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La Carpa Blanca, emblema de la historia sindical

El levantamiento de la "Carpa Blanca", la protesta docente que se convirtió en una de las más largas y emblemática de la historia sindical argentina, cumple mañana diez años.

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El 30 de diciembre de 1999 la Confederación Trabajadores de la Educación de la Republica Argentina (CTERA) decidió desarmar la Carpa Blanca luego de la aprobación, por parte del Congreso Nacional, de la Ley de Financiamiento Educativo que otorgó un fondo de 660 millones de pesos para posibilitar un aumento salarial docente.

La creatividad plasmada en el reclamo, su perseverancia, la legitimidad otorgada por las cerca de 1.500.000 firmas recogidas y la visita de innumerables personalidades de la cultura, la política y el deporte, entre otros ámbitos, transformó a la Carpa en un símbolo de resistencia para la educación argentina.

La Carpa Blanca fue instalada el 2 de abril de 1997 frente al Congreso por unos cincuenta maestros, que a su vez comenzaron un ayuno líquido.

Los reclamos fundamentales apuntaban a mejoras salariales, una Ley de Financiamiento Educativo, la derogación de la Ley Federal de Educación y contra las políticas instrumentadas durante el gobierno de Carlos Menem.

Apenas 10 días después de instalada la Carpa, un hecho trágico dio mayor difusión pública al reclamo: el 12 de abril, Teresa Rodríguez fue asesinada por una bala policial en medio de una protesta docente en Neuquén, crimen que nacionalizó el conflicto y llevó a CTERA a convocar a un paro general.

La Carpa Blanca comenzó a ser vista como un espacio de compromiso y solidaridad para los maestros.

Entre el 10 y 11 de septiembre de ese año, en conmemoración del Día del Maestro, 200.000 docentes ayunaron durante 48 horas en todo el país imitando lo que sucedía diariamente en la carpa con diferentes docentes.

La protesta en la Carpa Blanca se extendió durante 33 meses, durante los cuales ayunaron 1.380 maestros y fue visitada por alumnos de 7.000 escuelas, como así también por diversas personalidades públicas como León Gieco, Silvio Rodríguez, Joan Manuel Serrat, Mercedes Sosa y Eduardo Galeano, entre otros.

Pasaron un total de 2.800.000 personas demostrando su apoyo al reclamo de los educadores.

Ya con el gobierno de la Alianza y Fernando de la Rúa en la presidencia, el Congreso aprobó una partida de fondos de incentivo docentes por 600 millones de pesos, que llevó a los gremios docentes a resolver levantar la medida.

Un 30 de diciembre de 1999 a las 20.30 la carpa comenzó a desarmarse en medio de fuegos artificiales, de recitales de Liliana Herrero, Teresa Parodi y León Gieco y docentes que se llevaban retazos de tela de recuerdo.

Habían pasado dos años y nueve meses de vigilia para que una parte de los reclamos de los docentes sean escuchados.

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