Policiales

Habla el fiscal de juicio

Juicio a Ojito Caporale: “No es sólo Druetta, hay una estructura que avalaba este tipo de prácticas”

El fiscal federal de juicio Federico Reynares Solari, a cargo de la acusación en dos expedientes que se juzgan juntos, contó detalles del debate oral que tiene en el banquillo al ex jefe de Drogas Alejandro Druetta y al célebre Ojito


Alejandro Druetta fue detenido el 12 de junio de 2019.

Lo expuesto en el debate del juicio por narcotráfico que tiene en el banquillo al ex oficial de Drogas provincial Alejandro Druetta y a Ignacio “Ojito” Actis Caporale, entre otros, asoma como un botón de muestra de la estructura mixta de regulación del mercado de drogas. Para el fiscal federal de juicio Federico Reynares Solari, que la semana pasada durante su alegato de clausura pidió 15 años para Druetta y 12 para Ojito, quedó probado que “hubo un acuerdo, un concurso de voluntades entre al menos Druetta, el policía Angel Delmastro y Ojito”. El pacto “consistía en lo que llamamos la regulación estatal del tráfico de material estupefacientes. El acuerdo era a cambio de dinero y de datos para fabricar procedimientos a partir de datos que le brindaba Ojito, que se plasmaban en actas policiales falsas a cambio de los cuales se le permitía vender drogas”. El debate oral además arrojó elementos no explorados en la instrucción del caso: un archivo de escuchas recuperado en noviembre pasado de la computadora de Druetta, la cual podrían echar luz sobre enigmas y sospechas que sobrevolaron expedientes federales de la década pasada.

El archivo de Druetta

Entre las perlas que dejó el debate se encuentran los audios que un peritaje reciente recuperó de la computadora de Druetta. Las grabaciones exponen al comisario, entonces jefe del departamento General López, en charlas con personalidades de la política, colegas policiales y hasta con el narco oriundo de Firmat Aldo “Totola” Orozco, con quien tuvo una extensa y distendida conversación de una hora.

“Druetta manejaba información que se la guardaba y no decía nada; había un manejo particular de la información por parte de él muy funcional a lo de que nosotros lo estamos acusando, es decir «vos perseguís a unos y a otros no»”, señaló Reynares.

Druetta admitió que las conversaciones eran de él y dijo que las guardaba por su labor en contrainteligencia. Entre sus interlocutores aparecen el entonces ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro, el legislador Lisandro Enrico que según Reynares se comunicaron con Druetta porque el comisario había recibido amenazas en su despacho venadense en 2012. “No necesariamente sabían lo que había hecho Druetta, no hay evidencia”, apuntó el fiscal Reynares a El Ciudadano.

Pero el audio recuperado que sí dejó tela para cortar versa sobre una charla ocurrida poco después de la detención del sindicado narco de Villa Cañás Carlos “Vasco” Ascaíni en mayo de 2012. El archivo parece echar luz sobre un oscuro procedimiento de entonces. Según Reynares, Druetta se comunica con el policía Fernando “Pachorra” Romitti.

“Druetta termina diciendo mientras habla con ‘Fernando’: «Lo que yo podía hacer, en el Tribunal Federal no lo puedo hacer. Hablemos con Néstor pero él necesita un aval». Luego el peritaje de la droga secuestrada termina siendo en un 98 por ciento azúcar. Y el perito de la Policía de Santa Fe que hizo la prueba es Néstor P.”, dijo Reynares.

El expediente que se juzga tiene comienzo en 2008 hasta 2012. “Los hechos que se trajeron a juicio no son los únicos que hay. Una manera de ejercer una supuesta persecución contra el narcotráfico que en realidad era una regulación”, describió Reynares.

Originalmente la causa que se investigaba era la de Ojito Caporale. La causa explotó con los allanamientos en septiembre de 2012 pero Ojito se mantuvo prófugo. “Era una bandita de pibes de clase media que vendía drogas sintéticas y de diseño en el centro. Ojito queda prófugo hasta 2016 pero en la causa surgió una conversación; alguien lo llama a Ojito y le dice: «Mirá, tenemos que reunirnos». Luego Ojito habla con un tal Maxi y Ojito le dice: «Estuvimos hablando; la idea es que hagamos lo mismo en Venado Tuerto como lo hicimos en Villa Constitución. Ellos van y limpian todo y llegas vos y hacés lo que querés». Las fechas coincidían con el traspaso de Druetta de Villa Constitución a Venado Tuerto”, aportó Reynares sobre el derrotero de los expedientes, que a su criterio “no se podían juzgar separadamente”.

