“Está muy bien y seguirá adelante como siempre”, aseguró en la tarde de ayer la presidenta Cristina Fernández en referencia al estado de salud de su esposo, Néstor Kirchner, operado de urgencia el domingo por una obstrucción en una de las arterias carótidas. La jefa del Estado agradeció las “muestras de preocupación y cariño” brindadas por militantes y seguidores del santacruceño frente al sanatorio De Los Arcos donde permanece internado, y coincidió en su descripción con el parte médico distribuido en la mañana con la firma del director de la Unidad Médica Presidencial, Luis Buonomo: “Cursa sus primeras horas pos-operatorias evolucionando satisfactoriamente, con todos sus parámetros vitales normales”, señala ese texto oficial. El médico que realizó la intervención, Víctor Caramutti, estimó que a lo sumo en tres días el encumbrado paciente sería dado de alta.
Al encabezar el acto de inauguración de un hipermercado Coto en la localidad bonaerense de Ezeiza, Cristina Fernández reveló que “cinco minutos antes” de subir al escenario había recibido una llamada telefónica de Kirchner a su celular, en la que el ex mandatario le había comunicado desde el sanatorio que estaba “muy bien”.
“Agradezco a todos las muestras de preocupación y cariño. Seguirá adelante, como siempre”, agregó la jefa del Estado desde el palco. Había permanecido en el centro médico desde la tarde del domingo hasta la mañana de ayer, cuando poco después de las 11 volvió a trasladarse en auto a la quinta de Olivos para retomar la agenda oficial de actividades. Anoche, al cierre de esta edición, la mandataria volvía al sanatorio de Palermo para estar con su esposo.
El parte médico oficial sobre la evolución de Kirchner fue distribuido en la mañana a los periodistas apostados en la puerta del sanatorio De los Arcos, en el barrio porteño de Palermo, por el subsecretario de Comunicación, Alfredo Scoccimarro. Poco después, el cardiocirujano que operó al ex presidente, Caramutti, dijo que su paciente había pasado la noche del domingo “sin inconvenientes”, y reiteró que su recuperación “evidencia” la “muy satisfactoria” intervención quirúrgica a la que fue sometido tras el malestar que comenzó a sentir en la noche del sábado y que llegó a paralizarle su brazo izquierdo. El cirujano estimó que en “48 o 72 horas” el ex jefe del Estado sería dado de alta. “Tenía una placa ulcerada sobre la carótida derecha y esa fue la necesidad de la intervención quirúrgica y lo que motivó la urgencia”, agregó Caramutti.
Comentarios