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Julia Expósito y un debate personal con el marxismo

Julia Expósito, autora de El Marxismo inquieto, será una de las panelistas en el Primer Encuentro de Autores Rosarinos publicados por Editorial Prometeo que se llevará a cabo este miércoles 13 de noviembre, de 14 a 20, en el Centro Cultural Fonatanarrosa, de San Martín 1080  


Por Julia Expósito (*)

Especial para El Ciudadano

 

De múltiples modos podría decir que el marxismo, como teoría y práctica política, ha marcado mi vida. Con la militancia trotskista –y morenista– de mi mamá y mi papá como contexto, los debates y combates del pensamiento marxista me han acompañado desde que tengo recuerdo, desde mis primeros estudios en la escuela hasta las discusiones informales –pero no por eso menos profundas- tanto en mi casa como en los locales de partidos políticos donde, mientras jugaba con hijxs de otrxs militantes, el marxismo se fue filtrando como un modo de entender la resistencia.

El marxismo se convirtió para mí en un modo de protestar contra lo instituido. Como me recuerda Laura Sotelo en una de las presentaciones de El Marxismo inquieto, a mis cuatro años, ante la crisis del MAS (Movimiento al Socialismo) en los noventa, irrumpí en un plenario del partido gritando “yo protesto”. Desde entonces, ese “yo protesto” se fue multiplicando en la manera de inquietar tanto la teoría como la práctica política.

Escribir un libro sobre marxismo, siendo feminista, mujer e hija de un dirigente trotskista no fue tarea sencilla. Como me dijo una vez una de las viejas brujas feministas: “te van a criticar casi por cada palabra hereje que escribas, te van a exigir hasta la coma más precisa de Marx, no se las des, nosotras estamos para otra cosa”. Mi protesta entonces tuvo que ser sólida pero sobretodo apasionada, para recuperar lo mejor de la tradición y a la vez proponer una apertura que actualice la teoría y praxis marxista. Es decir pensar con y desde un marxismo feminista.

Con esto quiero decir que para mí es indisociable haber atravesado ciertas experiencias del plano personal en el contexto político de mi familia, a la hora de recopilar los hechos que forjan mis intereses, mis preguntas y mis críticas teórico-políticas. Tomar como soporte la epistemología feminista que afirma que “lo personal es político”, es reconocer las influencias teóricas y afectivas, pero también las experiencias violentas que me llevaron a la titánica tarea de escribir un libro y de publicarlo en un mundo donde a las feminizadas nos expropian y explotan diferencialmente, y nos menosprecian en nuestros intentos colectivos de pensar la política.

En la universidad pública y como becaria del CONICET profundicé mis lecturas de textos clásicos y contemporáneos de autorxs marxistas, y comprendí que investigar las discusiones acerca del marxismo y de su actual crisis se había convertido en una de las tareas más complejas pero necesarias para el pensamiento político contemporáneo. Más aun que la historia del marxismo se identifica con las distintas formulaciones de “sus” crisis, y que ambas son coextensivas y complementarias. También que el debate contemporáneo sobre el marxismo es producto de un fenómeno histórico específico y complejo: el derrumbe de los socialismos reales y las transformaciones neoliberales del capitalismo a partir de la década de los setenta.

De este modo, en el libro me preocupé por trazar las particularidades que presenta el contexto de la actual crisis del marxismo en el momento particular de un capitalismo neoliberal y, por otro lado, atravesar el complejo debate teórico que ha suscitado. Decidí abordar un debate teórico político con las producciones militantes de tres marxistas bien diferentes pero preocupados por problemas comunes –Alain Badiou, Ernesto Laclau y Nahuel Moreno– que me habilitaban a rediscutir y poner en tensión categorías claves del pensamiento marxista, como las de clase, política, estructura, Estado, Historia y dialéctica.

Entendí en este proceso que debatir al marxismo y sus crisis, leerlo desde el feminismo, es por tanto un momento de apertura de la crítica. Es hacerlo retornar a partir de una crítica a la economía política del capitalismo neoliberal contemporáneo, pero también, a su ortodoxia que no puede pensar la potencia actual del marxismo como praxis emancipadora. Asumir su crisis lejos de ser un cierre o una declaración final del pensamiento emancipador de Marx supone la apertura de crear un futuro liberado de la explotación, la expropiación y la violencia del capital. En este sentido, los momentos de crisis, así como suponen para el capital la posibilidad de reorganizar sus lógicas y sus devenires, para el pensamiento y la política marxista suponen un momento complejo pero favorable y necesario de recrear sus categorías y determinaciones. Asumir la crisis es la posibilidad de ser creativxs, inventorxs y críticxs a la hora de preguntarnos por el presente de la revolución a partir de la apertura del pensamiento político. Asumir la crisis es también descubrir un marxismo inquieto que pone al orden de cosas existente en entredicho, que puede imaginar más allá de las lógicas del capital los devenires de lo social.

Llegado el momento de exponer todas estas inquietudes en un libro, fue necesario estructurarlas, limitarlas, ordenarla, numerarlas y nominarlas. Frente a esta investigación interminable que genera un incesante movimiento de apertura e interrogantes, todo libro impone un cierre. Puesto que escribir es la manera de quien tiene la palabra como cebo, lo que salva entonces como afirma Clarice Lispector es escribir distraídamente, posibilitando y dejándonos sorprender con nuevos interrogantes.

Desde allí es desde donde El marxismo inquieto viene a decirles, a interpelarlxs con la actualidad de la pregunta por la importancia del marxismo como pensamiento de la crisis, que rehabilita la crítica, para quienes transitamos el campo de la política desde una inquietud revolucionaria.

(*) doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires (UBA), magister en Estudios Culturales y licenciada en Ciencia Política por la UNR

 

Recuadro

Julia Expósito, es doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires (UBA), magister en Estudios Culturales y licenciada en Ciencia Política por la UNR. Investigadora y docente, autora de El Marxismo inquieto y será una de las panelistas en el Primer Encuentro de Autores Rosarinos publicados por Editorial Prometeo que se llevará a cabo este miércoles 13 de noviembre, de 14 a 20, en el Centro Cultural Fonatanarrosa, de San Martín 1080.

Llega el primer Encuentro de Autores Rosarinos de Editorial Prometeo

 

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