Política

Entrevista

“La estafa energética es parte de la estafa electoral de Cambiemos”

El investigador Federico Bernal pidió desdolarizar y modificar las tarifas para reducir la “exclusión” al acceso a los servicios. Consideró que las inversiones de Cambiemos en Vaca Muerta “son un verso” y no superan “a las de 2014”


Una de las principales discusiones de la campaña electoral tiene que ver con las decisiones que se tomarán en relación a la política energética y las tarifas de los servicios públicos. Federico Bernal, director del Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (Oetec), consideró importante caminar hacia un proceso de desdolarización tarifaria, pero remarcó principalmente la necesidad de revisar los cuadros tarifarios y las rentabilidades empresariales durante la gestión de Mauricio Macri.

El candidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández, insiste constantemente con revisar las decisiones adoptadas por la actual administración en el tema. Federico Bernal investiga la problemática desde Oetec hace seis años y tras analizar los cuatro años de la administración Cambiemos, evalúa modificaciones a implementar con una óptica similar a la de Fernández.

Durante la semana inauguró el Observatorio de Energía Casa Patria en Rosario junto a la senadora nacional María de los Ángeles Sacnun y remarcó la importancia de concebir este recurso como un derecho humano y no como una mercancía.

En diálogo con El Ciudadano, Bernal consideró que el próximo gobierno debe encarar un proceso de desdolarización de tarifas. Aunque estimó que no debe ser el único paso a seguir, ya que también cree necesario “revisar ganancias de las empresas, si cumplieron la ley, contratos, acuerdos y cuanto ganaron”.

Bernal puso la lupa sobre la Revisión Tarifaria Integral (RTI), instancia que definió los cuadros tarifarios durante la gestión de Mauricio Macri. Un proceso y una metodología que el director de Oetec consideró “inviable e incompatible con una Argentina que anhele hacer algo más allá que exportar materia prima”.

—¿Un proceso de desdolarización de tarifas desactiva el principal problema del costo para los usuarios?

—Una posible desdolarización influye pero también hay que volver a una indexación de tipo no automática y no seguir con la indexación automática que tenemos ahora. Una de las medidas también a seguir es revisar la rentabilidad de las empresas. Hay que ver las ganancias que han tenido y que el pueblo no puede pagar los servicios públicos. De nada sirven servicios públicos como bienes de lujos y empresas multimillonarias. Eso tiene que ser revisado, y no todo implica una pesificación. Principalmente se trata de revisar ganancias, si cumplieron la ley, contratos, acuerdos, cuanto ganaron.

—¿Qué llevó principalmente a esa acumulación de riqueza por parte de las empresas?

—Se dio por la revisión tarifaria integral y por como se pensó el ajuste de tarifas. No hay control del ente regulador, no hay control de dividendos ni de reinversiones, entonces está todo desbocado, eso es lo que tiene que cambiar.

—¿Es posible continuar con tarifas dolarizadas y que eso no impacte en precios relativos de la economía?

—El actual esquema tarifario, lo que se llama la revisión técnica tarifaria, es inviables e incompatible con una Argentina que anhele hacer algo más allá que exportar materia prima y que además no quiera verse restringida a un par de provincias. Si lo que anhelamos es reducir la exclusión masiva, residencial e industrial, tenemos que cambiar esas tarifas, cambiar el régimen tarifario, estudiar lo que se hizo, y en virtud de ese estudio, algo que pretende Alberto Fernández, definir un nuevo esquema tarifario y nuevos precios para la energía, donde se incluya como una solución la desdolarización.

—¿Ese proceso puede desalentar inversiones externas como lo explica un sector político?

—Eso no es así y lo más insólitos es que lo digan cuando por ejemplo, la expansión de la red de gas en Argentina está en sus mínimos históricos con este gobierno. Las inversiones hidrocarburíferas en Neuquén son un verso. Las inversiones hidrocarburíferas en Vaca Muerta de 2016, 2017, 2018 y lo previsto para lo que resta, no van a superar lo hecho en 2014. El objetivo no es tanto la pesificación o dolarización, sino tarifas justas, razonables y que se puedan pagar.

—¿Qué política debería adoptar el próximo gobierno sobre el yacimiento petrolífero Vaca Muerta?

—Vaca Muerta no puede ser utilizada como una simple generadora de divisas, o una mero exportadora de gas y petróleo. Tiene que ser la llave a una revolución industrial, científica y tecnológica del empleo, de la industria con valor agregado de los recursos hidrocarburíferos y de la infraestrucutra. Ojalá Vaca Muerta pueda ir mucho más allá de las provincias productoras, porque los hidrocarburos son de las 23 provincias.

—¿Cuáles fueron las principales falencias de este gobierno en materia energética?

—Este gobierno hizo todo mal pero a la vez todo bien. Hizo todo mal desde una concepción de le energía en calidad de derecho humano, como herramienta fundamental para el desarrollo, para la modernización económica. Mientras que ha hecho todo bien en cuanto a la concepción que tiene el neoliberalismo de la energía. Esta ha sido una administración que ha llevado la energía, no como una política de Estado, sino como un negocio, como un commoditie más.

—¿Sirvió en algún aspecto encarecer a esos niveles el costo del servicio?

—Las consecuencias están a la vista, la población argentina ha sido empobrecida en términos energéticos a niveles impensados. La estafa energética es parte de la estafa electoral de Cambiemos, le hicieron creer a la gente que vivíamos una crisis energética, que estábamos al borde del colapso y que se justificaba tomar las medidas tomadas por este gobierno en materia energética. Han empobrecido masivamente desde el punto de vista energético al pueblo argentino.

—¿Cuánto hubo de cierto en el discurso oficialista de que los usuarios pagaban tarifas baratas?

—El problema no fue tanto que dijeran eso, sino que parte de la ciudadanía, cuando escuchó ese mensaje lo entendió como un problema. Ese es el drama de las zonceras, son sofismas que ocultan la realidad y hacen pensar a la ciudadanía determinada cuestión, no en función del interés colectivo, sino como un accionista de una empresa. Y no como cualquier accionista, sino como accionistas estafadores inescrupulosos como los que tenemos, que son los que rigen la política energética.

Comentarios