Economía

Concentración económica

La energía eléctrica aumentó cinco veces más que productos manufacturados

La dolarización de tarifas generó una merma en la demanda de pymes y un excedente para la ganancia de productoras. En poco más de tres años, el modelo energético de cambiemos desincentivó el agregado de valor y convirtió la electricidad en un conmoditie


La política energética implementada por Cambiemos derivó en grandes beneficios para sectores concentrados, en detrimento de las pymes argentinas. Entre enero de 2016 y abril de 2019, la energía eléctrica aumentó cinco veces más que los productos manufacturados. La abrupta caída de la demanda industrial posibilitó un excedente para esos productores energéticos que se dedicaron a exportar la materia prima en lugar de destinarla a sumar valor agregado para la industria.

La energía se convirtió en un bien de lujo para la industria nacional y las productoras se convirtieron en uno de los sectores favorecidos por un gobierno que tiende a concentrar y primarizar la economía. Con la seguidilla de tarifazos que ocasionó la merma en la demanda, lo que no se consumió en territorio nacional se convirtió en un excedente que las grandes empresas destinaron a la exportación en vez de ir a un mercado interno que le agregue valor.

Un informe publicado por el Consejo Productivo Nacional que nuclea a pymes de todo el país, menciona a “segmentos promovidos y no promovidos por la política económica”. Entre diciembre de 2015 y marzo de 2019, la evolución del precio de la energía eléctrica roza el 800%, mientras que el de productos manufacturados no llega al 300%.

Aseguran que al darse esta distorsión en los precios relativos, opera “un proceso de transferencia de valor”. En ese sentido, explicaron que mientras las pymes atraviesan dificultades en el día a día, “la exportación de energía en los últimos tres años (2016-2018) es más de diez veces superior a los tres años anteriores”.

En estos últimos tres años se exportaron 676 GWh, mientras que en entre 2013 y 2015 fueron 61 GWh. Desde el Consejo aseguraron que esta situación es producto de “tomar la energía como una mercancía” y no “como un insumo para el desarrollo”.

Tarifazos y beneficiados

La decisión del gobierno nacional de dolarizar el valor del gas en boca de pozo, explica buena parte de lo que reflejan los cuadros tarifarios del 2016 a esta parte. La extracción incide en el precio que termina pagando el consumidor, y a medida que el dólar avanza la tarifa se incrementa.

Según el observatorio de datos del Sindicato Luz y Fuerza, los tarifazos significaron un desincentivo a la demanda y una transferencia de ingresos a las productoras energéticas que hoy exportan lo que no puede pagar el mercado interno.

El sector energético es otro de los casos de una política de Estado que tiene como denominador común la primarización y la concentración. Esa transferencia se advierte en otros sectores, con una política económica que establece casi la misma retención para el grano de soja que para sus derivados. O como sucede en el sector lechero, con insumos atados a la evolución del dólar y una fuerte presión impositiva sobre tambos, que lleva a cierres y concentración en pocas manos.

La pretensión del gobierno

Mario Sosa, economista e integrante del Consejo Productivo Nacional, explicó que “al hacer de la energía un conmoditie” queda en evidencia la pretensión del gobierno de Mauricio Macri. “En vez de tomar la energía como un insumo estratégico para desarrollar toda la cadena productiva, prefieren subir el precio con independencia de lo que pase en todos los sectores productivos y exportar eso”, analizó.

Los datos tomados del Indec, arrojaron un crecimiento del 290% en los precios industriales y un 792% en los de la energía en los últimos tres años. Sosa aseguró que esa diferencia significa “que el costo de la energía empezó a pesar muchísimo y no se pudo trasladar a precios”.

Motivos

Según el economista, el declive productivo que decanta en la caída de la demanda energética, tiene que ver con la actualidad industrial. “Por un lado tenés la caída del consumo, menor demanda de productos industriales consecuencia de la recesión y por eso se produce menos”, apuntó.

En tanto, absorber costos corrientes, es otra de las dificultades en medio de un contexto de demanda raquítica. “Tasas de interés y precios de la energía, que al enfrentarse a una demanda debilitada, no permiten trasladar precios”, concluyó Mario Sosa.

Números de la caída en al demanda

Los cuadros tarifarios instalados por Cambiemos provocaron una merma en la actividad que se reflejó en la caída de la producción y en la demanda energética. Según los últimos datos de abril, este último índice registró una caída del 9,6% en las industrias de todo el país.

Por su parte, el último registro interanual que cuantificó el Observatorio de Datos del Sindicato Luz y Fuerza en el mes de abril, con respecto al mismo del año 2018, en Santa Fe, la demanda energética cayó un 10%. La misma medición para Córdoba fue de un 7% y para Entre Riós de un 12%.

Ya a fines del año pasado, el Observatorio había alertado sobre el declive de la demanda energética a nivel nacional en la industria. Ese 2018, registró una caída del 12% con respecto a 2017. Radiografías de una política económica que desprotegió a la industria nacional.

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