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Golpe de Estado

La Asamblea Legislativa es el último bastión de resistencia del MAS en Bolivia

Diputados y senadores del partido del derrocado Evo Morales buscan recuperar el control del Poder Legislativo. “El objetivo es convocar a elecciones y designar a los vocales de un nuevo Tribunal Supremo Electoral”, señaló el diputado masista Franklin Flores


Mientras en la sede de gobierno de Bolivia, la presidenta interina autoproclamada Jeanine Áñez se apuraba por normalizar su poder, a sólo 100 metros de allí, en la Asamblea Legislativa (parlamento), diputados y senadores del partido del exiliado Evo Morales trabajaban este jueves contrarreloj para recuperar el control del Poder Legislativo y resistir el golpe de Estado.

En tanto, en la ciudad de La Paz una multitud salió nuevamente a las calles en apoyo del derrocado presidente Evo Morales.

El mismo domingo que Morales y su vicepresidente, Álvaro García Linera, anunciaron sus renuncias y denunciaron un golpe de Estado, las autoridades de las dos cámaras de la Asamblea Legislativa, también del Movimiento al Socialismo (MAS), sumaron sus dimisiones y denunciaron ataques contra sus casas y familiares.

Tanto la oposición que apoya a Añez como el MAS reconocen que desde entonces rige una suerte de acefalía que paralizó el Congreso, pero cada uno hizo una interpretación distinta de lo que ella significa.

“Nosotros mandamos la interpretación al Tribunal Constitucional –que es el último ente y donde ya no te puedes quejar a otro lado– y él interpretó que lo de Jeanine Añez es lo más legal, aún si no había quórum en la sesión del Senado, porque la sucesión y el momento que atravesaba el país lo ameritaban”, explicó el diputado Amilcar Barral, de Unión Demócrata (UD), la misma coalición de Añez.

Barral habló con Télam antes de entrar al Palacio Legislativo para “abrir un diálogo y buscar acuerdos” con el flamante presidente de la Cámara de Diputados, el masista Sergio Choque, designado anteanoche en una sesión que las fuerzas que apoyan a Añez consideraron ilegal.

En el MAS, en tanto, trabajaban frenéticamente para convocar una sesión del Senado, en la que se definan –como sucedió este jueves en Diputados– las renuncias de sus autoridades y se designen nuevas.

Anteayer la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, no logró instalar la sesión, según denunció, por “intervención de las fuerzas policiales”.

El diputado masista Franklin Flores explicó en una entrevista con Télam que, una vez que el Senado resuelva su directiva, el pleno de las dos cámaras se reunirá y tratará las renuncias de Morales y García Linera.

“No tengo dudas de que la oposición sí participará en esa sesión”, adelantó el joven legislador desde su oficina.

Morales es el líder

Morales sigue siendo el líder del MAS, pero Flores aclaró que el partido aún debe coordinar su decisión con los movimientos sociales que se reunieron ayer para definir su posición. En la marcha de anteayer en El Alto, el suburbio de La Paz que es bastión del líder exiliado, no parecía haber consenso sobre pedir, como prioridad, la vuelta de Morales a la Presidencia.

En este clima de incertidumbre, el MAS no parece tener una estrategia institucional definida. La única certeza es que el Poder Legislativo es su último bastión en el Estado nacional y no lo resignarán fácilmente.

“Arrestaron a sus autoridades”

“El objetivo ahora es convocar a nuevas elecciones y designar a los vocales de un nuevo Tribunal Supremo Electoral; Añez dice que va a convocar a elecciones, pero solo este tribunal puede convocarlas y solo la Asamblea Legislativa puede designar a sus vocales”, destacó el diputado y recordó que este tribunal está acéfalo porque “el gobierno de facto arrestó a sus autoridades”.

Flores es contundente al denunciar que Morales fue derrocado por un golpe de Estado y que las autoridades de la Asamblea Legislativa “renunciaron por un plan sistemático que incluyó la quema de sus casas y ataques a sus familiares”, pero no se cierra a la posibilidad de “un gobierno transitorio que sea designado según la Constitución y las leyes”.

“Por el momento es difícil pensar en un diálogo entre un poder legítimo y legal como la Asamblea Legislativa y un gobierno sin legitimidad ni legalidad; pero si el gobierno de facto deja de perseguir a dirigentes, saca las Fuerzas Armadas de las calles, deja de reprimir las protestas y permite el normal funcionamiento de la Asamblea Legislativa, quizás podamos encontrar una forma de pacificar al país”, concluyó el diputado.

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