Espectáculos

Las Serenateras, aniversario y fiesta

La chicas de los sombreros festejan los veinte

Las Serenateras, un grupo de canto colectivo dirigido por Alejandra Zambrini e integrado por 25 mujeres de entre 60 y 82 años, celebra sus dos décadas de recorrido con un show gratuito.


Así como la capa roja identifica a Superman, el antifaz negro a Batman y el lazo dorado a la Mujer Maravilla, el sombrero con flores de colores es el accesorio que distingue a Las Serenateras, un grupo de canto colectivo integrado por 25 mujeres de entre 60 y 82 años que comparte canciones de amor en distintos espacios de la ciudad y alrededores.

Las Serenateras festejan este fin de semana sus primeros veinte años de actividad en el contexto de un equipo de trabajo en el que un puñado de mujeres encontró, cada una a su modo, un lugar en el cual compartir sus días, momentos y amistad, entre canción y canción, como también el pecho lleno de orgullo y el corazón a punto de explotar de emoción con cada aplauso del público.

Anita Cadoni (77), Gabriela Toledo (61) y Carolina Coronel (81) son tres de las participantes del numeroso grupo que coordina la cantante, actriz y docente Alejandra Zambrini. Entre risas, compartieron su experiencia a pesar de no tener la misma cantidad de años dentro del grupo (Gabriela ingresó recién el año pasado) pero coincidieron: “La música nos une”.

El show de este viernes, con carácter de celebración, se llamará Cosa de mujeres. Allí compartirán el escenario con Las Copleras del Paraná y la agrupación Alumbrando el Canto, grupos con los que interpretarán canciones de María Elena Walsh, Chabuca Granda, Violeta Parra, Suna Rocha y Teresa Parodi, entre otras.

“Porque el amor es más fuerte, porque el sol nos reconoce, porque somos militantes de la vida, porque nos sobran los motivos, festejamos veinte años de alegría y compromiso. Cosas de mujeres es lo que siempre hemos hecho: reunirnos, cantar, reír, soñar, discutir, planificar, compartir, volar al infinito y volver. Amar, por sobre todas las cosas y a pesar de todo”, resumió Zambrini en las redes sociales.

Para algunas, su paso por Las Serenateras significa cumplir con una cuenta pendiente. Tal es el caso de Gabriela, quien al jubilarse decidió ingresar al grupo para cantar. Para otras, como Anita, la veta artística surgió después del grupo junto a su nieta, quien además la convenció de tomar clases de teatro el año que viene: “Cuando me jubilé hice cuatro años de italiano, y sentía que quería algo más; desde que entré al grupo, hace unos diez años, soy feliz, estar con las chicas me cambia el chip, me olvido de los veinte mil problemas que puedo tener, y cuando salgo me pongo la mochila otra vez, pero ya con otro ánimo. Incluso mi nieta, que toca la guitarra, arma un bailongo en mi casa mientras yo canto y toco el piano de oído”, describió.

En tanto, Carolina lleva quince años alzando con orgullo su sombrero florido después de escuchar en radio una entrevista al grupo. “La conductora hablaba de sus sombreros con flores y me gustó lo que escuché, se reían mucho, así que al año siguiente me sumé. Yo era ama de casa y en un momento de crisis económica salí a vender libros y cosí carteras para La Favorita. Hasta que mi marido retomó su trabajo como docente y ahí volví a dedicarme al hogar; a los 61 terminé la secundaria y encontré mi espacio en el grupo”, sostuvo.

Mujeres independientes, de experiencia, con o sin hijos; amas de casa o profesionales, viudas, en pareja, todas encontraron en las canciones de amor que cantan un lugar que hicieron propio tanto dentro como fuera del escenario. La iniciativa, que nació en el barrio Alberdi con el fin de investigar sobre la historia y los recuerdos del parque Alem, convocó a decenas de vecinos de todas las edades que aportaron datos luego derivó en el taller “Canciones de la esquina”. “Por esas cosas de la vida, y nunca supe por qué, los hombres duran poco (risas), y fue decantando hasta que quedó un grupo de mujeres, unas ocho o nueve, entre 40 y 60 años; nos gustó cómo quedó”, dijo Zambrini.

Tiempo después, ese grupo celebró el primer Día del Niño y la Convivencia viajando y cantando en colectivo desde Rondeau y Nansen hasta el Cruce Alberdi, ida y vuelta. Desde entonces se llaman Las Serenateras y desde que, hace diez años, fueron acogidas por el Cine Lumiére, su reconocimiento creció a pasos agigantados y tomaron como propio el centro cultural. Hoy tienen un repertorio de más de setenta canciones de amor que han interpretado con pasión en geriátricos, escuelas, parques, teatros, en el barco Ciudad de Rosario y hasta en la misma peatonal Córdoba.

Zambrini, que a fin de año dejará su puesto de directora y coordinadora del grupo, explicó que el repertorio primero se analiza, para conocer la visión del autor. “Y después se canta con las imágenes que una misma le ponga, hay que hacerlas propias”, aclaró. Asimismo, entre risas, Anita, Gabriela y Carolina se quejaron de que “la profe” no les deja tener los papeles en la mano y deben aprenderse las canciones de memoria, a pesar de que en un concierto descubrieron que una de las integrantes tenía las letras escritas en su abanico. Por otro lado, entre las anécdotas, se rieron al unísono cuando recordaron aquella vez que las trasladaron en ambulancia hacia el geriátrico municipal y en una unidad de traslado de servicio penitenciario cuando cantaron en la Cárcel de Mujeres. En ambos casos, porque el traslado pactado se había suspendido a último momento.

Seguramente, quienes las hayan visto cantar “La pollera amarilla” no olvidan a esas dos mujeres que entraron a escena con bastón y luego lo tiraron para mover las caderas enfundadas en un tutú al tono. “Una mujer me pidió que saque a bailar a su marido, que estaba en silla de ruedas, así que agarré las manijas y moví la silla para que baile. Estoy segura de que ese señor se divirtió tanto o más que yo, y eso, al igual que cuando vamos a una escuela y los chiquitos se quedan atentos mirando y escuchando, son cosas que te llenan el alma”, recordó Anita, quien también es la cocinera del grupo y varias veces extendió el encuentro de mujeres en su casa con sus recetas.

Ya lo dijo Cindy Lauper, “las chicas sólo quieren divertirse”, y ahora Las Serenateras del Lumiere, como expresan en el video institucional, cumplen veinte años, y “cantan para vivir cien”.

Para agendar

La celebración por los veinte años de Las Serenateras será este viernes, a partir de las 20, en el Centro Cultural Cine Lumiére de Velez Sárfield 1027, con entrada libre y gratuita.

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