Ciudad

Una década de trámite

Justicia para pobres: los tecnicismos que caen sobre un hombre que puede terminar preso

Tenía como único antecedente una condena por homicidio culposo en un accidente hace una década. En 2019 la sanción quedó firme y en noviembre de ese año lo detuvierona bordo de una moto trabajando. Ahora lo condenaron por manejar una moto de una aplicacion


Walter Pavón es padre de cuatro hijos, vive en barrio La Lata y su pareja trabaja de empleada doméstica. En 2012 tuvo un accidente de tránsito donde falleció un uniformado cuando se le salió el casco y su cabeza dio contra el asfalto. La víctima fatal era parte de una caravana, y al llegar a una intersección de calles de la zona oeste el uniformado embistió la moto que conducía Pavón. Ambos rodados se incendiaron y Pavón sufrió quemaduras y heridas que le dejaron una incapacidad del 35 por ciento. Pavón fue enjuiciado y terminó condenado a una pena condicional porque no tenía la derecha y tampoco carnet de conducir. En 2019 el fallo quedó firme con una reducción de la condena impuesta que incluía inhabilitación. Ese mismo año Pavón estaba buscando una nueva salida laboral ya que con su condición no logró conseguir un trabajo en blanco. Un amigo le prestó su caja de cadetería para que pruebe la aplicación, pero lo detuvieron en un control arriba de una moto y le iniciaron una nueva causa por desobediencia que lo llevó a un nuevo juicio tras la imposibilidad de lograr una salida alternativa. Ahora fue condenado al cumplimiento de una pena efectiva. O sea, va preso.

El siniestro vial ocurrió en 17 de noviembre de 2012 en la intersección de Avellaneda y Gaboto. El policía Diego Petrocci iba al frente de una caravana de uniformados que circulaban en moto por Avellaneda. Se retiraban de un adicional que hicieron en el partido que había jugado en la ciudad Gimnasia de Esgrima y Jujuy y Rosario Central.
Al llegar a Gaboto el uniformado impactó contra la motocicleta que conducía Walter Pavón. El casco del uniformado se desprendió de su cabeza y al caer su cráneo impactó contra el pavimento y falleció. Sus compañeros contaron que el casco era de mala calidad. Ambas motocicletas se prendieron fuego. Pavón sufrió también heridas y quemaduras. Estuvo bastante tiempo en tratamiento y quedó con una incapacidad en una de sus rodillas.

Si bien el impacto lo recibió Pavón, en el juicio el juez Carlos Leiva condeno a este último al considerar que no tenía la derecha y tampoco contaba con carnet de conducir. Fue sentenciado a una pena condicional a tres años de prisión en suspenso y 6 de inhabilitación para conducir por homicidio culposo.

La sentencia fue apelada y a mediados de 2019 la Cámara Penal redujo la condena al mínimo legal, es decir dos años de condena condicional y 5 de inhabilitación especial para conducir. Dijo que más allá del grave daño causado pasaron 6 años entre el choque y la sentencia. También tuvieron en cuenta que Pavón es una persona joven, con trabajo estable y contención familiar. No tiene antecedentes penales y no había vuelto a conducir.

Secuelas

El siniestro además de la muerte del uniformado generó consecuencia psíquicas y físicas en Pavón, durante estos años se la fue arreglando para mantener a su familia ya que no logra conseguir un trabajo en blanco. Se puso una hamburguesería en su casa y su pareja trabaja de doméstica. Entonces el hombre se ocupa de sus cuatro hijos. Los lleva al colegio, al club, les hace el almuerzo y se ocupa de la atención de uno de sus hijos que tiene una discapacidad y está en tratamiento, contó en el juicio. Intenta vincularlos al deporte para evitar juntas en el barrio en el que después de mucho tiempo lograron junto a su mujer levantar una casa de características humildes que se convirtió en el hogar familiar.

Buscando nuevas opciones de ingresos un amigo le contó de la aplicación de reparto de pedidos y se la ofreció para que la probara. Le facilitó su caja y moto, ya que Pavón usa bicicleta o se maneja en colectivo, contó. En esa circunstancia fue detenido por la Policía Motorizada y allí empezó el segundo caso en su contra, contó.

Segundo juicio

El 30 de noviembre de 2019 Walter Pavón fue detenido por la Brigada Motorizada en San Martín y Mendoza. Circulaba al mando de una Yamaha YBR 125, estaba llevando un pedido experimentando como repartidor. Cuando consultaron sus datos surgió que contaba con un pedido de captura por una condena que incluía la inhabilitación para conducir, por lo que fue detenido.

