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Juan Minujín vuelve a Netflix en la piel de un periodista del policial negro “La ira de Dios”

La nueva película de Sebastián Schindel, que también protagonizan Diego Peretti y Macarena Achaga, se conocerá este miércoles. El actor argentino encarna a un cronista de policiales que tras recibir una denuncia se centra más en su venganza personal que en saber la verdad


La ira de Dios, la nueva película de Sebastián Schindel, tiene a Juan Minujín como un periodista alcohólico y con sed de venganza en un policial negro, género poco abordado en el país, y que tiene su estreno este miércoles a través de Netflix.

“Tratamos de darle bastante relieve al background de este personaje, de la historia pasada que tiene con Kloster (Diego Peretti) de su anhelo por ser un gran escritor que tuvo y que ese camino se le frustró y terminó haciendo una profesión que a él no le gusta pero que se fue acostumbrando que es el periodismo”, dijo Minujín a Télam.

Kloster es un best seller que sufre una denuncia de acoso sexual envuelta en un reclamo por trabajo en negro. En medio de ello, su esposa (Mónica Antonópulos) y su pequeña hija mueren en una oscura circunstancia. Tras el trágico desenlace, su denunciante (Macarena Achaga) comienza a sufrir la muerte de su padre y hermanos, uno a uno, en situaciones que rozan el homicidio.

El personaje de Achaga denuncia ante Esteban Rey (Minujín), que es Kloster quien está detrás de esas muertes, pero al periodista de Policiales no le interesa mucho adentrarse en la verdad, sino en poder tomarse venganza de quien en algún momento fuera un faro en la literatura.

“Lo que más tiempo me lleva y a lo que más bola le doy es a como piensa el personaje porque en mi experiencia, a partir de empezar a entrar en la cabeza, en cómo piensa, qué tipo de relaciones lleva, empiezan a aparecer mucho más naturalmente los vínculos con todos los otros. Con todos quiero decir con todos, no solo con Luciana y Kloster sino con mi jefe, con el taxista”, dijo Minujín.

Para el actor argentino, el personaje sale cuando “empieza a aparecer un comportamiento que tiene que ver con una construcción que va más desde adentro que diseñar el personaje desde afuera como ver un tic, cómo fuma o cómo camina”, apuntó. Y agregó: “Esas cosas prefiero que empiecen a aparecer a partir de los pensamientos que tiene este personaje, y para eso hay una parte es investigación, en este caso, charlar con periodistas y con psiquiatras que atienden a personas con problemas de adicción al alcohol. O sea, empezar a generar un mundo alrededor del guión”.

Para encarnar a este periodista, Minujin se reunió con quienes ejercen esa profesión en la vida real. “Hablábamos mucho de la política interna dentro de una redacción, de la rosca. Cuáles son las notas más desprestigiadas, que mandan a los que recién entraron o no les van a dar ningún ascenso, cómo se comportan los periodistas que son más estrella, lo preparamos en la mitad de la pandemia, con lo cual era muy difícil el acceso a los lugares y casi todo fue por teléfono con los periodistas, pero yo trataba de ir a ver un poco”, contó.

“Me parece que todos los lugares funcionan más o menos parecido”, opinó sobre las redacciones. “Todos los lugares tienen una pequeña cuota de poder que se reparte y después hay gente que con ese pequeño pedacito de poder que tiene lo maneja de una manera o de otra. Pasa también en un set de filmación, pasa en un canal de televisión, o sea en lugares que yo conozco más”, apuntó.

Entre otras cosas al actor que supo formar parte del éxito de Netflix El Marginal, lo que más le atrajo del proyecto fue que sea un policial negro aunque aclaró: “Me parece que en estos casos, cuando uno entra en una película con un género tan claro y definido está bueno apoyarse y entender el género que está trabajando, pero no demasiado. O sea, que siga habiendo las tensiones actorales que hay en una comedia, en un drama, en una película de acción o un policial. Si no uno empieza a ir a los lugares comunes del género y me parece que no es así. Está bueno entender donde está jugando uno, pero no dejar de jugar, no dejar de seguir preguntándose las cosas que se preguntaría en otro género.

“Trato de hacer un trabajo previo muy fuerte como para llegar al set y estar completamente entregado a que filman lo que quieran, desde donde quieran y las veces que quieran, y dar todo lo que puedo en el momento porque es el único momento que tengo control de lo que estoy. Ya después la edición y todo es otro lugar. Cuando filmé Los Dos Papas (Fernando Meirelles) filmaban todo el tiempo, entrabas al set y ya estaban filmando. No había un momento de “ahora hagamos”, era permanente todo el tiempo. En esta película de Sebastián era mucho más medido, porque además tiene una cámara muy cuidada y muchas coreografías de cámara. Pero trato de controlar lo menos posible esa instancia, entregar algo yo y que el director y el director de fotografía estén tratando de capturar eso de la mejor manera posible”, contó sobre su trabajo y puntualizó en este nuevo film: “El trabajo de arte fue espectacular, realmente se ve una Buenos Aires muy de un policial negro, las calles, los exteriores. Me parece que uno se va retroalimentando de lo que hacen las otras áreas, a mí me sirve el maquillaje, me sirve el vestuario, me sirve el arte, me sirve la utilería, me sirve la luz, me sirven obviamente los encuadres, etcétera, etcétera. En este caso, creo que es una película que tiene un nivel técnico muy alto, muy cuidado, están muy bien trabajadas todas las áreas”.

“El viento, la lluvia, los papeles volando, los cigarrillos, los sobretodos, las redacciones, hay un montón de cosas que remiten al policial negro y a la vez están muy bien trabajadas, a mi juicio, dentro de la historia”, concluyó.

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