Región

El reencuentro con Sergio y Cristina

“Kiki se alegró al vernos y nos dio un gran abrazo”

Apenas llegó a la casa de sus padres Sergio Gigliotti y Cristina Morla, de donde había sido llevado hace cuatro meses, el nene de 3 años pidió a su mamá que lo alzara, jugó con la barba de su papá y con todos los juguetes que lo esperaban en su habitación. El Ciudadano habló con Sergio


 

Cuando Kiki vio a Cristina Morla y a Sergio Gigliotti por primera vez después de cuatro meses les pidió que lo alzaran upa. Se rió, jugó con la barba de Gigliotti y a Cristina le dijo “mami”. El martes al mediodía, Morla recibió una llamada telefónica del defensor general provincial diciéndole que la Cámara de Apelación de Santa Fe había resuelto que Kiki debía volver con ellos.

El matrimonio cuidó por casi dos años del chico como familia solidaria y, en enero, la Subsecretaría de Derechos de Niñez, Adolescencia y Familia de Santa Fe ordenó que lo entreguen a otra pareja de la localidad de San Carlos donde vivía un hermanito. Cristina y Sergio habían pedido la adopción definitiva de los dos niños, pese a no estar inscriptos en el Registro Único Provincial de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (Ruaga), porque el nene estuvo con ellos más de los 6 meses que el Estado estipula para que viva con una familia solidaria. El martes a la tarde, Gigliotti y Morla abrazaron a Kiki después de varios meses sin tener contacto. Ahora el nene de tres años vivirá con el matrimonio hasta que la Justicia estudie el pedido de adopción definitiva.

“Kiki se alegró al vernos y nos abrazó. Se reía. Jugó con mi barba como hacía siempre. Los funcionarios de la Secretaría de Niñez comprobaron que no mentimos cuando decimos que él nos considera su familia”, contó Gigliotti a El Ciudadano.

Reencuentro

Este martes por la tarde Kiki regresó a la casa donde vivió los primeros dos años. Según contó Gigliotti, cuando el nene entró, corrió por la casa, vio los juguetes y se puso a jugar con ellos. La habitación del nene estaba intacta y en la casa que compró el matrimonio le prepararon un dormitorio para él y su hermanito.

“Todavía estamos cayendo. Estamos muy felices. Anoche nos despertábamos a cada rato para ver si seguía al lado nuestro”, dijo Gigliotti, mientras de fondo se escuchaba la voz de Kiki al teléfono.

El periodista de radio Universidad de Santa Fe y su esposa cuidaron al nene durante un año y ocho meses en el marco del programa Familias Solidarias. El 18 de enero lo llevaron a la sede de la subsecretaría de Derechos de Niñez, Adolescencia y Familia de Santa Fe porque el organismo decidió que pasados los 6 meses indicados por el programa Kiki debía mudarse con otra familia solidaria. Lo llevaron a la localidad de San Carlos, a 38 kilómetros de la capital provincial, donde vivía un hermanito menor, que en ese momento tenía 8 meses.

El matrimonio pidió la adopción definitiva de los dos nenes. Sabían que la ley no lo permitía porque no estaban inscriptos en el Ruaga, pero pidieron una excepción a la Justicia porque los plazos estatales se habían excedido. Durante este tiempo, el matrimonio perdió el contacto con el chico. Juntaron firmas, hablaron con funcionarios y pidieron recuperar a Kiki.

El martes la Justicia falló a su favor. La sala segunda de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial, con la firma de Eduardo Sodero, Luciano Pagliano y Armando Drago, dio lugar a una apelación presentada por la Defensoría General y ordenó que el nene regrese con el matrimonio de guarda.

Los jueces consideraron que los procedimientos administrativos y judiciales relacionados con la protección de los derechos humanos de los niños, en especial con la adopción, la guarda y la custodia, “deben ser manejados con una diligencia excepcional por parte de las autoridades”.

Ahora el matrimonio espera que la Justicia se expida definitivamente sobre el pedido de adopción de Kiki y su hermanito. Gigliotti contó que recibió un llamado de la Defensoría del Pueblo de la Nación donde le dijeron que harían lo posible para que Kiki se quede definitivamente con ellos.

“Queda un paso por dar. La Justicia tiene que decidir si podemos ser los padres adoptivos. Confiamos ella y nunca perdimos las esperanzas”, concluyó Gigliotti.

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