El peritaje de voz arrojó que la voz de la primera conversación era de Druetta, quien quedó imputado por confabulación. “Luego Ojito declaró como arrepentido y dijo: «Desde que me detienen en 2007 yo tenía que entregarle a Druetta procedimientos positivos para dejarme seguir vendiendo. Y además dijo que Druetta era su proveedor”, sostuvo Reynares.

“Terminamos pidiendo 12 años para Ojito porque él nombró a otros jefes policiales pero no profundizó su declaración de arrepentido en la instrucción del caso”. Además, de acuerdo con Reynares, Ojito buscó independizare luego de la partida de Druetta hacia Villa Constitución en 2010. “Hasta entonces Ojito venía diciendo: «Mi jefe Druetta» pero en otras conversaciones que no fueron desglosadas en la instrucción del caso Ojito tenía como seis proveedores que no eran Druetta”. De ahí el pedido de pena relativamente alto para un hombre acogido a la figura del arrepentido. “Hay dos organizaciones: la de Ojito y la de Ojito y Druetta asociados para la impunidad de Ojito, que a su vez tenía que entregar procedimientos positivos para seguir vendiendo: ambos son organizadores”, dijo Reynares.

No sin resignación por las limitaciones que presentó la investigación, Reynares puso de relieve que “en esta causa está acusado Druetta pero no es sólo Druetta, hay una estructura que avalaba este tipo de prácticas”.

“Hasta 2012 quien perseguía era la estructura de la Policía de Santa Fe y realmente no traían causas grandes. Eran causas de puntos de ventas. El gran error del sistema judicial, del Ministerio Público Fiscal es que no tiene una visión global, y la Policía sí. Entonces la Policía metía procedimientos en distintas fiscalías y distintos juzgados. Lo que faltó es que en alguna instancia ejecutiva alguien eligiera ver que el 90 por ciento de los procedimientos era por información de calle o llamados telefónicos. ¿Todo es una gran casualidad? ¿O es que hay una investigación que no se formaliza o no es muestra por qué razones? Desde la estructura judicial se actúa de manera separada; cada uno de estos procedimientos ahora cuestionados se analizó separadamente. En Rosario tenemos Fiscalía 1, 2, 3; Juzgado 3 y 4 y no se conectaron todos estos hechos. A partir de los relatos de Ojito se conectaron y vemos que hay una conectividad muy extraña. Además de otras pruebas objetivas que sustentan la relación entre Druetta y Caporale.

Reynares abundó sobre los procedimientos que hacía Druetta con información suministrada por Ojito: “Todas las causas de Druetta se inician por llamados anónimos a la brigada. ¿Qué está pasando? ¿No hay una investigación previa? O sí pero no la revelan porque hay un acuerdo espurio. Druetta agarraba a algunos y dejaba vender a otros. Él era parte de la estructura que dejaba vender y a cambio de eso decía «dame datos de estos otros»”.

El debate oral continuará este jueves con los alegatos de la defensa en la causa Actis Caporale. El próximo jueves será el turno de los alegatos de la defensa de la causa Druetta y se prevé que a comienzos de marzo el Tribunal Oral Federal Nº 3 a cargo de los jueces Eugenio Martínez, Osvaldo Facciano y Roberto Vásquez, dicte sentencia. Además de Ojito y Druetta, los demás en sendos expedientes son el policía Juan “Tiburón” Delmastro –ya condenado en la megacausa Monos–, por quien la Fiscalía pidió 9 años. A él se suman 9 para Leandro Cano; 9 para Daniel Illanes; 8 años y 6 meses a Dante Pierani; 8 para Pablo Kresta; 7 para Carlos Colombini; 6 para Román Palamedi; y 6 para Jorge Actis Caporale.

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