El Hincha

Clásico Rosarino

Justo empate: Central y Newell’s quedaron a mano en el Gigante

Fueron largas las dos semanas que tuvieron los equipos para preparar semejante partido y en la previa sobrevolaba la idea de que el empate era negocio. Aunque no se dio como se imaginaba, no fue un encuentro del todo chato y el 1-1 fue inapelable


Foto Alejandro Guerrero

Fueron largas las dos semanas que tuvieron los equipos para preparar semejante partido y en la previa sobrevolaba la idea de que el empate era negocio. Aunque no se dio como se imaginaba, no fue un encuentro del todo chato y el 1-1 fue inapelable.

Newell’s llegaba envalentonado por la goleada 4-1 sobre Huracán en el Coloso y rescatar un punto del Gigante no iba a ser un mal resultado, teniendo en cuenta que de visitante siempre le cuesta sumar de a tres y que el empate le servía para seguir alejándose de la tabla de descenso. Central, en cambio, llegaba con la presión de jugar ante su gente y retomar la senda del triunfo para salir de la zona roja de los promedios.

Lo cierto es que el desarrollo del Clásico demostró que lo más justo, si es que la idea de justicia se puede aplicar al fútbol, era la igualdad. Y así fue.

Los puntos fuertes de cada uno no se vieron en la primera mitad. Central no aprovechó el juego por las bandas, algo que le venía dando frutos. Y las pelotas altas, como buscando alcanzar al cielo, fueron las que predominaron en el local a la hora de intentar abrir el marcador. En cambio Newell’s, que venía siendo certero con la pelota parada y marcando por esa vía, esta vez llegó al arco rival con la pelota en los pies.

En un Gigante colmado, la Lepra avisó primero y tuvo las más claras. Con la zurda de Denis Rodríguez hizo estallar el travesaño. El Mellizo no supo llenar el lugar que dejó vacante la lesión del Gato Formica y encima no pudo embocar la única que tuvo.

Y Maxi Rodríguez, que en los pasillos del Gigante antes del partido se rumoreaba no iba a estar, marcó la diferencia, aunque mínima, en esa primera mitad. Pasado el cuarto de hora aprovechó una desatención entre Emanuel Brítez y Miguel Barbieri, que despejó mal, y apareció para aprovechar el mal rechazo con un remate con destino de gol que fue rechazado con lo justo por Matías Caruzzo.

Por el lado del Canalla, Claudio Riaño fue el que más se destacó, gol incluido, durante todo el partido. Peleó, molestó y ganó el cuerpo a cuerpo en varias oportunidades.

Y cuando parecía que las emociones no iban a llegar, apareció Cristian Lema. Y con él, ese punto fuerte del equipo de Kudelka: la pelota parada. El centro por la izquierda lo encontró solo en el área y de cabeza puso a la Lepra en ventaja. Justamente minutos después de que los locales tuvieran dos claras para marcar: primero el remate de Zabala que contuvo Aguerre y luego el tiro libre del Colo Gil que se fue apenas al lado del palo.

Pero la alegría le duró poco al Rojinegro. Y la victoria por la mínima se le escurrió como arena en las manos. Dos minutos para ser exactos. Porque Riaño, el que pintaba como figura del local, hizo méritos para terminar de subirse a ese podio y marcó el empate tras una floja salida de Aguerre.

Y con la igualdad, otra vez, el partido se volvió más entretenido. Al menos hasta que faltando minutos para que Merlos indique el final, de forma tácita los jugadores se dieran la mano y se abrazaran al empate. El punto cotizaba más que una posible derrota.

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