Sacoa, de origen familiar, es la más grande y una de las pocas sobrevivientes de las empresas con locales de videojuegos que aparecieron en la Argentina en las décadas de los 80 y los 90. El acceso a PC más poderosas y accesibles, las estaciones de juegos hogareñas y, por último, el streaming y la suscripción para disfrutar las últimas versiones de los más populares entretenimientos digitales redujeron el negocio. Ahora, es la Afip la que la acecha. El ente fiscal pidió a la Justicia intervenir la firma luego de detectar un extendido mecanismo de evasión impositiva: la creación de sucesivas sociedades en varios puntos del país a medida que las anteriores llegaban al tope de las deudas en tributos y obligaciones previsionales.
La compañía que empezó en Mar del Plata con salas de flippers, en los 70, y creció importando una década después las entonces nuevas máquinas con pantallas, tiene hoy 16 locales en todo el país. Hubo uno, hasta hace unos años, en Rosario: en el shopping El Portal, de barrio Arroyito.
La retracción del negocio por el avance de las nuevas tecnologías, el despliegue de internet banda ancha y nuevos modelos de negocios en el rubro de entretenimientos digitales movió a los hermanos Moskosky a renovarse en la oferta pero también, Sacoa empezó a compensar la pérdida de rentabilidad con un ardid para no pagar impuestos ni cargas sociales.
El nuevo juego
Mientras acumulaban deuda con el fisco, los dueños crearon un entramado de sociedades para seguir operando. La Afip detectó la existencia de una segunda empresa que estaba a cargo de la explotación de estos locales comerciales.
Para probar los vínculos entre ambas sociedades, se tuvieron en cuenta datos como la transferencia de casi la mitad de los empleados de una empresa a la otra, el reempadronamiento de los controladores fiscales a la nueva firma, la falta de transferencia de un fondo de comercio y los vínculos familiares entre los accionistas de las compañías.
El Juzgado Federal de Ejecuciones Fiscales Tributarias 1, a cargo de Carlos Folco, autorizó a pedido de la Afip la designación de un interventor en uno de los locales mayores, el marplatense ubicado en peatonal San Martin al 2300.
La intervención consiste en permitir la presencia de una persona designada por el juez en el establecimiento en cuestión para que incaute un porcentaje de las ventas realizadas diariamente y las deposite en una cuenta judicial, con el objetivo de lograr un pago a cuenta de los impuestos y cargas sociales adeudadas.
Ardides repetidos
La lupa de la Afip no es nueva. Hace dos años, una investigación por presunta evasión agravada, lavado de activos, insolvencia fiscal fraudulenta y asociación ilícita derivó en que la Justicia Federal de Salta ordenara el embargo de 75 cuentas bancarias y todas las máquinas de juego de Sacoa. Más la prohibición de salida del país de todos los involucrados en las maniobras.
La Afip, entonces, allanó 37 domicilios en todo el país, entre ellos locales comerciales, estudios contables y domicilios particulares vinculados al grupo de empresas de la firma.
También entonces se detectó un mecanismo similar: cuando una de las sociedades acumulaba una deuda millonaria, los responsables creaban una nueva a la cual le transferían el personal y nuevamente comenzaban a acumular deuda de IVA, aportes y contribuciones a la Seguridad Social y Ganancias.
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