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Joven herido tras un hecho cargado de interrogantes

La Policía lo halló baleado en la calle y hasta ayer permanecía internado, conectado a un respirador.

Nadie sabe muy bien qué le pasó a Claudio C., un muchacho de 23 años que el sábado a la noche salió a vender unos cartones y terminó en terapia intensiva del Heca, con un tiro en el pecho que lo dejó al borde de la muerte. La Policía dice que lo levantó herido de la vía pública, en la zona oeste, pasada la medianoche del sábado. Y su mujer, que lo buscó toda la mañana del domingo, dijo que cerca del mediodía avistó el carrito de cirujeo de Claudio a unas diez cuadras de su casa y un vecino le sugirió que fuera a la seccional.

“Un hombre me preguntó si era la señora del dueño del carrito, porque había un herido y otro preso en la comisaría”, contó Olga, la concubina de Claudio, luego de reconocer a su compañero en la sala de terapia intensiva del Heca. Después llegó Adesia, la mamá del muchacho, quien vive enfrente de la casa de su hijo, ambos de la comunidad toba (ver aparte).

El estado de salud de Claudio era muy delicado. Según el parte médico, el proyectil le ingresó por el tórax y le atravesó la aorta, el duodeno y el páncreas, y el joven no respiraba por sí mismo.

Olga tiene 50 años y hace tres que convive con Claudio y sus dos hijos menores. Es evangelista y teme que el motivo de incidente haya sido una pelea entre borrachos, ya que la última vez que vio a su compañero estaba en la esquina con unos amigos y “ya iba por la segunda cerveza”. Eso ocurrió alrededor de las diez de la noche del sábado, cuando el muchacho salió con su carro de cirujeo a vender unos cartones.

Pero como no volvía, Olga salió a buscarlo en inmediaciones de su casa, ubicada en Pasaje 1816 al 4300, y por la casa de su suegra que vive enfrente, pero no lo encontró y se fue a dormir preocupada.

Según contó la mujer, a las siete de la mañana del domingo volvió a buscar a Claudio. Fue a unas diez cuadras de su casa, en Barra al 3500, donde vio el carro abandonado frente a un “quiosquito”. Un vecino le preguntó si conocía al dueño, ya que había escuchado algo sobre “un detenido y un herido de bala”.

La mujer fue a la comisaría 19ª, y de ahí al Heca, adonde se enteró de la mala noticia. Olga dice que su pareja es un buen chico, que no roba, aunque a veces bebe de más. “Espero que con esto se de cuenta que el alcohol no es para él”, dijo tras recordar que el gran problema de su compañero es que no consigue trabajo, aunque busca, y por eso tiene que cirujear. “La calle y el cirujeo traen secuelas”, dijo la mujer.

La Policía que investiga la agresión dijo que tampoco sabía bien a ciencia cierta qué había ocurrido, porque los vecinos no colaboran. Según un vocero, habría ocurrido frente a un quiosco y alguien efectuó detonaciones, pero el motivo de la agresión todavía era materia de investigación.

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