyecto Mundo Alas de León Gieco), y su hija Vera (“una persona muy importante en mi vida”, dijo el Flaco), quien hizo coros en Durazno Sangrando y Cabecita calesita, dos de los momentos de mayor riqueza armónica de la noche. Desde la década del ochenta que Spinetta no presentaba una voz femenina en coros, cuando Isabel de Sebastián y Celsa Mel Gowland lo acompañaban en esa función. Desde la platea presenciaron el concierto Jota Morelli y Hernán Jacinto (tecladista de Malosetti), además de un importante grupo de músicos rosarinos como Gonzalo Aloras, Sandra Corizzo y Adrián Abonizio.

Durante tres horas de show, el flaco hizo un repaso por sus viejas y nuevas canciones, un derrotero por la mejor poesía que se consigue en esta tierra, mostrando buen humor y una buena comunicación con la platea. Spinetta eligió ponerse como uno  más en el escenario, al lado de la batería. La producción del concierto no permitió el acceso de fotógrafos ni se concedieron entrevistas por expreso pedido del músico, sólo un reportero oficial registró las únicas imágenes de la noche, a pesar de la cantidad de teléfonos y cámaras digitales que se observaban en los palcos y plateas.

Entre su repertorio hizo algunos homenajes, como dos momentos en que sonaron temas del uruguayo Hugo Fatorusso elegido por Mono Fontana para su momento solista, y una buena versión de Milonga Blues, donde la hija menor de Spinetta pudo mostrar sus dulces y afinadas condiciones vocales. “Prométeme paraíso” de Illya Kuriaki fue el tema elegido del repertorio de Dante Spinetta, con una poesía que parecía hecha a medida de su padre. “Las cosas tienen movimiento” de Fito también sirvió para nombrar a Litto Nebbia, otro rosarino ilustre. Los buenos deseos del flaco para Gustavo Cerati se escucharon con una versión emotiva de “Té para tres”, la canción de Soda Stereo donde es posible encontrar cierta influencia del creador de “Bajan”.

El 20 de febrero, Spinetta se presentó a sala llena en El Círculo

La larga lista de temas fue compuesta entre viejas y nuevas composiciones del flaco, pero vale la pena mencionar la apertura de la noche, con una versión extended de “La herida de Paris” que sirvió como presentación de la troupe de músicos ilustres que forma la banda de Spinetta. “Canción de amor para Olga” y “Nelly no me mientas” fueron directo a los sentidos en una ovación del público que también se emocionó cuando sonaron los primeros acordes de “Asilo en tu corazón”, aquella canción inolvidable del proyecto Páez- Spinetta, conocido como “La la la”. Mientras Verdinelli y Camotto se lucieron en “Ludmila”, una perla rescatada del mar eterno que demuestra las permanentes cualidades vocales de su autor.

El público que colmó el teatro estaba compuesto en su mayoría por jóvenes, pero también cuarentones, hombres y mujeres cantaban las canciones del artista. “Descubre tu vuelo al fin”, fue el elegido para la despedida, aunque el silencio y el respeto de los espectadores demostraron que las mil doscientas almas presentes ya descubrieron el eterno vuelo creativo de  Spinetta.

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