Edición Impresa

La Casa Rosada y el 24

Por Luis Novaresio, especial para El Ciudadano.

“A Cristina le preocupa más el 24 que el 31 de julio”. Una mujer que ingresa a los despachos de la Casa Rosada con la misma naturalidad con la que lo hace a sus modernas oficinas privadas en donde firma los sondeos que, siempre, son favorables al oficialismo nacional, confiesa que la presidenta está más pendiente de los comicios santafesinos de la semana próxima que del balotaje porteño. “Filmus ya fue”, sentencia a este cronista la dama que usa públicamente una apócope de su verdadero nombre. No se sabe si dice esto porque la victoria del mesurado senador nacional es imposible de alcanzar o porque el rumor de este fin de semana de una renuncia a la segunda vuelta del candidato del FPV va a cobrar fuerzas con la encuesta que se entregó anoche en Olivos. Los que quieren ir a las urnas dicen que, aun perdiendo, el segundo turno servirá para medir el voto fiel de Capital a Cristina con miras a octubre. La inmolación de Filmus sería como un medio electoral que justifica un fin político superior, en suma.

Lo concreto es que desde Balcarce 50 hay preocupación por lo que pueda ocurrir en siete días en Santa Fe. “Cristina dudó hasta último momento en viajar a la provincia. La primitiva agenda preveía dos visitas (una a Rosario y otra a Esperanza) pero la dificultad en la intención de voto del Chivo la hizo frenar en seco”. El que habla es un asesor con rango de secretario de Estado que justifica el poco involucramiento de la presidenta en la campaña local. Y es cierto: apenas una foto con el jefe de la bancada de diputados y una palmada en la espalda en Puerto General San Martín en las próximas horas. No es poco, si se compara con la ausencia notoria de la primera mandataria en las caminatas y actos de Daniel Filmus. Pero aquí había hambre por más. El kirchnerismo es, definitivamente, un grupo político que acompaña victorias. Ante la menor alerta de adversidad, suelta la mano. “Incluso a un siempre fiel y disciplinado Agustín Rossi que ofreció su palabra y su cuerpo a la causa”, se señala cerca del candidato.

Escenarios posibles

¿Qué escenarios se analizan en Balcarce 50? El primero y más factible es el triunfo de Antonio Bonfatti. “Siempre hay lugar para las sorpresas. Pero…”, se sonríe el influyente asesor. Allí lo que importa saber es con qué diferencia de votos, porque se estima que el número de electores que obtenga el socialismo va a mantenerse firme con Binner para el 14 de agosto. “No necesariamente para octubre, porque hay mucho tiempo entre medio y la gente cambia. Pero sí para las primarias que van a ser tres semanas más tarde”, explica el mismo kirchnerólogo. El razonamiento es muy difícil de entender para los legos en estrategia política si se miran las predicciones de los encuestadores y los resultados reales, por ejemplo, en Tierra del Fuego y Capital Federal. “Eso te pasa si tomás los números que se dan para la gilada”, dice el mismo hombre, y agrega: “Nueve de cada diez sondeos tienen dos resultados: uno, que son los falopeados para la tribuna que lee los diarios y otros, para usarse puertas adentro: son los verdaderos”.

Cristina Kirchner tiene que sacar arriba del 40 por ciento de los votos en las internas nacionales. No sólo porque anticiparía psicológicamente una victoria en primera vuelta en las presidenciales sino porque se teme que se esté pergeñando un taparrabos jurídicos que permita bajar las candidaturas opositoras para colectar en quien sea el segundo en las primarias. Eso se denomina temor a una segunda vuelta. Ya hay dos estudios jurídicos que dicen que es posible legalmente que Duhalde, Argumedo y otros (¿incluso Binner?) depongan su aspiración presidencial luego del 14 de agosto para favorecer, expresa o implícitamente, a Ricardo Alfonsín. La idea es concentrar todo en un solo candidato opuesto a la actual presidenta. Las listas de diputados, en cambio, se mantendrían enganchadas al radical. Pero las colectoras no están permitidas, se consulta al jefe del bufete jurídico que patrocina a ex militares, empresarios y hombres poderosos. “No están prohibidas”, se corrige desde allí. Lo que no es lo mismo.

Santa Fe es uno de los cuatro distritos más importantes del país por lo que más de diez puntos de ventaja de Bonfatti serían una alerta seria. Si el socialismo gana con ese margen habrá que apelar a una campaña que permita el voto cruzado PS en Santa Fe y FPV en la Nación. Todos los especialistas dicen que en la provincia hay un universo de sufragio de este tipo. De menos envergadura que el voto “Macri-Cristina”, pero lo hay. Por eso se espera que este martes que viene el discurso de la primera mandataria vaya en ese sentido de la seducción. Apoyar a Agustín pero hacer un guiño al resto del electorado.

El otro análisis que se impone desde la Casa de Gobierno es sobre la performance de Miguel del Sel. La mujer de las encuestas oficialistas cree que se han subestimado las chances del cómico santafesino. Y no hay que olvidar que ella habla muy seguido con Cristina. Si bien es cierto que Hermes Binner sobreactúa una perspectiva de segundo lugar del hombre del PRO para el domingo que viene, los números (los reales, no los de “la gilada”) no son contundentes. Si el escrutinio definitivo dice “Bonfatti, Del Sel y Rossi”, las consecuencias serían catastróficas para la Rosada. Y quizá también, podría agregarse, para la clase política profesional de esta provincia que recibiría una fuerte llamada de atención de parte de alguien que sólo cimentó en este tiempo gran simpatía pero escasa base programática o de saberes personales para llevarla a cabo. Hoy, el FPV está segundo con comodidad, dicen los especialistas serios.

Por último queda ver el destino del propio Agustín Rossi. Algunos esperan la sorpresa final. “Sería tocar el cielo con las manos”, se entusiasma el asesor presidencial. “Si no, un digno resultado del Chivo le asegura un lugar en el futuro gobierno de Cristina. Ya se verá cuál”, concluye el experto.

Santa Fe tiene la posibilidad, en apenas siete días, de elegir algo más que un administrador temporario del poder que se aboque a solucionar los problemas cercanos como su salud, su seguridad y su bienestar, sino de incidir, con peso no menor, en los destinos de la Nación que, muchas veces, suele postergarla.

 

Comentarios