Política

Los más golpeados por el ajuste

Jubilados: “Esto ya lo vivimos en los 90 y así nos fue”

Haberes insuficientes, edad jubilatoria en debate y precios de los alimentos y de los medicamentos por las nubes. La semana que pasó, jubilados y pensionados se movilizaron en diversas ciudades para reclamar por sus derechos y para interpelar al gobierno. “Creemos que sí hay plata, pero nos quieren hacer pagar el pato a nosotros”, advierten


Por Mariángeles Guerrero / Especial para El Ciudadano

La jubilación mínima que se pagará en mayo será de 190.141 pesos, según los datos dados a conocer esta semana por el gobierno nacional. El ajuste se realizó a partir de la inflación de marzo (11% para el Indec), según lo establecido por la Resolución 97/2024. En tanto, la Canasta Básica de los Jubilados, que elabora la Defensoría de la Tercera Edad, alcanzó un valor de 685.041 pesos en la última medición de marzo, registrando una suba del 239% en el último año. Así, un jubilado que percibe el haber mínimo requiere más de tres haberes para lograr un estándar básico de vida. Esta semana se registraron protestas de jubiladas y jubilados en distintos puntos del país.

El último relevamiento de precios del Centro de Educación, Servicios y Asesoramiento al Consumidor (CESyAC) realizado en Rosario arrojó que una pareja de jubilados necesitó $461.400,54 pesos para vivir en marzo. La Intersindical Rosario se concentró esta semana en la Plaza 25 de Mayo. En la ciudad de Buenos Aires, la actividad fue frente al Congreso. En la capital provincial, trabajadores jubilados que vienen sosteniendo reuniones semanales para organizarse frente a la situación socioeconómica, convocaron a la “Marcha de los banquitos” frente a la sede local del Anses. Allí se dieron cita con sillas, sillones y pancartas y realizaron un micrófono abierto. Reclamaron por la suba de las jubilaciones y manifestaron su repudio a las políticas de ajuste y a los 1300 despidos que hubo en Anses.

 

Raquel Cardozo es pensionada. Vive en La Loma, una barriada empobrecida del oeste de Santa Fe, aunque vivió buena parte de su vida en Chaco. A los 14 años comenzó a trabajar en la cosecha de algodón. “Hoy cirujeo o pido en la calle. Tengo 54 años y ya no me da el cuerpo. Y la pensión no me alcanza para nada”, afirma. Escucha atentamente lo que dicen en el micrófono abierto y sostiene una bandera con la Whipala (símbolo de los pueblos originarios) en alto. La mujer habla y mira fijo a los ojos. “Quiero que los jubilados y pensionados no bajemos los brazos y que este gobierno baje el DNU”, expresa.

En efecto, el decreto 70/23 deroga, en su Artículo 39, la Ley N° 14.499, que establecía las bases para la fijación de haberes a jubilados y pensionados. Actualmente, la fórmula de actualización —y otros aspectos del sistema previsional, como el fondo de sustentabilidad— están en discusión en el Congreso. Este viernes, el bloque de Unión por la Patria de la Cámara de Diputados de la Nación convocó a una asamblea especial para discutir, entre otros puntos, la actualización de haberes jubilatorios. De obtener el permiso del presidente del cuerpo, Martín Menem, se llevará a cabo el miércoles 24 de abril.

A la discusión sobre los haberes se suman también otras propuestas, como ampliar la edad jubilatoria. En ese sentido se expresó en marzo el diputado nacional José Luis Espert, quien preside la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja. En la provincia, el secretario de Seguridad Social, Jorge Boasso, volvió a insistir esta semana sobre ese punto.

“En una época en donde la expectativa de vida supera con creces los 73 o 75 años de vida no se puede jubilar a los 53, 54 ó 57 años”, manifestó en una entrevista brindada a La Capital. Al mismo tiempo, señalando el déficit de la Caja Provincial, aseguró que una caja de jubilaciones “no puede ser sustentable cuando tiene un promedio de edad de jubilación de 59 años pero que en algunos casos es más baja porque hay quienes se jubilan con 53 ó 54 años”.

