El Ciudadano
“Las disculpas no alcanzan”, lanzó con gravedad Hugo Yasky. “Hemos decidido declarar a la CTA en estado de sesión permanente”, agregó el titular de la central obrera y diputado nacional este miércoles al concluir una conferencia de prensa en la que volcó un resumen de las deliberaciones de la mesa nacional, reunida de urgencia ante el incendio económico y social que está atravesando el país.
El jefe de la Central de Trabajadores de la Argentina lanzó desde su ala una convocatoria a la CGT y a todo el movimiento social y sindical, remarcando que el domingo “hubo un pronunciamiento popular aplastante”, al que defendió. “Pero falta la elección de octubre: no podemos permitir que nada se interponga en ese camino”, advirtió.
En ese marco cuestionó con dureza la reacción de al menos parte del oficialismo ante la debacle, y repudió “a los trolls que convocan a cacerolazos y trabajan para el gobierno”, en referencia a un falso llamado a través de redes sociales que fue inmediatamente desbaratado. Por el contrario, Yasky insistió en la responsabilidad del gobierno en la “reparación urgente” a la “situación de penurias que está sufriendo el pueblo argentino”.
“Creemos que el gobierno actuó tarde y con medidas que son absolutamente insuficientes. Es como querer curar con una aspirina el cáncer de la dolarización y de la especulación financiera que instalaron las políticas de Mauricio Macri y su gabinete desde el primer día de gobierno”, apuntó el docente y líder de la CTA.
Y para dar “una dimensión de lo insuficiente” de las medidas anunciadas por Macri, reparó: “El paquete tiene un costo fiscal de 42.000 millones de pesos, y el pago de los intereses de Leliq solamente en el último mes está por encima de esa cifra: 62.000 millones”.
En esa línea, Yasky enumeró una serie de medidas que exige la CTA. En la primera insistió en que el bono de $5.000 por única vez es “claramente insuficiente” y pidió un bono “que reemplace lo que tendría que ser la cláusula gatillo mes a mes para los empleados del sector público que no la tienen”. A ese extra de emergencia, al que llamó “aditamiento salarial” reclamó que se les pague a todos los trabajadores del sector público, no sólo a los que dependen de la Nación, “y a todos los municipales del país”.
En segundo lugar pidió la convocatoria “urgente, perontoria, no sin plazo”, del Consejo del Salario, que integran gobierno, empresarios y trabajadores, para definir un aumento de emergencia en el Salario Mínimo, Vital y Móvil. Pero además para “que funcione de manera permanente” hasta que se resuelva la emergencia, que a poco de comenzado el octavo mes del año pulverizó todas las proyecciones hasta diciembre contenidas en el Presupuesto 2019.
Yasky recordó que el Salario Mínimo, cuyo último reacomodamiento se hizo por decreto y es de 12.500 pesos, “no cubre ni la mitad de la canasta básica” total –que en mayo pasado perforó el techo de los 30 mil pesos– y no alcanza ni siquiera a la canasta básica alimentaria –definida literalmente como “los requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para que un varón adulto, entre 30 y 60 años, de actividad moderada, cubra durante un mes esas necesidades”–. Por ello advirtió que “no se debe plantear ninguna cifra que esté por debajo” de ese umbral, que estadísticamente define la “indigencia”, pero la realidad se traduce como hambre.
Con similar mecanismo se pidió un aumento de emergencia a jubilados: “El 80% está por debajo de la línea de pobreza”, subrayó. Y recordó que quienes cobran el haber mínimo, “con el 12 por ciento de aumento por ley de Movilidad pasarían a 12.937 pesos, el 40% de la canasta básica”.
“Es cruel e inhumano que en estos momentos de crisis sigan teniendo ese haber. Reclamamos un aumento de emergencia. No puede ser por única vez. Se tienen que garantizar las medidas de emergencia hasta tanto esta emergencia tenga vigencia”, machacó Yasky.
También le enrostró al gobierno nacional que hace un mes en la Cámara de Diputados se intentó tratar la emergencia alimentaria, y el oficialismo no prestó quorum. “Hoy tenemos un drama, con comedores desabastecidos, escuelas que no dan abasto y escenas de desabastecimiento: góndolas vaciadas (no vacías, vaciadas) por los propios dueños de supermercados; en el caso de Coto con carteles que decían «Mercadería no a la venta»”. Ante ello, reclamó desdolarizar todo producto de la canasta básica: “No se puede aplicar la lógica inhumana de que en un país que produce alimentos para 400 millones de personas no haya para los 45 millones que lo habitan. No podemos tener la mitad de la infancia en situación de pobreza y sin la comida garantizada”. Y reclamó un “aumento inmediato” de las asignaciones para comedores y de lso cupos.
Otro capítulo de la desdolarización que reclama la CTA al gobierno corresponde a las tarifas de servicios públicos: “Si los salarios son en pesos las tarifas tienen que ser en pesos. No se puede aceptar esa lógica despiadada de quienes se llenan los bolsillos para llevarse la plata afuera del país”, martilló Yasky.
También reclamó como medida urgente la provisión de medicamentos gratuitos a jubilados, garantizando que reciban la atención a la salud que necesitan.
Y con similar énfasis describió la situación de los trabajadores de la economía social y popular: “Las cooperativas están asfixiadas. Y los movimientos especulativos del dolar de estos últimos días, de estas últimas horas, las terminan de liquidar. El gobierno tiene que entender que todo el daño que se está produciendo tiene que ser sanado”, advirtió. Y contrapuso: “Tenemos los campeones mundiales de la fuga de capitales, empezando por el señor Dujovne. Ahora es mucho más rico que esta mañana, cuando abrió el mercado, porque tiene todo su dinero puesto en paraísos fiscales, en dólares”, concluyó Yasky.
Hombre rico, hombre pobre
Según su propia declaración jurada ante la Oficina Anticorrupción, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, tiene el 68% de su patrimonio declarado en el exterior, que equivale a 148.187.473 pesos, de los más de 218 millones de pesos que informó poseer. Pero vivía en un baldío: así tributaba su casa en el barrio porteño de Belgrano hasta que fue escrachado y hace un año y un mes pagó una diferencia de más de 300 mil pesos.
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