José Odisio
Los resultados en el Parque no aparecen. Y si bien Fernando Gamboa cuenta con el respaldo de Ignacio Astore, está claro que el ciclo debe revertirse rápidamente porque la posición de Newell’s en la tabla de promedios puede empezar a complicarse y los cuestionamientos al DT podrían hacer insostenible su continuidad, que hoy no está en consideración.
No todo es culpa de Gamboa, es cierto. Las lesiones complicaron a un plantel que no tiene sobrante de jugadores, algunos refuerzos dejaron en claro que hubo errores en la contratación, y hay jugadores que están muy por debajo de su verdadero nivel, situación que en parte pueda ser también responsabilidad del entrenador al armar su planteo táctico.
Lo real es que Newell’s atraviesa una etapa donde los resultados no aparecen, y si no fuera por la victoria ante Lanús, la racha adversa pondría en peligro cierto cualquier respaldo hacia el entrenador. Cuatro derrotas al hilo en el Coloso es una marca inaceptable, mucho más si se toma en cuenta que entre esos cuatro partidos perdidos hay rivales como Atlético Tucumán y Huracán.
Hoy Newell’s tiene un promedio de 1,250, con 11 equipos por debajo en la tabla de promedios y una distancia de 11 puntos con los que perderían la categoría en 2022, siempre que sean dos equipos y no cuatro, como piensan en AFA.
Pero más allá de esa tabla que hay ver mirar con cuidado, el gran problema pasa por la escasa respuesta que se ve en cada partido. Hay errores tácticos, fallas importantes en algunos futbolistas y una alteración constante del equipo que a esta altura parece confundir y no provocar un cambio positivo que el DT intenta lograr.
Es real que Gamboa no es culpable de que Compagnucci y Capasso provoquen un blooper y le regalen a Vélez un gol; tampoco que Comba no puede resolver positivamente algunas de las tantas aproximaciones al área rival; tampoco que Sforza y Maccari se planteen con firmeza como doble cinco; y mucho menos que no se lesionen jugadores.
Pero el DT si es responsable de algunos dislates tácticos; o de sostener en el equipo a jugadores que mantienen un rendimientos de aplazo partido a partido; y también mostró tener un mal manejo del vestuario con el tema Maxi Rodríguez.
La sensación es que Newell’s no tiene un buen plantel, aunque tampoco es tan malo como algunos efervorizados hinchas creen; que hubo errores en la búsqueda de los refuerzos en el mercado pasado -algo que suma a Lucas Bernardi a la crítica-; y también hay una tema físico que no puede solucionarse, con lesionados que tardan mucho en recuperarse. Y que Gamboa no le encuentra la vuelta al equipo, lo que es aún más grave.
“Confiamos en el trabajo de Gamboa, entendemos que hay que reforzar al equipo en el mercado con jugadores importante. No nos gusta perder, pero tampoco se puede cambiar el técnico cada 7 meses como venía pasando en Newell’s”, comentó Ignacio Astore.
Y en esas palabras hay un apoyo al entrenador, que el menos lo deja trabajar tranquilo, sin sentir que un resultado adverso lo puede dejar sin trabajo.
De todas maneras, la realidad indica que en los próximos tres partidos, por la calidad y presente de los rivales, Newell’s necesita comenzar a sumar puntos. El fixture a corto plazo pone el sábado a Gimnasia en el camino, el jueves siguiente a Aldosivi en el Parque, y luego frente a Sarmiento. Ningún partido que garantice nada de antemano, aunque rivales que en la previa pueden hacer suponer que es una buena chance para empezar a salir del letargo.
Regresará Cristian Lema, no habría que descartar al juvenil Acevedo como lateral derecho, tampoco un cambio en el doble cinco, y seguramente la presencia de Maxi Rodríguez desde el inicio. Opciones que analiza Gamboa en busca de una recuperación necesaria, para que el respaldo que hoy tiene no empiece a perder sustento.
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