Mirtha Streiger es docente jubilada de la Universidad Nacional del Litoral. En el marco de la Marcha de los Banquitos, cuestionó: “Nosotros creemos que sí hay plata. Acá hay sectores sociales muy poderosos que siempre se han enriquecido, como las agroexportadoras, las mineras y las grandes empresas que siempre se han enriquecido. Y nos hacen pagar el pato a nosotros”. Al mismo tiempo, marcó que un jubilado que percibe el haber medio perdió entre un 30 y un 50% de su poder adquisitivo en los últimos meses.

La docente jubilada llevó consigo carteles de denuncia: “Paren el genocidio silencioso a los jubilados”, y también: “Comemos o nos curamos”. Sobre esto último, explicó: “Hay jubilados ya no pueden comprar una caja de remedios, entonces compran un blíster o un solo comprimido. Los nacionales todavía podemos tener Pami, pero los provinciales pagan los medicamentos igual que los activos, entonces vamos a pelear para que esto no sea así”.

Streiger pide a los legisladores: “Que piensen en sus padres, que piensen que somos seres humanos que tenemos el mismo derecho que tienen ellos. Ganan millonadas y tienen la caradurez de decir que nos van a aumentar 30.000 pesos o 70.000 pesos”. Sobre esto último, se pregunta: “¿Ellos con cuánto viven?”.

Marcela Giacomino también es docente jubilada, pero de la provincia, y también participó de la convocatoria. “Los compañeros que se han jubilado con un solo cargo están realmente con graves problemas, sobre todo por el tema de la salud porque la salud es muy cara en la provincia y el Iapos ha perdido mucho la calidad de sus prestaciones”, denuncia.

La entrevistada recuerda las luchas sindicales de las décadas del 90 y del 2000 contra el presentismo docente y contra el aumento de la edad jubilatoria. Considera que hoy los gobiernos están avanzando sobre las conquistas que se obtuvieron en esas épocas. “Lo que pasa es que ninguna lucha es para siempre, así que esta generación tendrá que defender esos derechos adquiridos”, sostiene.

Para ella, la intención del gobierno de Maximiliano Pullaro de “premiar” la asistencia perfecta de las y los trabajadores de la educación “traerá muchísimas consecuencias nefastas”. Al respecto, argumenta: “Esta medida va a dejar a los reemplazantes sin trabajo durante largos períodos y va a bajar la calidad educativa porque la gente, en la desesperación, va a ir a trabajar enferma para no perder esos pesos”.

Streiger señala que las políticas actuales le recuerdan a tiempos pasados: “Me hacen acordar a la época de (Domingo) Cavallo. Ya todo esto lo vivimos en los 90 y así nos fue”. “La palabra ‘jubilación’ viene de ‘júbilo’, de tener una etapa post laboral con júbilo. Pero se está sufriendo, todavía no todos por igual. Alguno la vamos tirando, pero también hay que ayudar a la familia, porque hay desocupados”, agrega.

A la situación de los trabajadores jubilados se suman 1300 despidos en el Ansés a nivel nacional. “Como empleados de Ansés estamos acompañando a quienes han trabajado durante mucho tiempo y hoy tienen que tener el merecido reconocimiento”, aseguró en el micrófono abierto Lorena González, trabajadora del organismo.

“Ansés es uno de los organismos que acompaña al pueblo desde que está en la panza de la madre, desde que estudia hasta que se jubila. Y vamos a seguir acompañándolo, vamos a resistir en la lucha peleando por nuestros compañeros despedidos”, añadió.

Por último, Giacomino reflexiona: “Yo creo que algunos sectores han creído que había derechos adquiridos que estaban para siempre y no han valorado la profundidad de la propuesta de (Javier) Milei, que no es un loco improvisado. Nada de todo esto es improvisado, son los sectores de la riqueza de la Argentina que como siempre defienden sus intereses y están planificando hacer un país de pobres, una semicolonia con el avance de Estados Unidos”.

Por su parte, el jubilado Eugenio Martínez apela a convocar a la participación de las nuevas generaciones para revertir la situación: “Las y los jóvenes tienen que charlar y darse cuenta de que tienen que participar, en un partido o donde sea”.

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