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Debate oral

Juicio por Paula Perassi: el yerno de Ruñisky, un testigo de oídas

Es familiar de la mujer acusada de practicar un aborto a la víctima. Le contó a Alberto Perassi, padre de Paula, que su suegra hizo la intervención pero se ocupó de aclarar que se lo contaron. Aseguró que nunca la vio hacer abortos


En esta jornada declaró el yerno de la acusada Mirta Ruñisky. Foto: Juan José García.

El yerno de Mirta Ruñisky, la mujer acusada de practicarle un aborto no consentido a Paula Perassi, declaró en el juicio oral que tiene a nueve acusados en el banquillo. El testigo es Nicolás V., de 34 años, vive en Buenos Aires y actualmente está en pareja con la hija de la acusada, con quien tiene un hijo. Ya había sido citado pero no se presentó. Finalmente lo hizo este martes y contó que se enteró de que tenía que declarar por los medios de comunicación. Apenas escuchó su nombre, llamó a la Oficina de Gestión Judicial (OGJ). En su testimonio, confirmó que por terceros supo que su suegra le practicó un aborto a Paula Perassi, pero se encargó de destacar que no le constaba. Dijo que su cuñado le contó que Ruñisky tenía antecedentes penales en Misiones y aseguró que hay cosas en su declaración que no dijo y otras que no se acuerda. “Nadie le puso un revolver en la cabeza pero pequé de ignorante y fui a abrir la boca con algo que creía”, aseguró.

El testigo se presentó como empresario, dijo que es oriundo de Buenos Aires, y en 2011 vivió unos 8 meses en la vecina localidad de Puerto General San Martín donde se separó de su esposa, hija de Mirta Ruñisky, con la que había mantenido una relación por 10 años. La mujer se fue a vivir a Timbúes. Entró en un pozo depresivo y debió realizar un tratamiento con medicación. Esta fue la justificación que dio para contar que hay cosas que no se acuerda y otras que estima no dijo en sus declaraciones. Hoy aseguró haber superado esa situación, también recompuso el vínculo con su pareja y agregó que volvieron a convivir.

Nicolás remarcó que con su suegra Ruñisky hace años que no tiene trato y explicó que en 2014 tenía una relación “como toda suegra y yerno, con idas y vueltas”. Dijo que había conocido el caso Perassi por un programa de televisión. Cuando se instaló en Puerto General San Martín trabajaba en una remiseria y otro chofer le contó que había un caso, que era el de Perassi, donde buscaban a una mujer, a quien le habían hecho un aborto, y había sido Mirta Ruñisky.  Nicolás se apuró a aclarar que eran dichos de terceros y que no le constaba. además, agregó que lo mismo le dijo su cuñado.

Fue en ese circunstancia que llamó a Alberto Perassi para contarle. Nicolás lo cito en su casa y le repitió lo que sabía. A esa altura a Alberto Perassi le había llegado el mismo dato a través de una abogada que llevaba algunos asuntos de otro yerno de Ruñisky. El testigo aseguró que Perassi lo llevó a la Fiscalía donde habló con el fiscal Donatto Trotta y de allí lo derivaron a Asuntos Internos para brindar una declaración, lo que coincidió con la versión del padre de la víctima.

El testigo dijo que allí esperaron la llegada de Alberto Perassi, quien estuvo presente durante su declaración el 29 de septiembre de 2014. En esa oportunidad contó que hacía dos semanas se había enterado del tema Perassi y unos tres años antes había escuchado del caso aunque sin nombres. Dijo que en 2011 estaba en su casa de Buenos Aires con su mujer cuando la llamó su madre Mirta Ruñisky, le dijo que era muy probable que se volviera a vivir a Misiones porque había hecho un aborto y le había salido mal, que estaban investigando y tenía miedo de caer presa de nuevo. Hasta ahí el testigo no sabía de qué se trataba y luego se enteró por el remisero que su suegra era quién había realizado el aborto a Paula. En cuanto a esta declaración, Nicolás dijo ayer que no recordaba lo de la llamada, que no escuchó a su mujer hablar por teléfono y que supo por el remisero y luego por su cuñado que su suegra había hecho el aborto.

