El informe mensual sobre la actividad económica santafesina (Icasfe) que elabora la Bolsa de Comercio de Santa Fe arrojó números de una realidad sumamente preocupante para el sector productivo, que además no vislumbra en el futuro inmediato una recuperación.
En septiembre de 2018 la actividad económica en Santa Fe acentuó su caída, marcando una tasa del -1,1% respecto de agosto. Esto es el resultado de una disminución acumulada del 3,2% en el tercer trimestre y del 5,4% en el transcurso de los nueve meses con información consolidada para 2018.
Durante el tercer trimestre del año, doce de los catorce indicadores que componen el Icasfe acumularon tasas que implican un desempeño negativo; en este marco, en la mayoría de los casos, se agudiza la caída registrada durante los dos trimestres precedentes.
Pocos rubros se salvaron
La molienda de oleaginosas conforma la dupla de indicadores que presentaron incrementos acumulados durante el tercer trimestre de 2018: recuperando 7,4%. La otra serie con balance positivo entre julio y septiembre fue la producción láctea, cuya variación acumulada durante el tercer trimestre, 6,0%, alcanza a compensar la caída del período anterior. Sin embargo, en términos de mediano plazo, las dos series se encuentran aún en niveles bajos.
El consumo de hidrocarburos para la agroindustria y el transporte cayó un 2,8%, mientras que para la faena de ganado bovino y porcino dicha baja se ubicó en el orden del -2,3%. Por su parte, las ventas de maquinaria agrícola se contrajeron un 7,2%.
El despacho de gas a las industrias mostró durante el tercer trimestre la primera tasa negativa acumulada en el año (-6,3%); la energía eléctrica transitó su segundo período en disminución, con una tasa de -4,3%.
Según la Bolsa, los puestos de trabajo registrados (altas netas), acumularon una disminución del 0,1% durante el tercer trimestre, mientras que las remuneraciones reales para este segmento del mercado laboral marcaron una caída del 7,9%.
Esta situación enfatiza la pérdida del poder adquisitivo que vienen mostrando los salarios en el transcurso del año. Como efecto de dicha contracción, las ventas en supermercados de las grandes superficies instaladas en la provincia presentaron una variación de -4,9% durante el tercer trimestre.
En cuanto a indicadores relacionados con la inversión en bienes durables, el patentamiento de vehículos nuevos acumuló una disminución de -24,5%, mientras que el consumo de cemento se redujo un -8,1%.
Por último, el informe señala que los recursos tributarios de la provincia durante el tercer trimestre registraron la primera tasa acumulada negativa, siendo la misma de -2,2% en términos reales. Dicha caída se produjo fundamentalmente por la menor asignación de fondos recibidos vía coparticipación federal de impuestos.
Perspectivas
Desde el inicio de la recesión en el primer trimestre del año, la actividad económica provincial experimentó un deterioro permanente en los valores de comparación interanual.
A septiembre de 2018 dicha tasa llegó al -5,0%, una cifra a la que no se había arribado durante las tres recesiones anteriores de 1995, 2002 y 2009.
Algunos indicadores relativos a la agroindustria hasta septiembre aún muestran un escenario general muy desfavorable. En este sentido, aún no resulta procedente plantear una instancia cierta de recuperación de corto plazo.
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