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Juzgan al periodista Lucas Carrasco por dos casos de abuso sexual

Se trata de Lucas Carrasco, ex 678, que este miércoles se sentará en el banquillo por dos denuncias que prosperaron en su contra. Sofía Otero, una de las víctimas, contó ante una cámara lo que vivió en 2013, cuando fue abusada


Lucas Carrasco es un periodista que se hizo conocido por haber participado en el programa 678, primero, y por acumular en su contra una serie de denuncias por abuso sexual, dos de las cuales fueron admitidas por la Justicia y este miércoles lo pondrán en el banquillo de los acusados. El primer relato que lo ubicaba en el papel de abusador se viralizó en las redes en mayo de 2016. Sofía Otero, una estudiante de Derecho que hoy tiene 27 años, lo leyó y automáticamente recordó la situación que le había tocado vivir a ella tres años antes, en 2013, cuando fue al departamento de Carrasco y él la obligó a realizar prácticas sexuales por la fuerza. Hace unos días, Sofía contó por primera vez frente a una cámara lo que denunció penalmente en 2016 y que hoy comenzará a ventilarse en la Justicia porteña.

En la entrevista que realizó con Infobae, Sofía se quiebra en la medida que su relato avanza. “Lo conocí en febrero de 2013. Yo era militante. Lo conocí, hablamos, quedamos para encontrarnos. Era un encuentro sexual. Habíamos quedado en eso. Tomamos algo en un bar, fuimos para la casa. Empezó todo consentido, relacionas sexuales consentidas, a eso había ido. Estuvo todo bien hasta que cambié de posición, quedé inmóvil, boca abajo, chata, pegada al colchón, y es el momento en el que aprovecha para penetrarme analmente sin mi consentimiento”, comenzó su relato la joven, que estudia Derecho en la UBA. Ese fue el inicio de la violación.

“Me empecé a mover como pude, a oponer resistencia, y ahí es cuando me agarra del cuello y de la nuca, como para que siguiera quedara pegada al colchón. Me acuerdo que en ese momento gritaba, le pedía que por favor parara. Lloraba, me acuerdo de mis lágrimas cayendo. Era dolor, ardor. Me acuerdo que pensaba «que se termine, que pase, que pase rápido». No pasaba. Hasta que en algún momento, a los 5, 10 minutos, se sale de encima mío, saca todo su peso y toda la fuerza que había puesto”.

Sofía recordó que lo primero que hizo fue interpelarlo: “Me paro temblorosa, y le pregunto: «¿Hasta cuándo ibas a seguir? Te dije que no quería». Me caían las lágrimas. Y me dijo: «hasta que te acostumbres»”. Luego la invadió el terror: “Me temblaba el cuerpo, estaba desnuda, hasta que agarré mi short y mi remera, fui al baño, me vestí, me encerré. Me daba miedo bajarme el pantalón para hacer pis por miedo a que entrara y me volviera a penetrar. Y en ese momento, mientras estaba en el baño, se me mi vino a la cabeza mi viejo que siempre dice: «pensá hija, vos pensá». Y yo pensé: «¿cómo salgo de acá sin que el tipo me haga nada?». Me acordé que había puesto llave, que había puesto traba, y dije: «no, no hay forma de salir sin que esto no se ponga violento»”.

La joven recordó que salió del baño y Carrasco le dijo que tenía que seguir escribiendo y que por eso ella debía realizarle sexo oral. Sofía, siempre por temor, accedió al pedido. “Yo pensaba: «seguile la corriente, hacé lo que el tipo te pida así podés salir de una pieza, entera». Al rato le dije: «mirá, no puedo seguir, tengo acalambrada la mandíbula». Y ahí me puso cocaína en la boca”.

Según el relato de Sofía, en ese momento tocó timbre la hermana de Carrasco. “Ahí mi cabeza empezó a funcionar de otra forma. Fue: «ya hay alguien más en el departamento, ya no va a pasar nada peor de lo que pasó». El miedo que había sentido era: «este tipo me va a matar, este tipo me va a matar»”.

 

La denuncia

Pasaron tres años hasta que Sofía se topó en redes sociales con el relato de Lucía, otra chica que contaba públicamente lo que Carrasco le había hecho. Ellas y luego otras dos chicas se pusieron en contacto y, por consejo de las jóvenes que habían denunciado al cantante Cristian Aldana –condenado en julio pasado a 22 años de prisión– fueron a la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (Ufem) y lo denunciaron. De esas presentaciones sólo prosperaron dos: las otras quedaron truncas en la etapa de instrucción.

Así hoy Carrasco comenzará a ser juzgado por dos hechos de abuso sexual que ocurrieron en su casa. En ambos, el contacto inicial fue por chat. Hasta ayer, Carrasco seguía desmintiendo públicamente las denuncias a través de sus redes sociales y planteando un escenario de “persecución política”. Está embargado por 300 mil pesos y cada mes debe presentarse hasta el Tribunal Oral en lo Criminal N°9, que hoy comenzará a juzgarlo.

La otra denuncia que prosperó la hizo una joven que pidió reserva de identidad y que acusó a Carrasco de una situación muy similar a la que le tocó vivir a Sofía, pero que tuvo lugar en 2015.

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