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Tucumán

La desgarradora historia del femicidio de Maira Sarmiento, que sabía que la iban a matar

Ella fue a la comisaría a denunciar a su pareja, pero el policía ni siquiera quiso escuchar el audio. Un hilo de twitter repasa el antes y el durante del brutal asesinato que ocurrió el viernes en Tucumán


Maira Alejandra Sarmiento sabía que la iban a matar. “Yo te voy a matar porque yo te amo. Te voy a matar y me mato con vos”, le dijo Luis Martínez por teléfono. Ella fue a la comisaría, pero el policía ni siquiera quiso escuchar el audio, se relata en un hilo de Twitter que describe la lamentable crónica anunciada del femicidio que tuvo lugar en las últimas horas en Tucumán, ya que Martínez la mató a cuchilladas en la mañana del viernes.

Femicidio en Tucumán: se presentó en la casa de su ex, la sacó a la vereda y la mató a puñaladas

“Tenía 22 años y dos hijos. Una nena de 5 que esta mañana se despertó por el griterío, salió a la calle y encontró el cadáver de su mamá y un nene de 3 que parece no entender qué pasó. La están velando en Las Talitas, en la casa donde se había refugiado para escaparle a la muerte”, contó Mariana Romero vía red social y continuó.

Conoció a su asesino siendo chica. Él tenía 50 años y ella 17 cuando tuvieron a la nena. Se puso a vender choripán para mantener a los chicos y, con lo que ganó, le compró a Martínez una bici que decía “Achilata”. Pero él sólo salía a vender si no llovía.

La plata no alcanzaba y, este año, se fueron a Mendoza a probar suerte en la cosecha de la uva. Él consiguió, ella no. Se moría de hambre así que llamó a Cecilia, cuñada y amiga, y le pidió que le compre los pasajes de vuelta. Se volvió con los chicos, pero no a su casa.

Maira sabía que la iban a matar. Se fue con las dos criaturas a la casa de Cecilia y se encerró ahí. No por la cuarentena, tenía miedo de que Martínez vuelva de Mendoza y la mate. No quería saber nada más con Martínez, su esposo y padre de sus hijos, posesivo, celoso y obsesivo. Cecilia cree que él sí la golpeaba, que por eso ella le tenía miedo.

Él volvió de Mendoza y la fue a buscar tres veces. Hablaron nada más. “Yo creo que las tres veces él tenía el cuchillo. Pero ella no le abría el portón”, dice Cecilia.

Hasta que, finalmente, él le anunció que la iba a matar. Lo hizo por teléfono y ella lo grabó.

Con el audio, se fue a la comisaría de El Colmenar. Le dijeron que le correspondía la comisaría de Villa Mariano Moreno, así que se fue para allá. Cuando llegó, le dijeron que le correspondía la comisaría de El Colmenar. Volvió. Le dijeron que le correspondía la de la Villa.

Se hartó. Hizo que le tomen la denuncia y, cuando ella la fue a firmar, se dio cuenta de que no habían puesto el nombre del agresor. “Pucha se me pasó”, cuenta su amiga Cecilia que les dijo el oficial, así que la tuvo que imprimir de nuevo. No quisieron escuchar los audios.

Le dijeron que ahora tenía que ir a lo que llamamos la Comisaría de la Mujer. Pero, cuenta Cecilia, casi no había personal y le dijeron que cuando termine la cuarentena la iban a hacer que haga “tratamiento psicológico”. O al menos así lo entendieron ellas.

Maira les dijo que más que tratamiento psicológico lo que necesitaba era custodia, pero le respondieron que eso lo tenía que ordenar “tribunales”. En los 5 días que le quedaban de vida, ella nunca supo si su causa llegó a Tribunales.

El viernes, Martínez fue a buscarla a la casa de Cecilia. Aprovechó que ella había abierto el portón para meter la moto, empujó y entro. Agarró a Maira de los pelos, la sacó a la vereda, la arrinconó contra la tapia y le empezó a pegar.

Después, la arrastró unos 20 metros por la vereda y la arrinconó contra otra pared. Cecilia, a los gritos, pedía ayuda. Se acercó otra vecina a tratar de ayudar. Martínez ya le había clavado el cuchillo a Maira. Cecilia agarró un ladrillo y lo golpeó, pero en la espalda, no le hizo nada.

Martínez se volvió y atacó a Cecilia con el cuchillo, le hizo varios cortes en la mano y la tiró al suelo. Se volvió a Maira y la volvió a apuñalar. Cecilia se levantó, agarró otro ladrillo y esta vez le dio en la cabeza.

Él tambaleó. Ella cayó al piso. Él se recuperó y le dio la puñalada mortal, en el pecho. Cecilia le pegó otro ladrillazo, pero ya era tarde.

En eso salió la nena de 5 años, vio el cuerpo de su mamá, se tapó la cara y se volvió para adentro.

Martínez no intentó escapar. Lo detuvo un vecino que es policía. Al cuerpo se lo llevaron una hora después.

 

Si estás pasando por una situación de violencia tenés que saber que no tenés que quedarte en tu casa por la cuarentena, tanto la víctima como el círculo de confianza pueden llamar a la línea gratuita 144 o descargar la aplicación gratuita para celulares en la tienda de aplicaciones o haciendo click aquí

También te podés descargar la aplicación “No Estás Sola” en tu celular.

En Rosario: podés comunicarte al 0800 444 0420. Si no podés llamar, escribí a la línea de Whatsapp 341 5781509. Estas líneas fueron dispuestas por la Municipalidad de Rosario y atienden las 24 horas.

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