Edición Impresa

Junta aprobada

Los socios aprobaron en cinco minutos los nombres de los que supervisarán las elecciones.

Cinco minutos. Ese fue el tiempo que demandó a unos dos mil quinientos socios de Rosario Central aprobar el orden del día de la asamblea extraordinaria que se desarrolló ayer en el Gigante de Arroyito. Así, definiendo los seis integrantes de la junta electoral, los auriazules dieron el primer paso firme en el camino a los comicios del próximo 4 de julio. Después hubo diez minutos más para escuchar a distintos oradores que, bandería política de lado, pidieron en su mayoría por una unidad que hoy es imposible de cristalizar.

Los integrantes de la junta fueron propuestos por Cultura Canaya, que sigue cumpliendo con acierto el complejo rol de mediador entre los restos del gobierno de Horacio Usandizaga y las agrupaciones que componen el arco opositor.

Los jueces titulares de la junta serán Arístides Lasarte, Martín Curci y Hernán Armentano; mientras que los cargos de suplente serán ocupados por Rubén Santoyo, Ricardo Mut y Jorge Costanzo.

La asamblea estuvo dirigida por los síndicos Ileana Di Vanni y el contador Hugo Ainsa, además del gerente Roberto Martínez, quien hizo las veces de moderador y fue el encargado de leer a los presentes el orden del día. Todo lo actuado estuvo supervisado por dos miembros de Fiscalía de Estado: el abogado Fabián Pereyra y el contador José D’Elía. Y el acta de la asamblea fue rubricada por dos socios: Javier Armentano (NdR. Líder de Cultura Canaya) y Gustavo Pavetti.

Desde la bandeja baja de la cabecera que da a la avenida Génova, donde habitualmente se ubican los hinchas visitantes, los socios canallas vivieron las distintas peripecias de una asamblea que se desarrolló en orden y sin que se produjeran actos de violencia. Así, los 100 agentes destacados para bregar por el orden del evento, fueron meros espectadores.

Los síndicos del club fueron los que consensuaron con un grupo de socios que la asamblea comenzará pasadas las 19.15, y no a las 18.30, cuando se había realizado el segundo y último llamado. El motivo del retraso fue más que justificado, la importante cantidad de asociados que llegaron al estadio cerca del horario de inicio de la asamblea extraordinaria.

En el final, tras la aprobación del orden del día, hubo tiempo para escuchar a unos siete oradores. Los discursos fueron desde la emotividad, con la propuesta de Carlos Del Frade pidiendo por la recuperación de la identidad del club; pasando por el reclamo, de los que aún sueñan con una unidad que ya no llegará; para terminar en la marcha auriazul, que fue fervorosamente entonada por los presentes. En el medio, y como si estuvieran en un partido de fútbol, hubo lugar para la descarga: cánticos contra la comisión y deseo de rápida vuelta a primera. Mientras la acefalía que padece el club demora la refundación futbolística, Central comenzó a transitar ayer el arduo camino hacia la reconstrucción institucional, algo indispensable para que el operativo retorno se cristalice en el corto plazo.

Comentarios