“Estas dos personas me dijeron que en teoría Mirta era la responsable del supuesto aborto”.  Por entonces enfrentó un careo con el remisero, quien aseguró que no le había dicho nada. Al salir de esta medida, Nicolás grabó al remisero recriminándole por qué negó lo que le contó, ya que no iba a quedar como un mentiroso: “Tenía la tenencia provisoria de mi hijo, no quería perderlo, tenía que volver a Buenos Aires y lo grabé. Le entregué la tarjeta de memoria a quienes me tomaron el careo”, dijo.

Con Alberto Perassi dijo que sólo volvió a tener contacto cuando tuvo un problema con el auto y lo llevó para que el padre de Paula le haga un diagnóstico. Era remisero y tenía problemas económicos, contó.

Dijo que Perassi le compró el repuesto y se lo cambió. Algo que Alberto también declaró en juicio. Luego de ello se volvió a Buenos Aires. Con respecto al resto de los imputados dijo que sólo conocía a Gabriel Strumia porque vivía a la vuelta de un departamento que alquilaba y en una oportunidad le fue a pedir trabajo y amablemente le aconsejó llevar su currículum a una firma del lugar. Luego, se volvió a Buenos Aires porque necesitaba una solvencia económica para él y su familia.

Nicolás recalcó que declaró por dichos de terceros, que no le constaba personalmente que su suegra le hubiera realizado un aborto a Paula Perassi, ni a su mujer, ni a su cuñada. Aclaró que hay cosas que no recuerda porque estaba en tratamiento. Dijo que cualquier persona de bien que se entera de un delito tiene que hablarlo, denunciarlo: “Me enteré de esto y me sentí en la obligación de hacerlo por el dolor de la familia Perassi y el acompañamiento que tuvo Alberto conmigo”. Si bien dijo que no se sintió amedrentado, si habló de incomodidad, ante la presencia de Perassi al declarar en Asuntos Internos, donde le tiraban nombres de personas. “Me siento un caballito de Troya, manden al boludo que tiene problemas personales”, agregó.

Los antecedentes de Ruñisky

En cuanto al pasado de su suegra, Nicolás dijo que nació en El Dorado, Misiones. Por terceros, por charlas con su cuñado o vecinos de Timbúes supo que había tenido antecedentes delictivos en aquella provincia. Le hicieron leer la declaración que prestó en Asuntos Internos porque no recordaba detalles. Entonces refrescó la memoria y dijo que había declarado que su cuñado accedió a los antecedentes de su suegra, quien estuvo 8 meses presas y tenía prontuario.

Después de algunas preguntas sobre información que surgió de su declaración previa sobre abortos practicados por su suegra a su mujer y su cuñada, dijo que no recuerda haberlo dicho. Agregó que recientemente leyó la declaración de la que surgió que en otra oportunidad había argumentado que su cuñada le hizo un aborto a su pareja y se mencionó pastillas. El testigo aseguró que es su firma al pie de la declaración pero no sabe de dónde lo sacaron. En cuanto a la pastillas dijo que era Oxaprost (es uno de los medicamentos que se secuestró en la casa de Ruñisky y que un médico perito dijo que tiene una muy limitada utilización como analgésico y es más difundida como un medicamento para provocar aborto).

Jamás presenció, ni vio a Mirta Ruñisky hacer abortos, aseguró y reconoció que ratificó el 23 de octubre en el tribunal de San Lorenzo su declaración en Asuntos Internos. Los defensores de Ruñisky le preguntaron si Perassi incorporó datos a la declaración de Asuntos Internos y el testigo dijo que sí, aunque no aclaró cuales. También le preguntó qué firmó sin leer y Nicolás dijo que la declaración que firmo tras el careo no se la leyeron aunque si lo hicieron con la declaración que le tomaron en Asuntos Internos.

Si bien el testigo declaró que denunció a Ruñisky por privación ilegítima de la libertad de su hijo, aclaró que “fue un episodio que desencadenó la separación no por culpa de ella sino de la pareja. Voy a buscar a mi hijo y mi mujer no estaba, cuando quiero retirarlo me lo niegan, cierran con llave y no me permiten llevarlo. A partir de ahí hubo órdenes de restricción y denuncias de violencia. No fue una venganza” aseguró.

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