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La escuela del Bicentenario

Un grupo de franciscanos fundó en San Lorenzo el establecimiento educativo San Carlos, siete meses después de la Revolución de Mayo de 1810. La fiesta de sus 200 años será el próximo 19 de diciembre.

La Escuela San Carlos, creada por un grupo de frailes franciscanos en la localidad santafesina de San Lorenzo, apenas siete meses después de la Revolución de Mayo de 1810, celebrará su bicentenario el 19 de diciembre próximo.

La fe cristiana y los ideales franciscanos plasmaron, entonces, una escuela que no sólo se destacaría por la excelencia de su educación, sino también, por estar asociada a grandes gestas patrióticas.

La escuela fue fundada por la congregación de San Francisco de Asís para educar y promover los valores de justicia, paz, libertad y fraternidad.

En 1812, funcionaba en un salón del Convento y al iniciarse su ampliación los frailes tuvieron que suspender los trabajos y tarea educativa para ayudar con herramientas y materiales en la instalación de las baterías Libertad e Independencia, con las que el general Manuel Belgrano defendió a la población de los ataques realistas.

Un año después, llegó al Convento el general San Martín y resguardó en el lugar a sus granaderos para luego sorprender y derrotar al enemigo en el combate de San Lorenzo, la única batalla que libró el prócer en tierra argentina.

Tras la contienda bélica, el salón de la escuela y el comedor del Convento fueron utilizados para atender a los soldados heridos.

“Para nosotros llegar al Bicentenario es un enorme orgullo porque este colegio está asociado a grandes gestas patrióticas”, dijo Patricia López, bibliotecaria del colegio e integrante de la Comisión del Bicentenario.

Su origen se remonta a 1808, cuando se incorpora al Convento San Carlos el docente Manuel del Carmen Peña, llegado de Chile y a quien le encomendaron instruir en las primeras letras y la enseñanza de la fe cristiana a los hijos del Soto-Síndico, Mateo Fernández.

Los pobladores de las cercanías “le piden a los frailes si también les podía dar clases a sus hijos”, a la que asistían sólo varones, según los registros históricos, aunque “la tradición oral afirma que también tenía un aula para las niñas”, agregó López.

El edificio tiene la particularidad de ser una escuela, un templo y un monumento, ya que “todo el complejo edilicio se erige como un altar conmemorativo al Combate de San Lorenzo, la heroica acción de San Martín y sus granaderos, sobre la que en la localidad no hay estatuas o esculturas que la recuerden”, indicó Indiana Cáceres, docente del colegio e integrante de la comisión del Bicentenario.

Con todo, el colegio San Carlos que fue declarado “Patrimonio Histórico Provincial”, en el año 1985, es un ícono histórico de la educación en el país que, a lo largo de sus 200 años, ayudó a forjar el porvenir de varias generaciones y brindó un valioso aporte en la construcción de la identidad nacional.

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