El presidente de Bolvia renunció a la presidencia. La posibilidad de lograr un acuerdo fue anulada luego de que la derecha rechazara la propuesta de Evo Morales de llamar a unas nuevas elecciones y constituir un nuevo Tribunal Supremo Electoral.
Fue Fernando Camacho, principal dirigente de la derecha quien exigió que renuncien Evo Morales, los senadores, diputados, miembros del Tribunal de Justicia, el Tribunal Electoral. A cambio propuso crear una junta de Gobierno transitorio y llamar a elecciones en un plazo de 60 días. Pero el golpe de gracia se lo dio el Ejército y las Central Obrera quienes exigieron la renuncia.
El dirigente del Comité Cívico de Potosí, Antonio Pumari, le pidió al Ejército que salgan de una vez por todas a la calle “y si no tienen la capacidad de hacerlo, que nos den las armas a nosotros”.
“Luego de analizar la situación conflictiva interna, sugerimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad por el bien de nuestra Bolivia”, dice el comunicado que fue leído por el comandante Williams Kaliman.
La escalada para derrocar a Morales comenzó a gestarse desde las elecciones. Y con episodios de extrema violencia contra dirigentes oficialistas, incluso contra la propia familia del presidente.
Según Pagina 12, el amotinamiento de diferentes unidades de la Policía Nacional de Bolivia, comenzó en varias ciudades del país hasta llegar al centro de La Paz. Así el epicentro del poder político nacional quedó liberado para ser tomado por los grupos de oposición.
Junto con eso tuvo lugar una escalada de acciones violentas contra medios de comunicación del Estado, como Bolivia TV y la Radio Patria Nueva, así como contra dirigentes: fueron incendiadas las casas de los gobernadores de Chuquisaca y Oruro, así como de la hermana de Evo Morales, Ester Morales Ayma.
Así el llamado del presidente, dado luego de reunirse con la Central Obrero Boliviana (COB) y la Coordinadora Nacional por el Cambio, y a los pocos minutos de saber el resultado de la auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA), cayó en el vacío político.
Y ante el temor de que se desatara mayor violencia sobre los civiles, fue que Evo decidió renunciar.
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