El debate de este segundo juicio, que implica un importante desgaste de recursos jurisdiccionales, llegó luego de no lograr una medida alternativa. En junio Pavón se sentó en el banquillo de los acusados. Pero una descompensación física lo dejó fuera de debate por un tiempo. Debió ser atendido en el lugar y luego trasladado a un hospital, la presión le jugó una mala pasada. Tenía 21 de máxima y no lograron estabilizársela, lo que obligó a la suspensión del debate.

Al reanudarse el juicio el planteo giró en torno a la notificación. El siniestro vial tuvo lugar en 2012, recién en 2019 la sentencia condenatoria condicional quedó firme. Durante el debate la fiscal Valeria Piazza Iglesias dijo que la resolución de la Cámara Penal que confirmó la condena y bajó la sanción fue notificada y que luego se hizo una audiencia de control de imposiciones a la que el condenado no asistió.

Mientras que la defensora Florencia Chaumet dijo en sus alegatos que no hay un hecho típico, es decir que no se configuró el delito de desobediencia porque la resolución no tenía fuerza operativa. La jueza de ejecución iba a fijar el plazo de inhabilitación cuando se presentara Pavón y entregara su carnet de conducir, y eso no sucedió, dijo. Y tras su detención, a fin de noviembre de 2019, fijo una nueva audiencia para regularizar su situación. Es decir que al momento del hecho no había comenzado a correr el plazo de la inhabilitación.

La defensa explicó que Pavón sabía que no se puede conducir sin carnet, lo que es una falta pero no sabía estaba inhabilitado, entendió que debía ser notificado con un oficio y a partir de allí corría el plazo.

La defensa además planteo la existencia de una pena natural. Dijo que Pavón resultó quemado en el 35 por ciento de su cuerpo y quedó con una incapacidad, pudo superar la muerte del policía a través de una ayuda espiritual que le brindó una iglesia. Tuvo padecimientos psíquicos y físicos. Tuvo fuertes dificultades para sostener económicamente a su familia y durante el juicio sufrió hipertensión, patología que no tenía. La defensora pidió la aplicación de este instituto por las consecuencias que Pavón sufrió como consecuencia del hecho y del proceso judicial al que fue sometido. Subsidiariamente pidió el cumplimiento domiciliario de la sanción. Refirió en juicio que en caso de condena, ella no es reparadora ni resocializa, sólo genera daño y exclusión.

El 29 de julio Pavón fue condenado tras un juicio oral y público por la jueza María Trinidad Chiabrera a 4 meses de prisión por quebrantamiento de la inhabilitación impuesta judicialmente. Lo que se unificó con la condena previa que se convirtió en efectiva, por lo que deberá purgar 2 años y 4 meses de cárcel.

Al pedido fiscal de encerrarlo preventivamente hasta que quede firme la sentencia la jueza dijo que no corresponde, ya que debe decidirlo la jueza de ejecución. Ahora se esperan los fundamentos de la pena y queda abierta tras ello, la posibilidad de apelar la sentencia.

Antecedente

En el juicio se contó que el único antecedente conocido de una condena por quebrantamiento de una inhabilitación judicialmente impuesta en el fuero federal al piloto de avión identificado como Julio Rodríguez Granthon, alias el peruano.

La condena se dictó en octubre del 2021. La causa tenía unas dos docenas de imputados entre ellos los cabecillas. Las causas fueron elevadas a juicio pero antes del debate 22 de los 23 acusados cerraron el proceso a través de acuerdos abreviados y el restante fue sobreseído. Entre ellos fueron condenados como jefes de dos bandas dedicadas al tráfico de estupefacientes para la comercialización Ariel Guille Cantero y el Peruano. Este último fue sentenciado a 10 años de cárcel la que se unificaron con una sanción anterior en 15 años.

Rodríguez Granthon también aparece en la investigación del crimen de Eduardo Trasante, el ex concejal asesinado en 14 de julio del 2020, según la teoría fiscal desde la cárcel intervino en la compra de un auto robado que luego fue utilizado en el crimen, contaron fuentes del caso.

Se dijo en juicio que este hombre tenía además cuatro causas por desobediencia ya que contaba con una condena por homicidio culposo, abandono de persona y lesiones y había quebrantado la orden judicial que lo inhabilitaba. Caso que para la defensa de Pavón no se condice en nada con el proceso que enfrenta Pavón.

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